China condenó firmemente
elviernes el encuentro que el presidente estadounidense, Barack Obama, mantuvo
la víspera con el Dalai Lama en la Casa Blanca, convocando al embajador
norteamericano en Pekín y advirtiendo que "perjudica gravemente las relaciones
sino-estadounidenses".
IAR
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/
AFP
"La
acción estadounidense es una seria injerencia en los asuntos internos chinos,
hiere seriamente los sentimientos del pueblo chino y perjudica gravemente las
relaciones sino-estadounidenses", declaró en un comunicado el portavoz del
ministerio de Relaciones Exteriores, Ma Zhaoxu.
El portavoz dijo que la reunión "violó burdamente las normas básicas de las
relaciones internacionales" y el compromiso de Estados Unidos de respetar la
soberanía china.
La Casa Blanca había organizado meticulosamente la reunión de modo que fuera lo
más discreta posible. El Dalai Lama, líder budista de los tibetanos, fue
invitado a una habitación privada, en lugar del Despacho Oval, y las cámaras no
pudieron entrar.
Sin embargo, el líder religioso salió luego a conversar con los reporteros,
diciéndose "muy feliz" por el apoyo de Obama.
"El presidente dio su apoyo", declaró el Dalai Lama, y añadió que la causa que
apoya es "justa" y que está vinculada con la "paz".
La Casa Blanca publicó una fotografía de los dos hombres premiados con el Nobel
de la Paz, y un comunicado en el que apoyaba los objetivos del Dalai Lama.
"El presidente declaró su firme respaldo a la preservación de la excepcional
identidad religiosa, cultural y lingüística del Tíbet y a la protección de los
derechos humanos para los tibetanos en la República Popular China", dijo el
portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
Pekín acusa al Dalai Lama de conspirar en favor del separatismo. Pero el líder
espiritual tibetano lo niega y asegura abogar por una amplia autonomía cultural
bajo soberanía china. Además, Pekín se opone sistemáticamente a que el líder
budista en el exilio sea recibido por dirigentes extranjeros.
Las autoridades chinas informaron que el viceministro de Relaciones Exteriores,
Cui Tiankai, convocó al embajador estadounidense Jon Huntsman para presentarle
una protesta formal.
Una portavoz de la embajada norteamericana dijo a AFP que Huntsman replicó
diciéndole a Cui que "es el momento de avanzar y cooperar de manera favorable
para nuestros dos países, la región y el mundo".
El portavoz de Exteriores, Ma Zhaoxu, pidió que Washington tome medidas rápidas
para "eliminar el impacto pernicioso" de la reunión del jueves. Por otro lado,
no reveló ninguna medida de retorsión.
Algunos analistas estadounidenses consideran que las protestas chinas están más
bien dirigidas a su propia opinión pública, ya que al gigante asiático no le
interesa poner en riesgo su colaboración con la primera economía mundial.
No obstante, las relaciones entre ambas potencias se han visto en dificultades
últimamente por las acusaciones cruzadas de proteccionismo, las denuncias de
Google sobre los ataques informáticos procedentes de China, y una importante
venta de armas estadounidenses a Taiwán.
El mes pasado, Pekín suspendió sus intercambios militares con Washington después
de que la administración Obama cerrase un contrato de armamento de más de 6.400
millones de dólares con Taiwán, que China considera como una provincia rebelde.