En general, y a nivel planetario, son los monopolios mediáticos (menos
del 5% del total de los medios mundiales) los que dictan las reglas y establecen
los parámetros de la información a escala global.
En este escenario, los medios y
periodistas del sistema son los primeros elaboradores y difusores de "teorías
conspirativas" a nivel planetario y masivo.
De manera tal que, todo lo que
"informa" la prensa masiva está manipulado y orientado por intereses privados
que se hacen pasar como "públicos" (de toda la sociedad).
Las guerras políticas y económicas
del capitalismo, en las sombras, alimentan una manipulación psicológica
permanente y nutre la parte mayoritaria del universo de la "información
mundial" (vendida por la prensa del sistema como si fuera "objetiva").
Pongamos un ejemplo preciso: Las "fuentes" que utilizan los medios y los
periodistas del sistema no son "desinteresadas". Toda la información que recoge
la prensa convencional proviene de funcionarios, políticos, militares, lobbistas
y ejecutivos de empresas, que utilizan la información masiva para manipular
intereses electorales, políticos y económicos.
Las mayoría de las "fuentes" citadas por el periodista
asalariado es siempre el poder.
Ejemplo: Los informes sobre
"terrorismo", producidos y lanzados en serie por la CIA y los
servicios de inteligencia, son aceptados como "fuentes confiables" por
la estructura y los periodistas de
la prensa convencional. Las noticias sobre Irak, Afganistán y la zonas
ocupadas, se nutren de informes y voceros oficiales del propio ejercito invasor.
En ese escenario, de manipulación de
la información con fines económicos y políticos, todas las noticias (sin
excepción) que circulan por el universo masivo de la comunicación periodística
comercial (local e internacional) son "conspirativas" y su función es
precisa: Alimentar las guerras políticas y económicas del poder.
Desde lo político, esa información
no está orientada a la búsqueda de la "objetividad" sino a direccionar conducta
social, tanto para el consumismo económico, para beneficio electoral, o para
generar consenso masivo a aquellos procesos que benefician a las
corporaciones económicas y a los gobiernos del sistema capitalista.
Por falta de contra información masiva, las mayorías planetarias
(ignorantes de la manipulación) consumen esas noticias como si fueran parte de
una realidad emergente de procesos y de hechos que se suceden como producto
de una dinámica "natural" del mundo.
En resumen, mientras por un lado la
prensa convencional y masiva califica de "teorías conspirativas" a la
información que revela sus intereses y estrategias funcionales ocultas, por
otro, utiliza la "información conspirativa" (vendida como si fuera "información
objetiva") para sostener al sistema capitalista que paga por sus servicios.
En definitiva,
destruir al enemigo con el mito de
la "teoría conspirativa, controlar y convertir al individuo-masa
en potencia social direccionada con fines de control político y económico, son
los dos
objetivos clave de la estructura mediática mundial que determina
y decide lo que las mayorías deben entender (y consumir) como "información
objetiva".
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador,
analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación
estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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