El presidente ruso, Dmitri
Medvedev, aseguró este martes que la nación centroasiática de Kirguistán está al
borde de la guerra civil.
IAR
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BBC
"Entendemos
lo significa una guerra civil en las condiciones actuales. Si -Dios no lo
quiera- se inicia, este nicho será atractivo para terroristas y extremistas de
todo tipo, ya que es durante los conflictos como éste, que se crea un terreno
más favorable para los radicales", dijo el mandatario desde Washington, Estados
Unidos.
Medvedev aseguró que el país está en peligro de convertirse en un segundo
Afganistán, luego de que el presidente de Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev, fuera
depuesto la semana pasada por una revuelta encabezada por los líderes de la
oposición.
"Podríamos tener en lugar de Kirguistán, la clase de Afganistán que existía hace
un tiempo, hasta que ciertas acciones se llevaron a cabo allí", dijo.
El presidente ruso le pidió al depuesto Bakiyev renunciar de inmediato.
"Ambiciones personales"
Además, Medvedev instó a ambas partes a pensar sobre el futuro del país en lugar
de sus ambiciones personales.
"Hay que calmar a la gente, hay que formar un gobierno que sea capaz de trabajar
y algunos dirigentes políticos tienen que tomar una decisión responsable sobre
su futuro, una decisión dictada por los intereses del pueblo kirguís y no por
ambiciones políticas personales ", señaló.
Por su parte, el presidente Bakiyev aseguró este martes que está preparado para
renunciar si se garantiza su seguridad y la de su familia.
El anuncio llegó luego de que el gobierno provisional levantará la inmunidad del
presidente depuesto la semana pasada.
Bakiyev huyó de la capital, Bishkek, y se refugió en Jalalabad, en el sur de esa
ex república soviética de Asia Central donde continúa desafiando al autonombrado
gobierno interino.
La periodista de la BBC en Bishkek, Rayhad Demytre, aseguró que el país se
encuentra en un limbo político desde los hechos del 7 de abril pasado, cuando
una ola de protestas antigubernamentales se saldó con 83 muertos y cientos de
heridos.