La cumbre entre EE.UU. e Israel
concluye en silencio.Ni Obama ni Netanyahu realizaron declaraciones tras
concluir el encuentro. Israel anuncia la construcción de nuevas viviendas en
Jerusalén Este.
IAR
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Agencias-La Vanguardia, España
El
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro israelí,
Benjamin Netanyahu, mantuvieron una reunión a puerta cerrada en la Casa Blanca
para tratar de acercar posturas tras la controversia generada por las
intenciones de Israel de construir 1.600 nuevas viviendas en Jerusalén Este.
Ambos dirigentes se reunieron en el despacho oval por espacio de 90 minutos,
tras los cuales no realizaron ninguna declaración ante los medios; una reunión
de perfil bajo que contrasta con las que se suelen producir cuando un líder
israelí visita Washington. El encuentro estuvo precedido también por las
declaraciones efectuadas el lunes por Netanyahu ante un importante lobby judío
de Estados Unidos, en las que aseguró que no cumpliría con las exigencias de la
comunidad internacional y seguiría levantando nuevas edificaciones en los
territorios palestinos ocupados de Jerusalén.
Horas antes de reunirse con Obama, Netanyahu dijo a la presidenta de la Cámara
de Representantes, Nancy Pelosi, que el regreso de Israel a las conversaciones
de paz de Oriente Próximo se podría retrasar durante otros doce meses, a no ser
que la Autoridad Palestina dejara de reivindicar la congelación de todos los
asentamientos judíos en Cisjordania y Jerusalén este.
Nuevas construcciones
Precisamente mientras Netanyahu y Obama
dialogaban, el Ayuntamiento de Jerusalén ha dado luz verde a la construcción de
otras 20 nuevas viviendas en la zona pelestina ocupada de la ciudad, informaron
anoche los medios israelíes.
Las nuevas viviendas se construirán en el solar que ocupa el antiguo hotel
Shepherd, que fue adquirido en 1985 por el magnate judío estadounidense Irving
Moskowitz a razón de un millón de euros. El empresario norteamericano podrá
demolir el centro hotelero y construir 20 unidades familiares en su lugar.
El plan fue inicialmente aprobado en julio, una decisión que causó malestar en
Reino Unido y Estados Unidos, cuyos gobiernos exigieron a Israel que cancelara
sus planes de construir nuevas edificaciones en Jerusalén Este. Sin embargo, el
ayuntamiento dio la aprobación la semana pasada.
En Ramala, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) condenó la aprobación del plan
para construir una colonia en Jerusalén Este y acusó a Israel de no dejar a los
palestinos tierra sobre la que establecer su futuro Estado.