Por medio de las redes
sociales, especialmente de Twitter y Facebook, internautas de todo el mundo se
solidarizan, informan o promueven campañas de ayuda para los millones de
haitianos que han perdido a sus seres queridos y sus casas, cuya mayoría hoy
deambula por las calles sin ayuda oficial.
Los habitantes de Haití que
cuentan con acceso a internet, por otra parte, recurren a las redes sociales
para informar al segundo sobre los pormenores de la tragedia, con fotos,
videos, y testimonios impresionantes vertidos en tiempo real.
En Twitter, red de
microblogs, se repiten hasta el infinito los mensajes y enlaces de personas
pidiendo todo tipo de ayuda (alimentos, ropa, comida, medicamentos, etc)
para los damnificados, entre ellos el cantante Wicleaf Jean, de origen haitiano,
quien solicitó a sus fans colaborar con los haitianos y repetir el enlace de las
páginas que recaudan fondos vía internet.
También, residentes en EEUU y países europeos con familiares radicados o de paso
en Puerto Príncipe, han utilizado Twitter y Facebookk para recabar algún tipo
de información o contacto para conocer el estado y el paradero de sus
familiares (las comunicaciones están colapsadas en Haití).
En la misma orientación, grupos
como EarthQuake Haití y Help Haití Donate Now, en Facebook, cuentan en total con
unos cuarenta mil usuarios de todo el mundo que se han unido para donar
dinero y para enviar mensajes de aliento al pueblo haitiano.
Sin prisa: Las víctimas pueden esperar
Mientras tanto, y en las
antípodas, los líderes mundiales, las potencias y sus instituciones, se demoran
en demagógicas "solidaridades discursivas" o en burocracias confusas que
retardan la ayuda efectiva que los más de tres millones de haitianos afectados
reclaman para su supervivencia inmediata.
A esto se agrega la ausencia de
planes estratégicos para enfrentar la catástrofe, la falta de información y la
confusión, que impiden una coordinación internacional efectiva para el
rescate y la ayuda humanitaria en el teatro de la tragedia.
Hasta ahora, la catástrofe
haitiana solo motivó burocráticas reuniones de la Asamblea General y del Consejo
de Seguridad para "analizar" la situación haitiana, sin que las potencias
se pongan de acuerdo para organizar en forma conjunta la ayuda
material y de recursos humanos que requiere Haití convertido en un cementerio de
escombros.
La ONU, hasta ahora, solo fue el centro de una
"cadena" de conferencias de prensa por parte del
propio secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y de los responsables de
departamentos vinculados a la asistencia y el socorro en caso de desastres, que
todavía no pudieron confeccionar un plan de acción concreta en auxilio de las
víctimas.
"Todos los encuentros con los periodistas estuvieron marcados por una
implacable falta de información concreta sobre la real dimensión del desastre",
señala Prensa Latina.
Demagogia de catástrofe
En medio de la tragedia
multitudinaria tampoco faltó el show demagógico de los líderes mundiales
"solidarizándose" con el país devastado.
El secretario general de
la ONU Ban Ki-Moon, el papa Benedicto XVI, el
presidente estadounidense Barack Obama, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y
el francés Nicolas Sarkozy (entre otros) expresaron el miércoles su
solidaridad con el pueblo haitiano, conmovidos por la tragedia, pero sin que
trasunten planes efectivos para ir en su ayuda.
"Apelo a la generosidad de todos, para que estos hermanos y hermanas que viven
momentos de necesidad y dolor no estén faltos de nuestra solidaridad concreta",
dijo el Papa al finalizar su audiencia semanal en el Vaticano.
"Mis pensamientos y oraciones
están con los que han sido afectados por este terremoto. Supervisamos la
situación y estamos listos para ayudar al pueblo de Haití", dijo Barack Obama, el
presidente de la primera potencial mundial.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, se declaró "muy
preocupado", y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, expresó su "profunda emoción" y su
solidaridad con los haitianos.
El presidente sudafricano Jacob Zuma también transmitió "su simpatía y su
pésame" a los haitianos "afectados por el sismo", en un comunicado de la
presidencia.
Canadá está "profundamente preocupada" y dispuesta a actuar tras el potente
terremoto de magnitud 7 que sacudió a Haití, dijo el martes el jefe de la
diplomacia canadiense.
Olvidado de la obligación de las potencias y de sus bancos a proporcionar
ayuda internacional, el ex presidente estadounidense y enviado especial de la ONU para Haití, Bill
Clinton, hizo un llamado a las donaciones privadas de "incluso 1 o 2 dólares"
para paliar la situación de emergencia que viven más de tres millones de
haitianos.
"Mucha gente aquí y en el mundo quiere ayudar a la población haitiana.
Necesitamos agua, comida, refugios y primeros auxilios, lo más urgente que
pueden hacer es enviar dinero, incluso 1 o 2 dólares", dijo Clinton, que
intervino junto al secretario Ban en la tribuna de la Asamblea General de ONU.
Los bancos "estudian" la situación
Los bancos internacionales de
"desarrollo social" también se pierden en imprecisiones y en
generalidades a la hora de determinar y ejecutar la ayuda.
Sin coordinar una acción conjunta
inmediata ante la emergencia, los poderosos bancos mundiales de desarrollo
instaron a una "urgente respuesta internacional" (como si fueran
internautas de las redes sociales) para ayudar a reconstruir Haití y
anunciaron que redirigirán fondos de proyectos existentes para esfuerzos de
recuperación y reconstrucción.
El Banco Mundial (BM) dijo que proporcionará 100 millones de dólares (una
cifra absurda teniendo en cuenta la magnitud multimillonaria de los daños y las
necesidades) en asistencia para Haití, señalando que "estudia" crear un fondo
especial para que los donantes coordinen la entrega de ayuda.
La directora del banco para el área caribeña, Yvonne Tsikata, dijo que la
entidad enviará en breve un equipo a Haití con otras agencias de la ONU para
ayudar al Gobierno a "evaluar la magnitud del daño" causada por el
terremoto que causó decenas de miles de muertos y afectó a un cuarto de la
población haitiana.
Tsikata dijo que al banco le gustaría
"comenzar la evaluación de necesidades lo
antes posible", incluso aunque el Gobierno no esté funcionando plenamente.
"Este es un evento impactante y es crucial que la comunidad internacional apoye
al pueblo haitiano en este momento crítico", dijo por su parte el presidente del Banco
Mundial, Robert Zoellick.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se centra en América Latina y
el Caribe, dijo que redirigirá "oportunamente" unos 90 millones de dólares en fondos aún no
desembolsados para Haití y espera aprobar hasta 128 millones de dólares en
nuevos subsidios para el país este año.
"Nos gustaría ir allí tan pronto como sea posible", señaló.
El organismo hermano del Banco
Mundial, el Fondo Monetario Internacional, dijo que también estaba listo para
proporcionar ayuda a Haití "tan pronto como sea posible".
¿Quién va a salvar a Haití?
En tanto,
Haití es un gigantesco cementerio: Cien mil cadáveres y tres millones de personas afectadas.
La capital es muerte. Una parte de
Haití es destrucción", señala Haití Press
Network, una publicación haitiana en internet. Tanto Haití Press Network como la
página digital de Radio Metropole describen el panorama en Puerto Príncipe como
desolador y dantesco, con "cadáveres abandonados sobre el pavimento".
No hay servicios de emergencia, no
hay comida, no hay teléfono, no hay agua, no hay nada, describen los testigos.
Según la ONU y la Cruz Roja, de 3 a 3,5 millones de personas, más de un
tercio de la población total, fueron afectadas de un modo u otro por el
terremoto.
Haití está devastado y colapsado: la
infraestructura de su capital está destruida y su población está en estado de
pánico. Si no me equivoco: Estamos frente al primer caso testigo de un
Apocalipsis en un país mayoritariamente empobrecido y con mayoría de "población
sobrante" para el
sistema
capitalista.
Seguramente Haití va a
demostrar lo que ya sabemos (y está probado por la historia): El sistema
capitalista, EEUU y las potencias, retacean recursos económicos para
aplicarlos en "poblaciones sobrantes" que no generan rentabilidad comercial
a sus bancos y trasnacionales.
Haití es masivamente pobre (más
del 80% de su población es paupérrima): Su reconstrucción (que implica auxiliar
a los millones que perdieron todo) implican miles de millones US$ que no
resultan "rentables", no generan retornos para las potencias y empresa
capitalistas.
¿Quién va a salvar a Haití:
Estamos ante el primer módulo experimental de cómo va a reaccionar el sistema
ante los Apocalipsis que se avecinan.
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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador,
analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación
estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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