"Antes que todo se reforzarán los componentes submarino, aéreo y de superficie
de la Flota del Báltico", indicaron las citadas fuentes, que añadieron que se
hará hincapié en la incorporación de buques clase corbeta "con misiles de
crucero de alta precisión y largo alcance".
En cuanto a las fuerzas submarinas, la Flota podrá recibir sumergibles diesel
adaptados para portar sistemas de misiles de alta precisión y los submarinos
clase Lada en construcción, señalaron las fuentes.
Es la primera reacción oficial de Rusia a la decisión de emplazar misiles
estadounidenses de defensa antiaérea en el noreste de Polonia, más cerca la
frontera rusa.
Una batería de misiles Patriot se instalará en la ciudad de Morag, a unos cien
kilómetros de la región rusa de Kaliningrado y no en las inmediaciones de
Varsovia, como estaba previsto originalmente.
La cercanía de Rusia en este caso "no ha tenido relevancia política o
estratégica", pues "la única razón ha sido la existencia de buenas
infraestructuras", afirmó anoche el ministro polaco de Defensa, Bogdan Klich.
Misiles y guerra energética
Entre agosto y septiembre de 2008,
Georgia, un país satélite de EEUU, invadió Osetia del Sur, y las tropas rusas,
en un contraataque fulminante lo obligaron a retroceder y se desplegaron en un
virtual cerrojo de control militar estratégico de la región donde se encuentra
la llave del petróleo que fluye hacia Europa.
El conflicto militar del Cáucaso le
sirvió a Moscú para mensurar los alcances reales de su creciente poderío
energético-nuclear-militar construido sobre las cenizas aún humeantes de la
URSS: En un espacio de pocos días humilló y denigró (como nunca nadie lo hizo) a
instituciones emblemáticas del poder imperial sionista de EEUU y la UE, como lo
son la ONU y la OTAN, sus gendarmes globales a escala diplomática y militar.
Perdida su apuesta militar en el
Cáucaso, EEUU (entonces gobernado por Bush) endureció sus posturas y anunció la
instalación inmediata de un escudo antimisiles en Polonia y República
El despliegue de los misiles en
Polonia, forman parte de un sistema propuesto en septiembre del año pasado por
el presidente estadounidense Barack Obama que, de acuerdo con Washington,
contrarrestará el programa de misiles balístico de Irán.
El sistema sustituirá el más controversial plan de la era Bush sobre un escudo
de defensa antimisiles que incluía 10 interceptores con base en tierra en el
norte de Polonia y un sistema de radares en la República Checa.