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Estados Unidos y China tendrán que liderar la vuelta al equilibrio
del crecimiento económico mundial.
IAR
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Cotizalia
Esto es lo que los líderes de la
eurozona pedirán este fin de semana durante la reunión de los ministros de
Economía y los gobernadores de los Bancos Centrales del G7 en Canadá. La reunión
de dos días de duración se centrará en la reforma y supervisión del sistema
financiero.
En un documento previo, los dieciséis países de la zona euro afirman que
"Estados Unidos y China tendrán que asumir un papel protagonista en el
reequilibrio del crecimiento económico". Para conseguirlo, Estados
Unidos debería incrementar el ahorro doméstico, reducir su déficit
presupuestario y mejorar la regulación financiera. "Más allá de las
necesidades a corto plazo, el principal objetivo es la consolidación fiscal",
afirman.
Por su parte, China necesita, según los líderes europeos, impulsar el consumo
interno mediante la mejora de las redes de protección social, "sin poner en
peligro la sostenibilidad fiscal a largo plazo". Además, China debería
permitir que el yuan, que se mantiene artificialmente en niveles
excesivamente bajos, se aprecie. "Su actual política de tipos
de cambio podría volver a conducir a un im portante desequilibrio global".
El ministro japonés de Finanzas, Naoto Kan, adelantó hace un
par de días que sus colegas plantearán el tema de la divisa china. Tokio desea
un yuan más flexible, pero ha sido más reservado que sus pares del G7 en las
críticas al sistema cambiario de China por la opinión de que presionar al
gigante asiático no funcionará. Kan indicó que en el encuentro se tratará el
tema sobre la base de que un crecimiento económico estable en China es deseable
también para Japón, por ser un país muy dependiente de sus exportaciones a
Beijing.
La agenda prevé un amplio marco de discusión sobre crecimiento mundial
sostenible, las iniciativas de restructuración financiera, los problemas del
desarrollo y las reformas bancarias planteadas por el presidente estadounidense
Barack Obama.
Los analistas indicaron que en los últimos dos años, ante la expansión de la
crisis financiera mundial y la desaceleración económica, el G7 apenas ha hecho
contribuciones para mejorar la situación, lo cual pone de manifiesto del
descenso de influencia del grupo en los asuntos económicos mundiales. Al mismo
tiempo, se están desarrollando vigorosamente economías emergentes, como la de
China, la India, la de Rusia y la de Brasil.
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