Los dos sindicatos mayoritarios
españoles rechazaron y llamaron a una huelga general contra las
nuevas medidas de ajuste fiscal, afirmando que amenazan el crecimiento del país
y la reforma laboral en marcha.
El jueves, el Gobierno español
reaccionó de urgencia y siguió al pie de la letra las exigencias de Estados
Unidos, Alemania y Francia: congelación de las pensiones, rebaja del 5% del
sueldo de los funcionarios y supresión del “cheque bebé” entre otras medidas
sociales, para empezar.
Con este anuncio, el gobierno de
Zapatero rompió con el acuerdo que alcanzó en septiembre del año pasado con
los sindicatos para elevar los sueldos de los empleados públicos un 0,3%
este año con una cláusula de revisión salarial al final del ejercicio.
Un desempleo que supera el 20% de la
población activa, un nerviosismo creciente en la Bolsa española, rumores
de rescates, de posibles recortes de calificación, unidas al lanzamiento
de una huelga general, sitúan a España como el siguiente país en caer,
después del rescate a Grecia.
La bolsa española arrancó el viernes,
la última sesión de la semana, con fuertes pérdidas.
Las caídas de la apertura se han ido
ampliando a lo largo de la mañana hasta superar el 4%.
La crisis de deuda española sigue
pesando sobre los mercados, que desconfían sobre la efectividad real de las
medidas o sobre si éstas contraerán la economía de países como España.
El euro tocó el viernes el nivel del
1,25 frente al dólar ante el temor de que la economía española entre en
deflación y por la posibilidad de que el Banco Central Europeo tenga que
mantener los tipos bajos para impulsar a las economías de la eurozona.
Con el anuncio de ajuste, el gobierno
de Zapatero rompió con el acuerdo que alcanzó en septiembre del año pasado
con los sindicatos para elevar los sueldos de los empleados públicos un 0,3%
este año con una cláusula de revisión salarial al final del ejercicio.
En la última encuesta lanzada por el
portal de economía Cotizalia, el 54% de los encuestados -1079 votos- está
convencido de que España va a tener que ser rescatada por el Fondo Monetario
Internacional y por la Unión Europea.
Por detrás de España está Portugal,
cuyo déficit alcanza el 9,4% y la deuda pública el 76,8%.
No en vano, Portugal puso manos a la
obra para solucionar sus problemas bastante antes y Bruselas ya aprobó su plan
de austeridad que contempla la reducción del déficit al 2,8% para 2013.
Aún así, un 28% de los encuestados
por el portal Cotizalia consideran que será el siguiente país en caer, con la
mitad de los votos recibidos que España.