La producción industrial, un indicador clave en una economía dominada por las
manufacturas como China, creció 13,9% en agosto respecto a igual mes del año
previo, lo que representa una aceleración frente al avance de 13,4% en julio. La
cifra superó con creces las previsiones del mercado y revirtió la desaceleración
experimentada en los últimos meses luego de la expansión de 20,7% de comienzos
de año.
Las buenas noticias provenientes de China contrastaron con la pérdida de vigor
en las principales economías desarrolladas. Los indicadores estadounidenses han
sido magros en los últimos meses y el desempleo sigue siendo alto. Las
preocupaciones acerca de las perspectivas de los países europeos también se han
intensificado, a pesar de la recuperación en Alemania. Japón, a su vez, acaba de
lanzar un nuevo paquete de estímulo para apuntalar la economía.
Las autoridades chinas han estado tratando durante meses de enfriar el mercado
de bienes raíces y los créditos de los bancos, pero sin frenar el crecimiento de
la economía.
La producción se ha "estabilizado", manifestó Sheng Laiyun, vocero de la Oficina
Nacional de Estadísticas, al momento de anunciar las cifras. "Creemos que es un
buen fenómeno".
La gran nube que se cierne sobre la economía china, sin embargo, es el alza de
la inflación. El Índice de Precios al Consumidor acumula un alza de 3,5% entre
agosto de 2009 y 2010, según datos oficiales, el mayor aumento desde octubre de
2008.
El gobierno parece haber logrado su meta de enfriar la economía en forma
moderada sin necesidad de recurrir a las tasas de interés. El gobierno ha
reiterado en las últimas semanas que los controles sobre la compra de viviendas,
impuestos para enfriar la especulación y controlar los precios, seguirán
vigentes en los próximos meses.
Xia Bin, asesor del banco central, dijo que la situación de la economía no
justifica un giro brusco de dirección. El gobierno puede hacer leves ajustes,
pero "no cambiará ni debe cambiar" la dirección básica de su política económica,
manifestó el sábado.
Algunos economistas, no obstante, sospechan que el gobierno logró estabilizar el
crecimiento en agosto al relajar sigilosamente los controles sobre el crédito
bancario y acelerar la aprobación de proyectos de infraestructura. Los bancos
realizaron préstamos por 545.200 millones de yuanes en agosto, unos US$80.500
millones, frente a los 523.800 millones de la moneda local en julio, según
cifras oficiales divulgadas el sábado.
Los datos muestran "una relajación efectiva de la política monetaria en julio y
agosto", indicó Yu Song, economista de Goldman Sachs. La inversión en activos
fijos urbanos, el indicador clave de gasto de capital en China, también superó
las expectativas al crecer 24,8% entre enero y agosto, frente a idéntico lapso
del año anterior.
Deborah Solomon, en Washington, y Victoria Ruan,
Liu Li y Stefanie Qi, en
Beijing, contribuyeron a este artículo.