El
despliegue por EEUU de un sistema de defensa antimisiles en países árabes del
Golfo, frente a las costas de Irán, atizará las tensiones en esta estratégica
zona que aprovisiona un tercio de la demanda mundial de petróleo, señaló por su
parte
El alto
mando israelí y sus servicios de inteligencia, actualizan constantemente los
"fundamentos" de operaciones planificadas contra Gaza, los búnkeres de Hezbolá
y las usinas nucleares de
Teherán.
También el
Pentágono, que en último Informe de la Agencia de Defensa de Misiles Balísticos
señala que Irán cuenta ahora con más misiles capaces de alcanzar Oriente
Próximo y Europa Oriental. Además, sostiene que la República Islámica
continúa dependiendo de otros países para conseguir muchos componentes de sus
armas.
La Agencia también señala en el texto la "amenaza regional" que suponen los
misiles de corto alcance de Siria, país que además dispondría de varias ojivas
de carácter químico
Mientras
tanto, desde fines de la semana pasada y en varios frentes simultáneos abiertos,
se producen crecientes operaciones cruzadas de acción psicológica intimidatoria
entre Tel Aviv, Teherán y Damasco, y reuniones constantes de alto nivel en
Washington y Tel Aviv.
Todo hace
presagiar según analistas árabes, judíos y estadounidenses una inminente
escalada militar en el Golfo Pérsico activada por la plana mayor israelí
que busca -según su propia definición- desactivar la capacidad nuclear de
Irán antes de que consiga la bomba, impedir que Hezbolá siga incrementando
sus arsenales militares en Líbano y que Hamás vuelva a solidificarse en Gaza.
Los expertos militares coinciden: Si
un posible ataque militar del eje EEUU-Israel no consigue neutralizar y/o
debilitar en pocos minutos el sistema de defensa iraní (principalmente su
capacidad de respuesta aérea) en un "golpe sorpresa", se expone a un
contraataque iraní a ciudades e instalaciones militares claves en Israel, y
a una reacción islámica generalizada de difícil pronóstico en Medio Oriente.
Estos objetivos (casi
explícitos) parecen marcar la agenda del alto mando militar judío que en mayo y
en noviembre del año pasado realizó ejercicios militares en gran escala con
simulación de una guerra regional y de una Intifada.
El sábado pasado, alimentado los
rumores de escalada, The New York Times afirmó que EEUU está acelerando
el despliegue de defensas en el golfo Pérsico alegando la posibilidad de
ataques con misiles por parte de Irán.
Según el influyente diario imperial,
el Pentágono cuenta con portaaviones y grupos de combate situados frente a las costas iraníes y sistemas antimisiles emplazados en al
menos cuatro países del Golfo (Qatar, los Emiratos Arabes Unidos, Bahréin y
Kuwait)
Según el diario, la administración
Obama está trabajando "discretamente" con esos países para "actualizar las
defensas de plantas de petróleo y otras infraestructuras clave en un intento de
frustrar futuros ataques militares por parte Irán".
La iniciativa incluye una "coordinación sin precedentes" de las defensas aéreas
y ejercicios conjuntos entre EEUU y los ejércitos árabes dirigidos a aumentar
la presión sobre Teherán.
Confirmando la versión, el
presidente del Parlamento iraní, Alí Larijani, exhortó a los países del
Golfo a no permitir a EEUU lanzar ataques contra Irán desde bases situadas en
la región.
"Los países de la región que albergan bases militares norteamericanas deben
saber que dichas bases no deben ser utilizadas contra Irán. La región no debe
ser una base para atacar a Irán", declaró Larijani en conferencia de prensa.
Por su parte, el ministro iraní de
Defensa, Ahmad Vahidi, citado por la agencia Fars, dijo la semana pasada que los
navíos de guerra occidentales que se encuentran en el Golfo serían "el mejor
blanco" de Irán si las plantas nucleares de la República Islámica fueran
atacadas.
Según el diario judío Haartez, los
despliegues militares "occidentales" en el Golfo son parte de los
esfuerzos para contrarrestar la impresión de que Irán se está convirtiendo en la
fuerza militar más poderosa del Oriente Medio y para evitar cualquier escalada
de Irán, si se impone un nuevo conjunto de duras sanciones contra Teherán en el
Consejo de Seguridad de la ONU.
Por medio
de advertencias constantes, el estado mayor israelí -como volvió a señalar la
semana pasada The Washington Post- lanza señales claras de que está
dispuesto a lanzar un "hecho consumado" (operaciones simultáneas y
sincronizadas) contra el eje Irán, Siria-Libano-Gaza, para implicar a Washington
en el conflicto
En el terreno táctico (y mientras se
retrasa el desenlace militar con las estancadas negociaciones en el frente
diplomático) Irán y el eje sionista USA-Israel se preparan para una meta
esencial: Potenciar su defensa y cubrir todos los flancos débiles frente
a operaciones de ataque y contraataque aéreo con misiles que podrían involucrar
a Siria, Líbano y Gaza.
La hipótesis de la "triple guerra"
-como señalan los expertos- ya se encuenttra en el simulador, mientras se agotan
y complican las negociaciones en el frente diplomático con un nuevo rechazo de
Teherán a la última propuesta nuclear de EEUU y las potencias.
Hace tres meses,
y en un lapso de tres semanas de diferencia, Irán y el eje EEUU-Israel lanzaron
lo que ellos mismos denominan su "más grande juego de guerra" preparatorio de
defensa y contraataque en prevención de una posible resolución militar del
conflicto nuclear que por ahora se dirime (y sigue fracasando) en el plano
diplomático, en la ONU.
En la última semana de octubre
pasado, Israel y EEUU iniciaron maniobras militares conjuntas en alta escala de
sus fuerzas aéreas.
El simulacro duró cinco días, puso a
prueba el sistema Arrow (Jetz) para la interceptación de misiles, el THAAD (un
sistema de defensa aérea a gran altitud), una fragata con el sistema de defensa
AEGIS, así como los sistemas antiaéreos Patriot y Hawk, según la
información oficial.
Durante las maniobras se simularon
ataques con misiles de largo alcance provenientes de Irán, Libano y Gaza, y
posiblemente Siria) al Estado judío, y la realización de una prueba de
interceptación "en vivo" de uno de esos artefactos, su detección y
neutralización en vuelo, mediante radares y escudos defensivos.
"El objetivo de Juniper Cobra 10 es
practicar la eliminación de misiles lanzados desde larga distancia", reveló la
prensa israelí citando fuentes del ministerio de Defensa. Y añadió: "La
capacidad que van a exhibir los radares estadounidenses nunca antes ha sido
vista en Israel".
El comandante en jefe de la Fuerza
Aeroespacial de los Pasdarán -como también se conoce a los Guardianes de la
Revolución-, Amir Ali Hajizadeh, advirtió que ese cuerpo de elite posee
maquinaria de guerra capaz de derribar cazabombarderos israelíes tipo F-15 y
F-16.
"Podemos garantizar que cualquiera de esos aviones de combate que caiga en
nuestro radio de acción será destruido. Y en caso de que puedan escapar, las
bases de las que han salido serán atacadas con misiles tierra-tierra antes de
que aterricen", explicó.
Las maniobras militares en alta
escala que se repiten, coinciden por estos días con un incremento de la
tensión entre Irán y las potencias occidentales, después de que Teherán
anunciara el 25 de septiembre la construcción de una segunda planta de
enriquecimiento de uranio y se negara a negociar su programa nuclear.
Para Tel Aviv y Washington, el
desarrollo del poder económico- nuclear-militar de Irán es directamente
proporcional a una amenaza a la existencia del Estado de Israel y a la
supervivencia de los intereses capital-imperialistas-militares de EEUU y el eje
sionista en la región del Medio Oriente y en todo el planeta.
En este escenario, de tensión
siempre creciente, se siguen sumando las señales de un a escalada militar
inevitable en Medio Oriente, el gran polvorín petrolero del planeta.
*****