En medio de una gran
expectativa, la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en Holanda,
dictaminó este martes que Uruguay incumplió un tratado que protege a un río
limítrofe con Argentina al autorizar la instalación de una planta de celulosa
sin informar y negociar con su vecino, lo cual desató una crisis diplomática.
IAR
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/
Agencias
El
fallo "salomónico" de la Corte Internacional de La Haya, en vez de calmar el
conflicto, volvió a tensionar ambos países, y produjo reacciones tanto del lado
de Argentina como de Uruguay. Los asambleístas que cortan el puente
internacional entre Uruguay y Argentina, se pusieron en pie de guerra y
anunciaron una profundización de los cortes ante lo que consideran un triunfo de
la pastera trasnacional Botnia. Ratificaron la medida y dijeron "Hasta que no se
vaya Botnia no nos vamos a mover del corte". Los más duros enfatizaron que no
liberarán la ruta aunque les "cueste la muerte".
En medio de una gran expectativa, la Corte Internacional de Justicia de La Haya,
en Holanda, dictaminó este martes que Uruguay incumplió un tratado que protege a
un río limítrofe con Argentina al autorizar la instalación de una planta de
celulosa sin informar y negociar con su vecino, lo cual desató una crisis
diplomática.
El primer revés para la postura argentina llegó en el primer tramo del fallo
–del que no se leyó la introducción ni la parte que resume el caso-. Allí la
Corte dictaminó que "no es el ámbito de aplicación" de las demandas que formuló
Buenos Aires contra Uruguay por la presunta contaminación "sonora y visual", los
"malos olores" y el impacto de la papelera sobre el turismo.
Pero en un segundo tramo, la Corte dictaminó que Montevideo violó el Tratado del
Río Uruguay por no realizar las consultas previas con la Argentina para la
autorización de la construcción de las plantas (la de Botnia y la de Ence, que
finalmente no se construyó en Fray Bentos).
Esa era la principal demanda de Buenos Aires. El tribunal evaluó que Uruguay
también desconoció los mecanismos de cooperación previstos por el Tratado del
Río Uruguay y señaló incluso que no debería haber avanzado con la construcción
de la papelera una vez que la Argentina había aceptado la creación de la
Comisión de evaluación.
Sin embargo, la demanda presentada por Argentina por contaminación visual y
sonora en la zona no tuvo una respuesta favorable para Buenos Aires.
El fallo concluyó que el tribunal holandés no es el ámbito de aplicación de las
demandas por la presunta contaminación, ni por los malos olores o el impacto
negativo sobre el turismo que tienen las papeleras, según intentó probar el
gobierno argentino.
La Corte Internacional de Justicia dictaminó que "no hay motivos" para ordenar
el cese del funcionamiento de la planta que Botnia tiene en la localidad
uruguaya de Fray Bentos.
Lo hizo en un extenso fallo que sólo tuvo un triunfo moral para la Argentina
pero sin efectos prácticos: el tribunal reconoció que Montevideo violó el
Tratado del Río Uruguay por autorizar la construcción de las pasteras sin
acordar previamente con la Argentina, pero también evaluó que esa violación fue
a una "obligación protocolar", que no hubo incumplimiento de "obligaciones de
fondo" y que Buenos Aires no pudo demostrar que la planta de Botnia contamine.
Igualmente, el tribunal rechazó la demanda argentina de compensación, señalando
que la reprimenda contra Uruguay "constituye una satisfacción apropiada.
El gobierno de Argentina había presentado una demanda ante ese tribunal en 2006,
afirmando que Montevideo violó un acuerdo de 1975 que reglamenta la
administración compartida del río Uruguay.
El extenso fallo fue leído en francés, durante más de dos horas, por el eslovaco
Peter Tomka, a cargo de la presidencia del Tribunal.
Apenas iniciada la lectura, y después de pedir un minuto de silencio en memoria
del jurista uruguayo Héctor Gross Espiell, fallecido el año pasado y que fue uno
de los representantes de Montevideo ante el Tribunal, Tomka reconoció que para
el diferendo era aplicable el Tratado del Río Uruguay y que la Corte era el
ámbito para dirimir la controversia.
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dijo que ahora nada se
podrá hacer en el río Uruguay "sin consulta".
Se congratuló porque la Corte Internacional de La Haya afirmó que Uruguay
"incumplió el tratado". Otra parte del fallo avala la permanencia de la planta
de Botnia en Fray Bentos, que podrá seguir operando. La presidente no mencionó
que pasará con el corte del puente internacional.
El fallo avala la permanencia de la planta de Botnia en Fray Bentos, que podrá
seguir operando, y la presidenta argentina no mencionó que pasará con el corte
del puente internacional
Uruguay, mientras tanto, ahora espera que se levante el corte en Gualeguaychú.
"Nuestra esperanza es que podamos llegar rápidamente a un levantamiento de esta
medida", dijo el vicepresidente Danilo Astori. El canciller Luis Almagro
adelantó que hablará con Taiana para gestionar una cumbre entre Cristina y
Mujica.
El vicepresidente uruguayo, dijo hoy que espera que el fallo de la Corte de La
Haya permita "iniciar una nueva etapa fructífera" entre ambos países y que se
levante el corte del puente internacional en Gualeguaychú.
"Esperamos con mucha confianza respecto al futuro", sostuvo el vicepresidente. Y
agregó: "Nuestra esperanza es que como parte de esta nueva etapa fundada en el
fallo de la Corte Internacional de Justicia podamos llegar rápidamente a un
levantamiento de esta medida".
Sabían que era probable que la decisión del Tribunal de La Haya no los iba a
conformar, pero cuando la presunción se transformó en certeza los asambleístas
de Gualeguaychú se llenaron de bronca, bronca que estalló en algunos casos en
forma de lágrimas, en otros de gritos y, en los menos, de silencio absorto. La
consigna, no obstante, se hizo sentir bien fuerte: si la papelera sigue
funcionando, el corte no se levanta.
"Hasta que no se vaya Botnia no nos vamos a mover del corte" en el puente
General San Martín, que comunica Gualeguaychú con Fray Bentos, aseguraron los
ambientalistas que siguieron a miles de kilómetros de distancia y a través de
pantallas gigantes la lectura del fallo inapelable del Tribunal. Los más duros
enfatizaron que no liberarán la ruta aunque les "cueste la muerte".
Cientos de vecinos se reunieron en el paraje Arroyo Verde de la ruta 136, que
desde el 20 de noviembre de 2006 se convirtió en el espacio emblemático de la
lucha de los habitantes de Gualeguaychú contra la instalación de las pastera.
Poco y nada les importó el pronóstico que alertaba de fuertes tormentas para la
zona, y una multitud salió en colectivos desde el corsódromo de Gualeguaychú
hasta el lugar del corte.