Informe especial
IAR Noticias
El punto para Tel Aviv es uno solo:
El realineamiento islámico de Turquía le permite a Irán resistir el
bloqueo y el aislamiento, ganar tiempo, y seguir avanzando en su meta de
conseguir la bomba nuclear.
Turquía acordó con Teherán una
política de intercambio y colaboración en el plano nuclear que, según Israel,
fortalece el programa nuclear iraní y lo sitúa en posición privilegiada para
resistir la presión occidental y nuevas sanciones en su contra.
En consecuencia, los halcones
sionistas ya lanzaron el "alerta roja" y acusan en la intimidad a EEUU de jugar
de "idiota útil" del acuerdo.
Según el
analista de la agencia AFP, Michel Sailhan, la apertura hacia Irán y los
árabes, la crisis con Israel, las relaciones frustrantes con la Unión Europea
(UE), son la nueva orientación de la diplomacia turca,se aleja de sus aliados
occidentales.
"Hay muchas razones, históricas, ideológicas y económicas", explica Seyfi Tashan,
de la Universidad de Bilkent (Ankara). "Tras la caída de la Unión Soviética, los
países vecinos del Cáucaso, de Asia Central, de los Balcanes, se abrieron a
Turquía, que los convirtió en socios comerciales", pese a que el comercio con
la UE sigue representando aún el 60% de los intercambios de Turquía.
Además, "en los últimos años hubo un acercamiento con los países árabes,
en parte debido a razones ideológicas y también para aprovechar las
oportunidades de la región", prosigue.
A ello se añade la "fatiga" que sienten los turcos ante la lentitud de
las negociaciones de adhesión a la Unión Europea, que se iniciaron en 2005.
"Turquía no ha abandonado (la esperanza de adherirse a la UE), pero desarrolla
un nuevo papel regional, para sí misma", explica.
Miembro de la OTAN, aliada de Israel con el que firmó un acuerdo militar en
1996, Turquía "decidió que es más importante para ella ponerse del lado de los
árabes", dice por su lado a la AFP, Alon Liel, presidente del Consejo de Asuntos
Israel-Turquía.
Las
relaciones bilaterales, ya degradadas desde hace más de un año, llegaron a su
nivel más bajo después del 31 de mayo, cuando comandos israelíes atacaron
una flotilla de ayuda humanitaria a Gaza, matando a nueve turcos, uno de ellos
con doble nacionalidad estadounidense.
El brutal ataque contra la flota internacional con ayuda humanitaria para Gaza provocó una fuerte tensión entre
Israel y
Turquía abriendo una nueva crisis entre los dos países. La masacre recibió
una fuerte y unánime condena internacional, tanto de amigos como de enemigos del
Estado judío.
Semih Idiz, un experto analista de asuntos internacionales del diario
Milliyet, aseguró que es probable que este incidente provoque una gravísima
crisis entre Turquía e Israel, cuyas relaciones se han resentido duramente
desde la última masacre militar israelí en Gaza.
El
presidente turco, Abdulá Gul, que aseguró que esas relaciones "jamás
volverían a ser las mismas", llamó a su embajador en Tel Aviv.
El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, cuyo partido islamico moderado está en
el poder desde 2002, calificó el asalto de "sangrienta matanza" y
defendió a Hamas, el movimiento islamista palestino que gobierna Gaza.
Erdogan
lanzó en el Parlamento turco una dura condena
al ataque israelí en aguas internacionales, contra la
flotilla solidaria internacional (liderada por una ONG turca).
"Ha
sido una masacre; un ataque contra la legalidad internacional, la paz
mundial y la conciencia de la humanidad", señaló Erdogan. Exigiendo a
continuación "un castigo" y el levantamiento, "cuanto antes, del inhumano
embargo contra Gaza".
"Estamos hartos de sus mentiras. Israel no puede limpiar la sangre con excusas",
señaló el primer ministro.
el ataque
israelí, a su vez, desacomodó la alianza estratégica de EEUU con Turquía
(un aliado clave de Washington en la región) que en los últimos meses dio un
giro decisivo aliándose con Irán en materia de política y programa nuclear.
"Turquía, y no Israel, decidió que se produjera este deterioro" en las
relaciones bilaterales, "por razones ideológicas y religiosas", asegura Alon
Liel, presidente del Consejo de Asuntos Israel-Turquía.
Para explicar la evolución diplomática turca, el analista alude a cambios en las
"necesidades vitales de seguridad". En los años 1990, Israel y Turquía tenían
como objetivo común "contener a Siria y a Irán".
En el lado
turco se era consciente, en efecto, de que estos países apoyaban a los rebeldes
kurdos de Turquía. Hoy, sin embargo, tanto Damasco como Teherán ayudan a Turquía
a luchar contra esos rebeldes, señala el diario Hürriyet Daily News.
Antes, el gobierno turco vivía casi en estado de beligerancia con Siria o
Grecia. Ahora, desarrolla una política de "cero problema" con sus
vecinos, especialmente los árabes. La alianza con Israel ha perdido así su
vigencia, destaca un diplomático europeo citado por la agencia AFP en Ankara.
Como
consecuencia de las señales turcas de tomar distancia cada vez mayor de Israel y
estrechar sus lazos con Siria e Irán, Israel advirtió que el gobierno de Recep
Tayyip Erdogan se está aproximando cada vez más al "eje del mal".
Para el
gobierno de Israel, único país con armamento nuclear de la zona (algo que no
confirma ni desmiente), el acuerdo anunciado con Turquía es un logro
diplomático de Ahmadineyad.
El ministro de Relaciones Exteriores,
Avigdor Lieberman, comentando el acuerdo de Turquía con Irán y el deterioro de
los lazos con Ankara, destacó que "la situación no depende de
nosotros", agregando que la decisión del gobierno turco lo acerca al "eje
del mal".
Según el jefe de la
diplomacia israelí, la
política de Turquía "tiende a aproximarla a Siria, Irán y Hamás".
Luego de la decisión de Turquía de
cancelar un ejercicio militar conjunto con Israel, y los comentarios del primer
ministro, Recep Tayyip Erdogan, contra la conducta israelí en Gaza, los
ministros de Relaciones Exteriores de Turquía y Siria firmaron un tratado de
cooperación civil y de defensa.
La expulsión de Israel de los
ejercicios, que suelen realizarse cada año en bases aéreas turcas, provocó la
indignación de EEUU e Italia, que amenazaron con retirar sus aviones de las
maniobras si Israel era marginada.
Para evitar la marginación
explícita de Israel, el ejército turco decidió "aplazar la participación
internacional" en el ejercicio, al que tenían previsto acudir también
aviones italianos y estadounidenses, señala un comunicado emitido en la página
web del Estado Mayor.
Turquía era -hasta ahora- el
principal aliado musulmán de Israel, aunque desde la ofensiva israelí en
Gaza en diciembre y enero pasado, los contactos se han enfriado sustancialmente.
El primer ministro turco, el
islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, lanzó durante la operación "Plomo
Sólido" acusaciones y críticas inusualmente duras contra Israel, incluyendo un
espectacular enfrentamiento verbal con el presidente israelí, Shimón Peres,
durante el último Foro Económico Mundial en Davos.
El enojo de Ankara se reavivó
tras la publicación del Informe Goldstone, de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), que acusó a Israel de cometer crímenes de guerra.
El ataque israelí a la flota
solidaria turca, la cerrada defensa del Estado judío en la ONU por parte de EEUU
y la UE, aleja cada vez más a Turquía de su alianza con el
bloque occidental y lo sitúa en la puertas de una alineamiento definitivo con
el mundo islámico.