La crisis financiera mundial no
impidió que la venta de armas creciera 22 por ciento en el último quinquenio.
Tanto países ricos como pobres reforzaron sus arsenales con aviones caza,
helicópteros de combate, submarinos, vehículos blindados y sistemas de defensa
aérea.
Por Thalif Deen - IPS
Los
cinco mayores compradores de armas en el período de 2005 a 2009 fueron China,
India, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos y Grecia, según los últimos datos
divulgados por el Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la
Paz (Sipri, por sus siglas en inglés).
La lista continúa con Turquía, Singapur, Pakistán, Malasia, Israel, Argelia,
Marruecos, Libia, Egipto, Irán, Sudáfrica, Arabia Saudita, Brasil, Sudán, Chile
y Venezuela.
Los cinco mayores vendedores en el lustro fueron Estados Unidos, Rusia,
Alemania, Francia y Gran Bretaña, responsables por más de 75 por ciento de las
exportaciones de armas convencionales, según el Sipri, uno de los principales
institutos del mundo dedicado a la investigación sobre desarme.
Estados Unidos y Rusia siguen siendo por lejos los principales exportadores, con
30 por ciento y 24 por ciento de todas las exportaciones de armas,
respectivamente.
"Creo que se debería enfatizar que los líderes políticos de distintas regiones
del mundo manifestaron la preocupación de que su región está al borde de la
carrera armamentista", dijo a IPS Paul Holtom, director del programa de
transferencia de armas del Sipri.
Los datos del Sipri sobre entregas y pedidos de armas demuestran que estas
inquietudes están fundamentadas, ya que en varias regiones de tensión hay
pruebas de adquisiciones en reacción a determinadas situaciones.
Por ejemplo, es razonable suponer que el pedido que hiciera Marruecos a Estados
Unidos de cazas F-16 esté relacionado con la entrega de aviones rusos Su-30MK a
la vecina Argelia, agregó Holtom.
Los aviones caza representaron 27 por ciento de las transferencias
internacionales de armas en el lapso 2005-2009.
Se enviaron 72 cazas F-16E a Emiratos Árabes Unidos, 52 F-16I a Israel y 40
F-15K a Corea del Sur, que en total costaron miles de millones de dólares.
En las exportaciones rusas de aviones caza se incluyen 82 Su-30 a India, 28 a
Argelia y 18 a Malasia.
Rusia también busca concretar este año la venta a India de 126 aviones de
combate, en competencia con empresas europeas y estadounidenses.
Y los pedidos y entregas de estos "sistemas de armas potencialmente
desestabilizadores causaron inquietudes armamentistas en las siguientes regiones
de tensión: Medio Oriente, África del Norte, América del Sur, Asia meridional y
el sudeste de Asia", según el Sipri.
Dado que el volumen de la entrega de armas puede fluctuar significativamente de
un año al siguiente, el Sipri emplea un promedio quinquenal.
Los datos del Sipri revelan que los países ricos en recursos adquirieron una
cantidad considerable de aviones de combates caros, explicó Holtom.
"Los rivales vecinos reaccionaron a esas adquisiciones con pedidos propios. Uno
puede preguntarse si esa es una asignación adecuada de recursos en regiones con
altos niveles de pobreza", agregó.
Dan Darling, analista de los mercados militares de Europa y Medio Oriente para
la empresa estadounidense Forecast International, dijo a IPS que sería
imprudente pronosticar una tendencia creciente en el gasto militar mundial,
mientras permanece la incertidumbre económica.
Pero como revelan las cifras divulgadas el lunes por el Sipri, el gasto en
defensa y la adquisición de armamento creció de manera constante en los últimos
cinco años, dijo Darling.
Algunas de las numerosas razones son las rivalidades regionales, como las
existentes entre Colombia y Venezuela, India y Pakistán, Turquía y Grecia, China
y Taiwán, entre otras, los superávit fiscales, la necesidad de renovar los
equipos militares, etcétera.
Cualquiera sea el motivo, los vendedores de armas como Estados Unidos, Rusia,
Francia, Alemania, Italia, Gran Bretaña y China buscarán cosechar los beneficios
de la tendencia creciente, dijo Darling.
El gasto en la defensa de Europa no habrá de crecer significativamente en el
corto plazo, debido en gran medida a los déficit fiscales y las deudas públicas
que soportan muchos de los países europeos, pero también porque el continente no
enfrenta una amenaza estratégica directa.
Convencer al público de la necesidad de aumentar el gasto en la defensa no es
una vía hacia la victoria política en muchos países europeos, argumentó Darling.
"Estados Unidos, que nada en su propio mar de deudas, pronto se podría ver
obligado a limitar los presupuestos del Pentágono (Ministerio de Defensa) a
apenas por encima de la inflación en los próximos años", señaló.
La entrega de armas según las regiones se mantuvo relativamente estable en los
últimos 10 años, según el Sipri.
La región que más armas recibió en el período 2005-2009 siguió siendo Asia y
Oceanía, con 41 por ciento, seguida de Europa con 24 por ciento, Medio Oriente
con 17 por ciento, América con 11 por ciento y África con siete por ciento.
Cuando se le preguntó cómo puede interpretarse el creciente armamentismo en este
mundo en recesión, Holtom dijo a IPS que las adquisiciones realizadas por
rivales y estados de una misma región "que se perciben" como amenazas posibles
influyen en las decisiones de compra y pueden conducir a un peligroso espiral
armamentista, a medida que los estados buscan mantenerse a la par de las compras
de sus vecinos.
Sin embargo, en la actualidad, y a pesar de la tensión de algunas relaciones
internacionales, no es fácil concluir que la compra de armas por sí sola puede
provocar un conflicto, aunque este factor sí puede influir en la decisión de
recurrir a la vía militar para resolver un conflicto político si las fuerzas
armadas de un país son más poderosas que las de su rival, dijo Holtom.
Por ejemplo, Azerbaiyán ha empezado a exhibir su poderío militar respecto del
conflicto con Armenia por la zona de Nagorno-Karabaj, luego de un período en que
aquél reforzó el gasto militar y la adquisición de armas para superar a su
rival, explicó.
Darling, de Forecast International, señaló que el gasto en defensa sigue
creciendo en América Latina.
Liderados por Brasil, muchos de los países de la región llevan a cabo políticas
de modernización militar para poner sus envejecidos arsenales al día.
En Argelia, Marruecos, Libia y Túnez también siguen invirtiendo cada vez más
dinero en su defensa.
Pero el mayor crecimiento en defensa tendrá lugar en Asia, que será el principal
mercado para la venta de armas, gracias a problemas de seguridad interna y, como
sucede en América Latina, a un ciclo de renovación militar regional, agregó
Darling.
Mientras la inversión en defensa de los integrantes de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) estará relativamente limitada a poco más de
la tasa de inflación en los próximos años, otras regiones seguirán
experimentando el incremento del gasto militar que genere una mayor compra de
armas, predijo Darling.