A medida que la Unión Europea y
el Fondo Monetario Internacional afinan su participación en un posible rescate
financiero a Grecia, un gran interrogante se cierne en torno hasta qué punto
podrá presionar el FMI para que se produzcan reformas económicas en un país de
la zona euro.
IAR
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/
Reuters
Si
Grecia acude al FMI en busca de ayuda, cualquier rol de préstamo que la entidad
pueda adoptar podría verse complicado debido a que el país es uno de los 16
miembros de la zona euro, que opera bajo la jurisdicción y políticas del Banco
Central Europeo.
Responsables del FMI, que pidieron no ser identificados, dijeron que cualquier
ayuda financiera a Grecia tendrá que ser un "monto sustancial" y deberá incluir
tanto al FMI como a los países de la zona euro. Más allá de eso, los papeles de
ambas partes respecto a Grecia siguen siendo poco claros.
El FMI ya ha señalado que las medidas de austeridad de Grecia para 2010,
diseñadas para cumplir con las normas de presupuesto de la UE, son lo
suficientemente fuertes. Grecia y la UE probablemente no quieran revisar estas
metas en un programa del FMI, dijo un responsable del Fondo.
"Hay otras áreas en las que podríamos ver un acuerdo entre la UE y el FMI en lo
referente a medidas estructurales necesarias para superar las dificultades
económicas en Grecia", dijo el responsable del FMI.
Entres estas medidas podría haber reformas y medidas en los sistemas de
impuestos, pensiones y salud para aumentar la competitividad de la economía
griega.
Aunque Grecia no ha solicitado la ayuda del FMI y no está claro si lo hará, el
director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, aseguró la semana pasada a
los países miembros que Grecia será tratada como cualquier otro país que pide
ayuda financiera.
Hasta el momento, el FMI ha mantenido su posible entrada a Grecia en términos
muy vagos, y Strauss-Kahn se ha limitado a decir: "Nos vamos a mover y a decir
algo sólo cuando Grecia nos lo pida".
En el pasado, el prestamista internacional ha sido criticado por demandar
drásticas medidas de austeridad como condición para mejorar las líneas de
crédito a los países en crisis.
Pero bajo la gestión de Strauss-Kahn, ex ministro de Economía francés, la
entidad ha entregado sumas de dinero mayores que en el pasado sin muchas
condiciones para ayudar a que los países afronten los efectos de la crisis
financiera global.
Para los países sumidos en problemas fiscales crónicos, el FMI ha presionado
para establecer metas de déficit que impliquen que la nación viva bajo sus
posibilidades financieras.
En paquetes de rescate recientes para países de la UE como Hungría, el FMI y la
UE coordinaron la asistencia financiera y las condiciones de ayuda se enmarcaron
bajo las nuevas normas de préstamo del Fondo.
Ninguno de los países respaldados por el Fondo recientemente se encuentra dentro
de la zona euro, a diferencia de lo que sucede con Grecia.
"Grecia es más complicada para el FMI debido a que no es habitual entrar en una
situación en la que no se les puede asesorar en política cambiaria o política
monetaria, y esa es una tarea difícil", dijo Simon Johnson, antiguo economista
jefe del FMI que actualmente trabaja en el Instituto Peterson en Washington.
"Hay un peligro real de repetir la experiencia de Argentina en la década de
1990, donde por varias razones el FMI creía que la tasa de cambio estaba fuera
de los límites", añadió.
Johnson indicó que un tema difícil es que, aunque el FMI tiene experiencia, no
tiene procedimientos claros sobre reformas estructurales para ayudar a que un
país con problemas reestructure su economía para evitar que su deuda siga
creciendo.
"El fuerte del FMI es la política fiscal y por supuesto política monetaria, y a
veces política cambiaria. El tema estructural debería ser algo que los europeos
estén practicando por su cuenta con ayuda del FMI", añadió.
Respuesta a miembros del FMI
El Fondo podría enfrentarse con la presión internacional para asegurarse de que
la ayuda a Atenas cuente con las condiciones que establezcan que el país viva
dentro de sus necesidades.
El FMI responde a una junta ejecutiva de 24 miembros que está dominada por
países europeos pero incluye también a Estados Unidos, Japón, y a algunas
naciones en desarrollo. Cualquier acuerdo de préstamo con Grecia requerirá el
consenso de la junta.
Además, Grecia es un tema políticamente controvertido para el FMI.
La participación del prestamista internacional, una condición impuesta por la
canciller alemana Angela Merkel a cambio del dinero de la UE, fue acordada a
pesar de la oposición del Banco Central Europeo y la reticencia de otros estados
de la UE, como Francia.
Grecia ha reiterado que primero quiere recaudar dinero en los mercados
financieros antes de acudir al FMI y la UE en busca de ayuda. El lunes, el país
retornó a los mercados por primera vez después de que los líderes de la zona
euro acordaran entregar una red de seguridad financiera, pero sus costes de
endeudamiento siguen siendo elevados y el dinero del FMI es más barato.
La confianza en la capacidad de pago de Grecia ha sido sacudida por una deuda
que asciende a los 300.000 millones de euros, que excede la producción económica
anual del país de 240.000 millones de euros.
Lesley Wroughton /
Reuters