La movilización se produce cuatro años después de una incursión de guerrilleros
de Hezbolá en territorio israelí que desató una un bombardeo de 34 días y
una fracasada incursión terrestre isralí de 34 días, que dejó más de 1400
muertos y 5000 heridos entre la población libanesa.
Un recordatorio de la alta explosividad de la zona se produjo el 3 de agosto, cuando
soldados libaneses dispararon contra efectivos israelíes que despejaban unas
malezas del lado israelí de la frontera. Un oficial israelí murió y otro resultó
gravemente herido. Israel respondió despachando un helicóptero que mató a dos
solados libaneses y a un periodista.
Hezbolá, supuestamente armado por Irán y Siria y más fuerte que el ejército libanés,
no se involucró en el episodio del 3 de agosto. Pero su líder, el jeque Hassan
Nasrallah, dijo que intervendrá si se repite algo parecido. Agregó que si
estalla la guerra, dispararán cohetes hacia Tel Aviv.
Las revelaciones de
Israel acerca de los preparativos de Hezbolá parecen tener dos objetivos:
demostrar el alcance de sus servicios de espionaje y dejar sentado que si hay
otra guerra y mueren muchos civiles, será porque Hezbolá movilizó armas y
efectivos.
Los militares israelíes dicen que Hezbolá cambió de estrategia desde la última
confrontación y que trasladó armas y combatientes de zonas rurales a pueblos. El
objetivo sería evitar ser descubiertos y usar a los civiles como escudo si
estalla un conflicto.
Agregan que todo esto sucede bajo las narices de 12.000 soldados de fuerzas de
paz de las Naciones Unidas, que, según ellos, realizan hasta 340 patrullas
diarias en el sur del Líbano pero tropiezan con una población hostil y normas
que les impiden inspeccionar propiedades privadas.
En una entrevista con la AP en Monte Adir, desde donde se divisa la frontera,
una oficial israelí apunta hacia el pueblo de Aita al-Shaab. Señala uno de los
edificios del extremo sur, una estructura blanca que aloja niños con trastornos
mentales, y dice que es usado por Jezbolá.
La guerrilla usa varios edificios del centro de Aita al-Shaab, dice la militar,
y decenas de combatientes se movilizan por casas y por túneles subterráneos. La
informante no permitió que se divulgase su nombre porque se trataba de datos
delicados.
En el pueblo también hay depósitos de armas enviadas por Irán a través de Siria,
indicó.
Añadió que los guerrilleros tienen unos 5.000 efectivos operando entre la
frontera y el río Litani, una faja de entre cinco y 30 kilómetros (tres y 18
millas) en la que supuestamente no puede haber combatientes, según el cese al
fuego acordado en el 2006.
A fines del 2009, Nasrallah dijo que Hezbolá tenía 30.000 cohetes. Israel estima
que ahora cuenta con 40.000.
Las fuerzas de paz sostienen que no detectan una movilización de Jezbolá e
Israel no ofrece pruebas de sus afirmaciones, aduciendo que no puede comprometer
sus fuentes.
En julio, el ejército israelí divulgó mapas, fotografías y una simulación 3D de
calles y casas de otro pueblo libanés, Khiam.
La simulación muestra un depósito de armas, un edificio ocupado ilegalmente y
otro pintado de rojo, ubicado a 130 metros de una escuela, de color azul. Un
mapa señala 12 sitios donde supuestamente hay armas almacenadas y tres puestos
de comando.
El mensaje de Israel es claro: Si estalla otra guerra, morirán muchos civiles.
Los israelíes sufrieron problemas organizativos y de abastecimiento, y fueron
muy criticado por la cantidad de civiles muertos. Esas críticas recrudecieron
luego de la ofensiva de Gaza hace dos años.
La frontera, no obstante, ha estado tranquila los últimos cuatro años.
Israel dice que las fuerzas de paz no detectan la presencia de combatientes
porque tienen prohibido revisar viviendas.
La presencia de guerrilleros, no obstante, se hizo evidente el 15 de julio del
2009, cuando se produjo una explosión en una vivienda del poblado de Khirbet
Silim, donde según las fuerzas de paz funcionaba un depósito de armas de Hezbolá.
En octubre estalló otro depósito, dijeron los israelíes, y en diciembre las
fuerzas de paz reportaron haber hallado "un grupo de individuos" con unos 250
kilos (550 libras) de explosivos.