EUU afirmó el martes que el régimen
de Irán parece "empeñado" en fabricar armas nucleares, tras ignorar a las
presiones internacionales para que detenga el enriquecimiento de uranio e
incremente la cooperación con los inspectores internacionales.
"Irán rechaza abordar nuestras
preocupaciones relativas a la proliferación y parece empeñado en adquirir la
capacidad de fabricar armas nucleares", señaló la embajadora de EEUU ante la
ONU, Susan Rice, en una reunión del Consejo de Seguridad sobre las sanciones
impuestas a la República Islámica.
Para la diplomática, el informe más reciente del Organismo Internacional de la
Energía Atómica (OIEA) demuestra la negativa de Teherán a aceptar las
sanciones y las disposiciones adoptadas por las potencias en la última
resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Según el informe de la OIEA del pasado 6 de septiembre, el programa nuclear
iraní ha producido hasta ahora unos 2.800 kilos de uranio poco enriquecido -mil
kilos más que en noviembre pasado-, cantidad que los expertos consideran
suficiente para fabricar entre dos y tres bombas nucleares.
Además, el director general del OIEA, Yukiya Amano, acusó el lunes a Irán de
obstaculizar la investigación de su programa nuclear mediante el veto
consecutivo del ingreso inspectores de ese organismo a sus plantas nucleares.
Rice recordó en su intervención que la cooperación iraní con ese organismo de
Naciones Unidas es una de las obligaciones establecidas en las diferentes
resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y "un punto de referencia
fundamental sobre las intenciones pacíficas" de Teherán.
Y como siempre las operaciones del
eje sionista USA-UE-Israel funcionan sincronizadas, los representantes de
Francia y Reino Unido se unieron a las advertencias expresadas por Washington
sobre las "intenciones iraníes" y expresaron la preocupación de sus países
ante la falta de cooperación por parte del Gobierno del presidente Mahmud
Ahmadineyad.
Por su parte, el embajador francés, Gérard Araud, resaltó que el régimen iraní
también vulnera las disposiciones del Consejo de Seguridad al seguir
exportando armas y continuar con su programa de misiles balísticos.
El representante británico, Mark Lyall Grant, por su lado instó a que un
mayor número de países ajusten sus legislaciones y adopten las medidas
necesarias para implementar las cuatro rondas de sanciones impuestas a
Teherán.
EE.UU. y sus aliados occidentales acusan a Irán de estar desarrollando un
programa nuclear militar clandestino como argumento justificatorio del ataque.
Los
expertos USA-israelíes saben que antes de las acciones militares contra Irán
tienen que reforzar la estrategia de "preparación de terreno" con el "peligro
nuclear iraní" que demuestre a que grados puede llegar Irán en posesión de
la bomba.
Los ejercicios militares de Irán,
Siria e Israel, y la preparación de nuevas acciones contra Gaza y Libano,
son simultáneos a los movimientos y las "señales" militares en el Golfo
-registradas por la prensa norteamericanaa- y son indicativos de que el eje
Washington-Israel se apresta a dar un "desenlace militar" al dilatado
conflicto con Irán, una pieza central en el plan del sionismo militar.
Las
operaciones contra Hamás y Hezbolá, en Gaza y Líbano, son simultáneas y
convergentes con el "frente diplomático" y el "frente antiterrorista" contra
Irán y Siria, y van a tener un desenlace en el "frente militar" una vez
que la imposición de bloqueos y sanciones fracasen en todas sus líneas como está
previsto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En
este escenario, también hay que leer la operación lanzada con la quema del Corán
en EEUU.
Una nueva "furia musulmana"
desatada en el mundo, galvanizaría (y reactualizaría) el apoyo a un ataque a
Irán y a nuevas operaciones militares contra Gaza y Líbano, en EEUU y Europa.
La OIEA, un organismo títere del bloque sionista, investiga desde hace siete
años las actividades nucleares de Irán, al que acusa de "no cooperar lo
suficiente" para la comprensión de su programa nuclear.
Paradojalmente, las potencias que se
sienten "alarmadas" por los avances de programa nuclear iraní y la negativa de
Corea del Norte a revelar su armamento nuclear, han realizado como mínimo
2000 detonaciones nucleares, en la superficie o subterráneas, con el
silencio y la complicidad de la ONU.
EEUU, el mayor impulsor de las
sanciones a Irán y a Corea del Norte por sus programas nucleares, cuenta con con
más de 5.000 ojivas nucleares tácticas, e invierte US$ 40.000 millones al
año en su arsenal nuclear y en el desarrollo de nuevos sistemas de destrucción
masiva, que van a las arcas de las multinacionales de la guerra nucleadas en el
Complejo Militar Industrial norteamericano.
Entre Rusia y EEUU (cuyas economías dependen en grado superlativo del
armamentismo) suman el 95 por ciento del arsenal nuclear mundial que, si
estallara, no sólo destruiría centenares de veces el planeta Tierra sino que
también terminaría con parte del Universo.
En el selecto "club de destrucción
nuclear", China sigue a Rusia y a EEUU, con 400 ojivas nucleares, Francia
con 350, Israel con 200, Gran Bretaña con 185, India con al menos 60 y Pakistán
con hasta 48, según el Centro para la Información de Defensa con sede en
Washington.
Exceptuando Rusia, EEUU matemáticamente supera por 9 a 1 en poder nuclear a
todas la potencias capitalistas juntas del planeta y su capacidad de despliegue
de tropas y de armamento convencional rozan los mismos porcentajes.
La hipótesis nuclear
En abril de 2006, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, y
respondiendo a un periodista que había preguntado si las opciones con Irán
incluían la posibilidad de realizar un ataque nuclear, el presidente de EEUU,
George W. Bush, afirmó que todas las opciones, incluso el uso de la
fuerza atómica, "están sobre la mesa" para impedir que Irán desarrolle armas
nucleares.
Era la primera que Bush, ante la
pregunta de si EEUU barajaba la posibilidad de un ataque nuclear contra Irán,
respondía afirmativamente incluyéndolo tácitamente como parte del "uso de la
fuerza".
Cuatro años después, en la cumbre
nuclear celebrada este año en Washington, Obama y su administración recogieron
el legado de Bush y pusieron al "terrorismo nuclear" en el centro de la
amenaza contra EEUUU y Occidente.
Desde hace cuatro años, la
movida "anti-Irán nuclear" en el Congreso estadounidense coincide, con los
informes periódicos de las 16 agencias de inteligencia USA que señalan que la
red terrorista de Al Qaeda está en capacidad de usar armas "químicas,
biológicas y nucleares" en un hipotético ataque contra EEUU.
Los informes de la inteligencia
estadounidense se complementan con los realizados por los servicios británicos,
que advierten continuamente que Al Qaeda y algunas variantes del "terrorismo
islámico" ya cuentan -o están en proceso de contar- con armas nucleares
capaces de activar explosiones limitadas, pero de efecto devastador, en
ciudades claves de Europa o de EEUU.
En estas hipótesis también
coinciden el resto de los servicios de inteligencia de las potencias europeas
embarcadas en planes comunes y en programas de intercambio para la "guerra
contra el terrorismo", también ya han adoptado la tesis del "terrorismo
nuclear iraní" como nueva hipótesis de conflicto.
Pero, lo más sugestivo, es que todas
las hipótesis coinciden en situar una presunta relación Irán-Al Qaeda
como la base de despegue internacional del "terrorismo nuclear" a escala
internacional.
En la presentación por parte del Pentágono de
Revisión de la Postura Nuclear, en abril pasado,
el "terrorismo nuclear", Irán y Corea del
Norte conforman la mayor preocupación de EEUU.
En caso de que se diera un ataque con armas
biológicas o químicas, Washington respondería con una fuerza "militar
convencional devastadora", aunque advierte que la política puede ser revisada
ante los "rápidos avances" de esas tecnologías.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el
secretario de Defensa, Robert Gates, presentaron el documento de 77 páginas en
el que se define la estrategia nuclear para los próxima década.
Hillary Clinton aclaró que en el documento hay
"una estrecha gama de circunstancias en las que las armas nucleares pueden
jugar un papel", lo que deja la puerta abierta para revaluaciones de la
nueva política.
"Si no van a cumplir con las reglas y van a convertirse en proliferadores
nucleares, entonces todas las opciones están sobre la mesa", dijo el secretario
Gates, refiriéndose al tratamiento que recibirían países como Corea del Norte o
Irán, que Washington considera que no respetan el TNP.
La doctrina nuclear de EEUU de hecho no excluye
la posibilidad de asestar un golpe contra Irán y Corea del Norte, declaró el
jefe del Pentágono, Robert Gates, al presentar el documento.
"La doctrina nuclear contiene un serio llamamiento dirigido a Irán y Corea
del Norte. Estamos haciendo una excepción a los países como Irán y Corea del
Norte, que no acatan los principios del Tratado de No Proliferación", precisó el
jefe del Pentágono..
Pese a los cambios de redacción en la nueva
estrategia nuclear, el documento especifica que "EEUU no está preparado en los
actuales momentos a adoptar una política universal en la que los ataques
nucleares disuasivos sean el sólo propósito de las armas nucleares".
En el documento en que que el llamado "paraguas nuclear" seguirá
desplegado para tranquilidad de los aliados, particularmente los de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La postura de la Casa Blanca
gerenciada por Obama coincide con diferentes proyectos presentados en el
Congreso de EEUU por demócratas y republicanos, situando al "terrorismo
nuclear" como nueva hipótesis de conflicto.
La nueva doctrina nuclear de
EEUU no sólo niega los devastadores impactos de las armas nucleares, sino que no
deja lugar a dudas, que las armas nucleares son “seguras” y que su uso en el
campo de batalla asegurará un "mínimo daño colateral y reducirá la
probabilidad de escalada".
En este
escenario, nadie puede garantizar que las "mini-bombas" nucleares de bajo
rendimiento, que han sido aprobadas para su “uso en el campo de batalla”, no
estén en planes de ser utilizadas en operaciones
futuras de exterminio de bases "terroristas" situadas en países comprendidos
dentro del "eje del mal", como es el caso de Irán.
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador,
analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación
estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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