(IAR
Noticias) 11-Agosto-2010
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Vista de la zona sur de la
central de reprocesamiento de Mayak. (Foto AFP) |
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Las
autoridades rusas declararon el estado de emergencia en los alrededores de la
central nuclear de Mayak, en lazona de los Urales, que sigue terriblemente
amenazada por el fuego. Otras instalaciones nucleares permanecen en zona de
riesgo. La alerta afecta a los bosques y parques de la región.
IAR
Noticias
/
Agencias
E l centro,
situado en las cercanías de Chelyabinsk, en los Urales, no se ha visto afectado
aún, aunque el temor a que sí llegue a producirse algún incidente ha provocado
que el martes se celebre una reunión del gabinete de crisis.
La nube de
humo provocada por los incendios forestares que asolan Rusia se está disipando
gradualmente de Moscú que, hasta el momento, ha sufrido las duras consecuencias
del humo.
El fuego ha calcinado cientos de miles de hectáreas desde finales de julio, pero
ha inquietado especialmente a las autoridades de Chelyabinsk (a 2.000 kilómetros
al este de Moscú) por la proximidad de las llamas al centro que se dedica
fundamentalmente a almacenar residuos nucleares.
Los
servicios de emergencias de Snezhinsk, en los Urales, han informado de que el
incendio que se acercaba al centro de investigación nuclear de esta ciudad rusa
ha sido extinguido, mientras que las autoridades de Ozersk, a sólo 80
kilómetros, aplicaron el reglamento de emergencia en las inmediaciones de la
planta de procesamiento de desechos nucleares de Mayak, una de las más
importantes de Rusia.
Mientras,
en la ciudad de Ozersk las autoridades pusieron en práctica la normativa de
emergencia para evitar una propagación de los incendios, debido a que
allí se encuentra una de las plantas de procesamiento de residuos nucleares más
importantes de Rusia, la planta de Mayak.
"El jefe de la administración ha declarado el 6 de agosto (...) el estado de
emergencia debido a la propagación del fuego", se dice en un comunicado
difundido hace escasas horas.
El enorme complejo nuclear de Mayak es capaz de reprocesar 400 toneladas de
combustible nuclear al año, además de ser un lugar de almacenamiento de
grandes cantidades de residuos de este tipo.
En
numerosas ocasiones ha sido protagonista de las noticias del día por los
accidentes y fugas que se han producido en los últimos años.
Majak fue en 1957 el escenario de la mayor catástrofe atómica antes de la de
Chernobil, en Ucrania, en 1986. Entonces murieron 200 pesonas, según datos
oficiales. La radiactividad contaminó una zona de unos 100 kilómetros cuadrados.
Varias instalaciones nucleares de Rusia se encuentran en zonas de riesgo.
De hecho, el ministro de Situaciones de Emergencia, Sergei Shoigu, instó el
domingo a sus servicios a redoblar los esfuerzos en torno a un centro de armas
nucleares, una Snezhinsk, también en los Urales.
En cuanto a la central nuclear de Sarov, a 500 km al este de Moscú, más de 800
hombres todavía están luchando contra el fuego que asoló la zona.
En la capital de Rusia, el número de muertes aumentó de menos de 400 a alrededor
de 700 por día. Es decir, la mortalidad se ha duplicado en pocas horas debido al
humo y al calor.
Defensores
de los Derechos Humanos había pedido en una carta abierta al presidente Dmitry
Medvedev, que pida ayuda a los países extranjeros para evitar "una catástrofe
humanitaria" ya que, de acuerdo con las autoridades de Moscú, los índices de
micropartículas de la contaminación, el monóxido de carbono e hidrocarburos,
eran tres veces superiores a los que normalmente se consideran peligrosos para
el ser humano.
Alexei Yablokov, ex asesor de la ecología del Consejo de Seguridad de Rusia, ya
ha avisado de que este fenómeno supone para Rusia uno de los principales
desastres ecológicos y de salud de toda su historia.
Varias embajadas extranjeras, tales como Canadá, han comenzado a evacuar a
algunos de sus nacionales y los equipos locales de fútbol han anunciado que
van a abandonar la zona para poder entrenar.
Por su parte, el jefe de los servicios sanitarios de Rusia, Gennady Onishchenko,
también ha advertido contra las epidemias como el cólera, debido a la ola de
calor.
Los grandes incendios forestales que azotaron el oeste de Rusia han causado la
muerta, por el momento, a 52 personas, según cifras oficiales. La ola de calor
que asoló el oeste de Rusia desde principios de julio es el peor "desde hace
1.000 años", ha dicho el director del servicio meteorológico de Rusia.
Desde
mediados del pasado mes de junio una ola calor asola gran parte de la zona
central de la Rusia europea y ha provocado incendios que se han cobrado la
vida de más de 50 personas, mientras que alrededor de 2.000 se han quedado sin
hogar, según indicó ayer el Gobierno ruso.
Miles de
agentes de los servicios de emergencia y militares han estado trabajando día y
noche durante casi tres semanas para combatir los incendios en 22 regiones de
Rusia.
Esta situación, junto con la fuerte sequía, ha provocado que las pérdidas a
corto plazo para la economía rusa lleguen a ser de un uno por ciento del PIB de
2010, unos 15.000 millones de dólares (11.379 millones de euros), según
predijeron varios analistas económicos en la edición de este martes del diario
financiero ruso 'Kommersant'.
"El principal efecto negativo de la sequía y de los incendios se producirá en
julio y en agosto", afirmó Alexander Morozov, del holding bancario HSBC, que
agregó que este estancamiento podría ser reconocido formalmente después del
tercer trimestre de 2010.
La mayoría de los analistas evalúan todavía de una manera modesta el impacto
en la economía del desastre medioambiental en Rusia.
La empresa
de intermediarios financieros UBS ha rebajado las estimaciones de crecimiento
del PIB de Rusia a un 0,5 por ciento en 2010 y ha aumentado su pronóstico de
inflación para 2010 del 5,5 por ciento al 6 por ciento, y hasta un 6,5 por
ciento para el próximo 2011.
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