na fuente del servicio federal ruso
de cooperación militar, citada por la agencia Interfax, señaló el jueves que
Moscú congelará un contrato de entrega a Irán de misiles S-300 tras la
adopción de nuevas sanciones en la ONU contra Teherán.
Las nuevas sanciones internacionales
contra Irán aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU impiden cumplir el
contrato de suministro a Teherán de sistemas de misiles antiaéreos rusos S-300,
afirmó el viernes una fuente del Kremlin.
La víspera, el portavoz del
ministerio ruso de Asuntos Exteriores, Andréi Nesterenko, había declarado que
"los sistemas de defensa antiaérea, a excepción de los misiles portátiles, no
entran en la lista de la ONU relativa a las armas convencionales".
Mientras tanto, el titular de Exteriores, Serguéi Lavrov, anunció el
viernes en Taskent, la capital de Uzbekistán, que próximamente el presidente de
Rusia, Dmitri Medvédev, dictará un decreto con la lista de los tipos de
armamento cuyos suministros no están afectados por las sanciones.
Sin embargo, el canciller Lavrov afirmó luego que las sanciones no impedirían la
entrega de los misiles rusos, por tratarse de "armas defensivas".
Previamente, el viceministro ruso de
Exteriores, Serguei Riabkov, señaló que "los especialistas rusos estudian
profundamente todos los aspectos de la situación teniendo en cuenta la
resolución 1929 de la ONU aprobada el pasado 9 de junio" y agregó Rusia
cumplirá estrictamente lo establecido en la resolución mencionada.
Por su parte, el Servicio Federal de
Cooperación Técnica Militar de Rusia prometió el viernes explicar próximamente
su postura sobre el asunto.
En 2007, Rusia firmó un contrato para
la venta a Irán de cinco baterías S-300 por 800 millones de dólares, que
Moscú mantiene congelado.
El asunto parece ser objeto de
discusiones intensas en Rusia, pues este viernes una fuente del Kremlin indicó a
su vez a la prensa que las sanciones de la ONU impiden la entrega a Irán de
esos misiles rusos.
El contrato de suministro de misiles S-300 fue firmado por Rusia e Irán en
diciembre de 2005. Oficialmente no se informó del inicio de las entregas.
Arma clave
Un nuevo escenario para un contraataque iraní se plantea a partir del
ingreso en escena de los cinco sistemas de misiles S-300 que Irán compró a Rusia
y cuya entrega permanece en el misterio.
El carácter estratégico (en un escenario de ataque sionista a Irán) que
revestiría dicho sistema de defensa en manos iraníes, genera presiones
constantes a Moscú por parte de EEUU, Israel y la Unión Europea para evitar que
los misiles S-300 neutralicen el accionar de los cazas y bombarderos sionistas
en un hipotético raid contra las usinas nucleares y las instalaciones
militares de Irán.
La presión diplomática de la administración de Obama o la reunión secreta de
Netanyahu con el presidente Medvédev forman parte de ese objetivo, que -según
coinciden especialistas en Washington y Tel Aviv- no han conseguido ningún
resultado positivo para el eje sionista.
En diciembre de 2008, la agencia
oficial iraní IRNA comunicó, citando al vicepresidente de la comisión de
seguridad nacional y política exterior del Parlamento de Irán, Ismail Kousari,
que Rusia empezó a suministrar piezas reglamentarias para el sistema S-300.
Los S-300, similares a los Patriot
estadounidenses, pueden seguir y abatir varios blancos simultáneamente a
alturas de hasta 27 kilómetros, con un alcance de 200 kilómetros, por lo que
permitirían, según algunos expertos, a Irán defenderse con eficacia en caso de
un ataque aéreo.
El sistema S-300, en su modificación más reciente, es capaz de abatir aviones
enemigos a una distancia de 150 Km y a una altura de 27 Km. Anteriormente, Rusia
vendió a Irán misiles antiaéreos Tor-M1, que tienen un alcance de 12 Km (seis en
altura).
Según su descripción técnica
proporcionada por la Defensa rusa, el S-300 (SA-10 Grumble, según la OTAN) es un
sistema antiaéreo diseñado para proteger instalaciones militares y
centros industriales y de mando de los ataques masivos desde el aire y el
espacio.
Es capaz de destruir todo tipo de
aviones, misiles balísticos y de crucero y teóricamente, puede atacar
objetivos terrestres.
Los expertos militares coinciden: Si
un posible ataque militar del eje EEUU-Israel no consigue neutralizar y/o
debilitar en pocos minutos el sistema de defensa iraní (principalmente su
capacidad de respuesta aérea) en un "golpe sorpresa", se expone a un
contraataque iraní a ciudades e instalaciones militares claves en Israel, y
a una reacción islámica generalizada de difícil pronóstico en Medio Oriente.