En el
video se observa a seis soldados israelíes, armados y con chalecos antibalas,
caminando por una calle de Hebron cuando tenia lugar la oración musulmana,
y que, aprovechando el silencio y la ausencia de personas en la calle, iniciaron la coreografía.
El grupo
de soldados represores patrulla, arma en mano, de pronto comienzan a bailar "Tik
Tok", de Keesha, con una coordinación sorprendente y en una actitud burlesca
contra la oración musulmana.
El pelotón
comienza a desarrollar la coreografía de la canción "Tik Tok", de la cantante
norteamericana Keesha. De acuerdo con información de la prensa israelí, el
video fue armado por los propios soldados.
El video, rápidamente comentado en las redes sociales y blogs, fue removido de internet la tarde del lunes por los mismos soldados, pero una versión fue
descargada por un usuario diferente que la tituló: "Es fácil reírse de la
ocupación, cuando usted es el represor'".
Oficiales
de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) -citadas por el diario local Haaretz-
indicaron este martes que el polémico video estaba siendo analizado con
"detenimiento" por el alto mando militar desde la tarde del lunes.
El video
desató un escándalo en el propio Estado judío.
Desde
militantes por los derechos humanos hasta diputados de la derecha israelí
criticaron el martes a los soldados que subieron el video a Youtube.
El rechazo de la opinión pública israelí al video tiene que ver no sólo con lo
que se ve (seis soldados bailando un minuto al ritmo de la canción “Tick Tock”
de la cantante estadounidense Keesha), sino lo que no se ve: en pleno día, no se
ve ni un palestino caminando por la principal avenida de Hebrón y tampoco se
observan negocios abiertos, ya que muchos de ellos fueron cerrados por las
autoridades israelíes “por motivos de seguridad”.
En Hebrón viven unos 500 colonos judíos, de la corriente más extremista,
que habitan en tres concentraciones en plena ciudad, un sitio donde alegan
derechos históricos. Su presencia en el lugar produce –en la práctica– el
cercenamiento de los derechos humanos de los 160 mil palestinos que habitan la
zona.
Según el corresponsal del diario Clarín
en Tel Aviv, la repulsa al video subido
a Youtube –cuyo retiro fue exigido oficialmente pero no concretado porque ya se
habían hecho varias copias– deviene del mito en el que vive la sociedad israelí,
según la cual sus hijos sirven en las Fuerzas Armadas patrullando en los
territorios ocupados sólo porque "no hay alternativa" y lo hacen de la
manera más humana, haciendo el menor daño posible a la población palestina.
"Lo que los padres de los jóvenes soldados no querían saber es que sus hijos
pueden permitirse hacer payasadas en el medio de la calle vedada a palestinos y
frente a los vecinos que se encierran detrás de sus persianas, desde donde
pueden ver a sus conquistadores, en lo que pareciera el fin de un imperio",
señala el corresponsal de Clarín.
La justicia militar israelí indicó el martes que los “bailarines uniformados”
serían llevados a juicio por su conducta en Hebrón. Fue el mismo día en que se
anunció el enjuiciamiento de varios soldados durante la ofensiva israelí en Gaza
en enero del 2009.
Durante
más de un año, las autoridades militares rechazaron las versiones recogidas por
ONGS israelíes de derechos humanos que denunciaban con pruebas fehacientes
crímenes de guerra cometidos por soldados de Israel.
En un comunicado, el jefe de los fiscales militares dijo que presentará "cargos
de homicidio" contra un soldado de infantería por su presunto rol en la muerte
de dos palestinas baleadas cuando al parecer ondeaban una bandera blanca.
Operación
masacre
En
la primera semana de enero de 2009,
Israel lanzó una operación de exterminio militar aéreo denominada "Plomo
Sólido" en Gaza, de tal magnitud devastadora, que solamente en los primeros
cinco minutos mató a más de 400 palestinos, entre ellos mujeres y niños, cuyos
cuerpos fueron extraídos de los escombros de los edificios públicos y viviendas
aledañas destruidos por los misiles.
Unos 1.400 palestinos, la mayoría
civiles, mujeres y niños fueron asesinados en la Operación "Plomo Sólido", de
enero de 2009, que desató críticas internacionales y fue duramente condenada por
un informe de la ONU.
La operación
de masacre aérea, que luego se
complementó con una invasión blindada terrestre, se prolongó por 22 días
consecutivos, con Gaza rodeada, sin agua, sin luz, sin combustible, sin
alimentos y con su población en estado de catástrofe alimentaria y sanitaria.
La expedición de exterminio contó con
el silencio de los gobiernos mundiales (salvo Cuba, Irán, Siria, Venezuela y
Bolivia, que lo condenaron), y dejó como saldo -según los datos oficiales- más
de 1400 palestinos muertos, entre ellos 300 mujeres y 400 niños, y más
de 5.000 heridos.
Ilustrando la desproporción de
fuerzas, la resistencia palestina, provista sólo de fusiles, lanzagranadas y
cohetes rudimentarios, produjo la muerte de 13 israelíes reconocida
oficialmente por el Estado judío.
Gaza, rodeada por aire, por mar y por
tierra, fue posteriormente sometida a un bloqueo económico genocida (cuyo
saldo de muertes por efectos colaterales aún es indeterminado), y casi la
totalidad de su infraestructura y centros gubernamentales fueron destruidos.
La tragedia humana (silenciada y
deformada por las potencias y las grandes cadenas mediáticas) desatada por el
exterminio militar israelí en Gaza no se definió en un escenario, sino en tres
escenarios simultáneos: A) La masacre militar de civiles, B) La
tragedia humanitaria con el bloqueo, C) La guerra asimétrica entre
Israel (el agresor) y Hamás (el agredido).
Estos tres escenarios, fueron
utilizados (sin éxito) por Israel como herramienta de presión bélica para
someter a Hamás y obligarlo a cumplimentar los dos objetivos estratégicos
centrales de la operación "Plomo Sólido": La firma de una tregua y de un
acuerdo duradero que asegure el final de los ataques con cohetes a las
ciudades israelíes.
No obstante estar claros los roles
del invasor (Israel) y del invadido (el gobierno legitimo de Hamás),
y no obstante estar clara la desproporción de fuerzas (ataque de una
superpotencia contra una guerrilla que defiende su territorio), para la ONU y
las potencias, en Gaza no hubo una operación de exterminio militar
indiscriminado, sino una "guerra entre Israel y Hamás".
Esta es la tesis que trató de
justificar el Consejo de
"Derechos Humanos" de las Naciones Unidas que condenó posteriormente tanto
a Hamás como a Israel por violación de derechos y "crímenes de guerra"
durante la masacre en enero de 2009.