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¿Quién va salvar a Haití?

Mientras las redes sociales se movilizan, las potencias y sus instituciones "estudian" la ayuda

 
 

 (IAR Noticias) 15-Enero-2010

La tragedia haitiana reveló una vez más la exasperante burocracia y lentitud (además de las carencias de planes estratégicos para enfrentar las contingencias catastróficas mundiales) de las potencias y sus instituciones para acudir en auxilio de Haití, un país empobrecido y devastado, cuya reconstrucción y ayuda a los damnificados supera cualquier estimación numérica en la historia de las catástrofes naturales para un solo país. En las antípodas, y mientras la ONU, el Banco Mundial y las otras instituciones de ayuda internacional se demoran en "evaluaciones" y complejas ingenierías de "estimación del daño" (mientras Haití permanece sin agua, sin luz, sin servicios de emergencia y con muertos y vivos sepultados debajo de los escombros), las redes sociales emergen como un actor central de la tragedia mediante un sistema de movilización y búsqueda de ayuda solidaria en tiempo real en la Web.

Por Manuel Freytas (*)
manuefreytas@iarnoticias.com

Por medio de las redes sociales, especialmente de Twitter y Facebook, internautas de todo el mundo se solidarizan, informan o promueven campañas de ayuda para los millones de haitianos que han perdido a sus seres queridos y sus casas, cuya mayoría hoy deambula por las calles sin ayuda oficial.

Los habitantes de Haití que cuentan con acceso a internet, por otra parte, recurren a las redes sociales para informar al segundo sobre los pormenores de la tragedia, con fotos, videos, y testimonios impresionantes vertidos en tiempo real.

En Twitter, red de microblogs, se repiten hasta el infinito los mensajes y enlaces de personas pidiendo todo tipo de ayuda (alimentos, ropa, comida, medicamentos, etc)  para los damnificados, entre ellos el cantante Wicleaf Jean, de origen haitiano,  quien solicitó a sus fans colaborar con los haitianos y repetir el enlace de las páginas que recaudan fondos vía internet.

También, residentes en EEUU y países europeos con familiares radicados o de paso en Puerto Príncipe, han utilizado Twitter y Facebookk  para recabar algún tipo de información o contacto para conocer el estado y el paradero de sus familiares (las comunicaciones están colapsadas en Haití).

En la misma orientación, grupos como EarthQuake Haití y Help Haití Donate Now, en Facebook, cuentan en total con unos cuarenta mil usuarios de todo el mundo que se han unido para donar dinero y para enviar mensajes de aliento al pueblo haitiano.

Sin prisa: Las víctimas pueden esperar

Mientras tanto, y en las antípodas, los líderes mundiales, las potencias y sus instituciones, se demoran en demagógicas "solidaridades discursivas" o en burocracias confusas que retardan la ayuda efectiva que los más de tres millones de haitianos afectados reclaman para su supervivencia inmediata.

A esto se agrega la ausencia de planes estratégicos para enfrentar la catástrofe, la falta de información y la confusión, que impiden una coordinación internacional efectiva para el rescate y la ayuda humanitaria en el teatro de la tragedia.

Hasta ahora, la catástrofe haitiana solo motivó burocráticas reuniones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad para "analizar" la situación haitiana, sin que las potencias se pongan de acuerdo para organizar en forma conjunta la ayuda material y de recursos humanos que requiere Haití convertido en un cementerio de escombros.

La ONU, hasta ahora, solo fue el centro de una "cadena" de conferencias de prensa por parte del propio secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y de los responsables de departamentos vinculados a la asistencia y el socorro en caso de desastres, que todavía no pudieron confeccionar un plan de acción concreta en auxilio de las víctimas.

"Todos los encuentros con los periodistas estuvieron marcados por una implacable falta de información concreta sobre la real dimensión del desastre", señala Prensa Latina.

Demagogia de catástrofe

En medio de la tragedia multitudinaria tampoco faltó el show demagógico de los líderes mundiales "solidarizándose" con el país devastado.

El secretario general de la ONU Ban Ki-Moon, el papa Benedicto XVI, el presidente estadounidense Barack Obama, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el francés Nicolas Sarkozy (entre otros)  expresaron el miércoles su solidaridad con el pueblo haitiano, conmovidos por la tragedia, pero sin que trasunten planes efectivos para ir en su ayuda.

"Apelo a la generosidad de todos, para que estos hermanos y hermanas que viven momentos de necesidad y dolor no estén faltos de nuestra solidaridad concreta", dijo el Papa al finalizar su audiencia semanal en el Vaticano.

"Mis pensamientos y oraciones están con los que han sido afectados por este terremoto. Supervisamos la situación y estamos listos para ayudar al pueblo de Haití", dijo Barack Obama, el presidente de la primera potencial mundial.

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, se declaró "muy preocupado", y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, expresó su "profunda emoción" y su solidaridad con los haitianos.

El presidente sudafricano Jacob Zuma también transmitió "su simpatía y su pésame" a los haitianos "afectados por el sismo", en un comunicado de la presidencia.

Canadá está "profundamente preocupada" y dispuesta a actuar tras el potente terremoto de magnitud 7 que sacudió a Haití, dijo el martes el jefe de la diplomacia canadiense.

Olvidado de la obligación de las potencias  y de sus bancos a proporcionar ayuda internacional, el ex presidente estadounidense y enviado especial de la ONU para Haití, Bill Clinton, hizo un llamado a las donaciones privadas de "incluso 1 o 2 dólares" para paliar la situación de emergencia que viven más de tres millones de haitianos.

"Mucha gente aquí y en el mundo quiere ayudar a la población haitiana. Necesitamos agua, comida, refugios y primeros auxilios, lo más urgente que pueden hacer es enviar dinero, incluso 1 o 2 dólares", dijo Clinton, que intervino junto al secretario Ban en la tribuna de la Asamblea General de ONU.

Los bancos "estudian" la situación

Los bancos internacionales de "desarrollo social"  también se pierden en imprecisiones y en generalidades a la hora de determinar y ejecutar la ayuda.

Sin coordinar una acción conjunta inmediata ante la emergencia, los poderosos bancos mundiales de desarrollo instaron a una "urgente respuesta internacional" (como si fueran  internautas de las redes sociales)  para ayudar a reconstruir Haití y anunciaron que redirigirán fondos de proyectos existentes para esfuerzos de recuperación y reconstrucción.

El Banco Mundial (BM) dijo que proporcionará 100 millones de dólares (una cifra absurda teniendo en cuenta la magnitud multimillonaria de los daños y las necesidades) en asistencia para Haití, señalando que "estudia" crear un fondo especial para que los donantes coordinen la entrega de ayuda.

La directora del banco para el área caribeña, Yvonne Tsikata, dijo que la entidad enviará en breve un equipo a Haití con otras agencias de la ONU para ayudar al Gobierno a "evaluar la magnitud del daño" causada por el terremoto que causó decenas de miles de muertos y afectó a un cuarto de la población haitiana.

Tsikata dijo que al banco le gustaría "comenzar la evaluación de necesidades lo antes posible", incluso aunque el Gobierno no esté funcionando plenamente.

"Este es un evento impactante y es crucial que la comunidad internacional apoye al pueblo haitiano en este momento crítico", dijo por su parte el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se centra en América Latina y el Caribe, dijo que redirigirá "oportunamente"  unos 90 millones de dólares en fondos aún no desembolsados para Haití y espera aprobar hasta 128 millones de dólares en nuevos subsidios para el país este año.

"Nos gustaría ir allí tan pronto como sea posible", señaló.

El organismo hermano del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, dijo que también estaba listo para proporcionar ayuda a Haití "tan pronto como sea posible".

¿Quién va a salvar a Haití?

En tanto, Haití es un gigantesco cementerio: Cien mil cadáveres y tres millones de personas afectadas.

La capital es muerte. Una parte de Haití es destrucción", señala Haití Press Network, una publicación haitiana en internet. Tanto Haití Press Network como la página digital de Radio Metropole describen el panorama en Puerto Príncipe como desolador y dantesco, con "cadáveres abandonados sobre el pavimento".

No hay servicios de emergencia, no hay comida, no hay teléfono, no hay agua, no hay nada, describen los testigos. Según la ONU y la Cruz Roja, de 3 a 3,5 millones de personas, más de un tercio de la población total, fueron afectadas de un modo u otro por el terremoto.

Haití está devastado y colapsado: la infraestructura de su capital está destruida y su población está en estado de pánico. Si no me equivoco: Estamos frente al primer caso testigo de un Apocalipsis en un país mayoritariamente empobrecido y con mayoría de "población sobrante" para el sistema capitalista.

Seguramente Haití va a demostrar lo que ya sabemos (y está probado por la historia): El sistema capitalista, EEUU y las potencias, retacean recursos económicos para aplicarlos en "poblaciones sobrantes" que no generan rentabilidad comercial a sus bancos y trasnacionales.

Haití es masivamente pobre (más del 80% de su población es paupérrima): Su reconstrucción (que implica auxiliar a los millones que perdieron todo) implican miles de millones US$ que no resultan "rentables", no generan retornos para las potencias y empresa capitalistas.

¿Quién va a salvar a Haití: Estamos ante el primer módulo experimental de cómo va a reaccionar el sistema ante los Apocalipsis que se avecinan.

*****

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias

 

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