Informe especial
IAR Noticias/
El domingo
fue una jornada de "extrañas coincidencias", cuyo trámite fue ignorado por
la prensa internacional que dio las "noticias" por separado y sin ningún
análisis de conexión.
El jefe de Estado Mayor militar de EEUU, almirante Michael Mullen, se reunió el
domingo en Tel Aviv con el comandante en jefe del Ejército israelí, teniente
general Gabi Ashkenazi, con el objetivo, según la prensa israelí de analizar
desafíos y amenazas regionales de "mutuo interés".
Los dos
altos jefes militares mantuvieron una reunión cara a cara, así como una
conferencia colectiva con altos oficiales militares y de seguridad israelíes,
incluyendo al comandante de la Marina y el jefe del Directorio de Planificación
del Ejército.
Mullen,
según el diario Haaretz, señaló que fue una reunión periódica conjunta
que los Estados Mayores de ambos países realizan para evaluar amenazas, desde el
punto de vista israelí y atendiendo a los intereses de EEUU ligados al Estado
de Israel.
Ashkenazi,
según la prensa israelí, felicitó a Mullen por sus numerosas visitas a
Israel, y subrayó que ambos se reunieron en varias oportunidades en el pasado.
Sobre la reunión dijo que fue fructífera "debido a que el almirante
Mullen se ocupó de promocionar las relaciones y la cooperación entre las fuerzas
armadas".
El jefe en comandante de Tzáhal (ejército israelí) subrayó que la relación
personal y organizativa entre los dos es excepcional y de las mejores entre los
dos países. Ashkenazi dijo: "Considero al almirante Mullen un amigo, y un
compañero en todo lo relacionado a la seguridad del Estado de Israel",
añadió citado por la prensa judía.
Antes de la cumbre militar, el alto jefe militar estadounidense se reunió
con el ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak.
El mismo
día, desde la cumbre en Toronto, Canadá, el primer ministro Italiano, Silvio Berlusconi,
expresó que los líderes mundiales del G-8 "creen con toda certeza" que Israel puede atacar
objetivos militares en Irán para evitar que pueda hacerse con armas nucleares.
“Irán no
está garantizando una producción pacífica de energía nuclear, así que los
miembros del G-8 están preocupados y creen con toda certeza que Israel
probablemente reaccionará de manera preventiva”, aseguró Berlusconi a los
periodistas en unas declaraciones recogidas el lunes por el diario israelí
Haaretz.
Durante la
semana pasada, Uzi Arad, cabeza del Consejo Nacional de Seguridad de Israel y confidente del
Primer Ministro Benjamín Netaniahu, había deslizado que “la última ronda de
sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Irán es inadecuado para
frustrar su progreso nuclear. Una operación militar preventiva podría ser
eventualmente necesaria".
Los líderes del G-8 –formado por Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón,
Rusia y EEUU– dedicaron buena parte de la jornada del sábado a debatir sobre
los programas nucleares que desarrolla Pyongyang y Teherán.
Luego el
G-8 hizo público un comunicado en el que insta a
Irán a que “respete la ley” y “mantenga” un “diálogo transparente” sobre sus
ambiciones nucleares.
Las sorpresivas revelaciones de Berlusconi estuvieron precedidas la semana pasada por la
publicación en Haaretz de movimientos militares israelíes en Arabia Saudi que
podrían formar parte de los preparativos para bombardear objetivos militares en
Irán a través de un corredor aéreo saudí.
La prensa
egipcia, por su parte, publico también el pasado fin de semana que una flota
norteamericana compuesta por diez fragatas y un portaaviones cruzó en Canal de
Suez rumbo al Mar Rojo.
Irán se
hizo eco de estos movimientos y rumores movilizando tropas y equipos militares .
“La movilización se hace por la presencia de fuerzas americanas e israelíes en
la frontera noroeste”, explicitó el General Mehdi Moini, comandante de las
tropas de la Guardia Revolucionaria.
Moini agregó que buscarán neutralizar los movimientos militares de EEUU e Israel
en dirección a Azerbaiján “porque algunos países occidentales buscan fomentar
los conflictos étnicos para desestabilizar a la región".
Según la versión deTeherán, tropas estadounidenses e israelíes se alistan en las bases
militares y aéreas de Azerbaiján para ejecutar desde allí un ataque a las
instalaciones nucleares de Irán.
En ese marco, el gobierno de Ahmadinejad declaró el "estado
de guerra" en su frontera noroeste, en la zona del mar Caspio.
Fuentes militares iraníes justificaron el despliegue militar afirmando que en los últimos
días Israel transfirió secretamente un importante número de aviones bombarderos
a las bases de Azerbaiján, vía Georgia, y que también se preparan en el país
limítrofe las fuerzas especiales del ejército de los EEUU.
Toda esta
conjunción de "señales" políticas y militares, coincidió a su vez
con una advertencia del director de
la CIA, Leon Panetta, quién afrmó el domingo que Irán está en capacidad de
construir dos bombas nucleares en dos años, ya que tiene capacidad
suficiente de uranio enriquecido.
En
declaraciones a la cadena televisiva ABC, Panetta dijo dudar de que las
recientes sanciones de la ONU vayan a poner fin a las ambiciones nucleares de
Teherán, aunque el régimen islámico asegura que su plan atómico sólo apunta
a la producción de energía con fines pacíficos.
El jefe de la Agencia afirmó que las sanciones podrían ayudar a debilitar a
Teherán al crear graves problemas económicos, pero que probablemente no van a
impedir que siga con sus ambiciones de desarrollar su capacidad nuclear.
En suma,
un conjunto de "señales" simultáneas emitidas en un escenario marcado por
la decisión de Irán de no reanudar las negociaciones nucleares luego de las
últimas sanciones económicas aplicadas en su contra por la ONU, la Unión Europea
y EEUU.