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Mujer californiana protesta junto a suhija en
contra de los recortes a la educación. |
Lo que parecía impensable hasta
ahora, ya está sucediendo: Los "ajustes salvajes", que históricamente
fueron exportados por el FMI (el gendarme financiero global) a los países
subdesarrollados de Asia, África y América Latina, llegaron, como una
extraña paradoja de la historia, a la primera potencia imperial.
Mientras la administración de
Obama y las usinas financieras USA derraman todo tipo de teorías y de
pronósticos "esperanzadores" sobre una hipotética y "pronta recuperación",
los números reales indican que (y mientras florece la especulación financiera en
Wall Street) la primera economía imperial ha ingresado en un colapso
generalizado de todas sus variables.
Curiosamente, y forzado por la
debacle económica y un déficit fiscal histórico, el Imperio se ve obligado a
aplicar sus propias recetas en casa para afrontar una crisis que ya ha
derivado en crisis social de la mano de la desocupación y de los despidos laborales en
masa que se suceden por todo el territorio estadounidense.
Del mismo modo que la crisis financiera
obligó a romper con el "libre mercado" (haciendo intervenir al Estado en el salvataje del capital privado), el colapso recesivo y el estallido del
déficit fiscal obliga a la primera potencia a aplicar recortes en el gasto social
de
su propia población, que ya padece en carne propia el costo social del
derrumbe de la economía.
El mismo Imperio que puso US$ 4 billones de los fondos del
Estado (impuestos pagados por toda la sociedad) al servicio del salvataje de los
bancos y empresas privadas quebradas por la crisis, hoy, en California como
primer módulo experimental, se apresta a reducir los gastos destinados a los
sectores más pobres y desprotegidos de la población estadounidense.
Insensible
a los resultantes sociales de la crisis, la actual administración proyecta
"reducir" el gasto del Estado en programas y planes vitales para la
supervivencia de las mayorías que sufren con mayor crudeza el impacto del
colapso económico.
En este escenario, California, con un
nivel de desocupación récord para todo el país, se configura como el
primer laboratorio experimental de un "ajuste salvaje" al más puro estilo
de los aplicados en las periferias subdesarrolladas de Asia, África y América
Latina.
El Congreso californiano aprobó
el viernes, después de casi 20 horas de votación, un plan presupuestario que
incluye recortes drásticos en programas sociales, diseñado para combatir
un déficit calculado en más de US$ 26.000 millones en los próximos dos años.
Los problemas del rojo fiscal de
California, que detenta un desempleo del 11,6% (récord para EEUU), se
profundizaron este año por los efectos de la recesión que golpea a Estados
Unidos, dejando al borde de la quiebra al primer Estado de la Unión que
por sí solo equivale a la séptima economía del mundo.
La importancia estratégica de
California dentro de la primera economía imperial, radica en que
es el mayor Estado del país por población (38 millones de habitantes) y por PBI (1,84 billones de dólares
que supone el 13,3% de todo EEUU, según datos de
2008). Si fuera un país independiente estaría entre las siete primeras
potencias del mundo.
California (una región de México
robada y anexada en 1848 por el naciente Imperio USA) cuenta con una población
de 38 millones de habitantes y ocupa una superficie de 410.000 km², y
se consolida como el estado más poblado de EEUU y el tercero con mayor extensión
(después de Alaska y Texas).
Del total de la población de
California, el 42,8% son blancos no hispanos, 35,9% son hispanos o latinos de
cualquier raza, el 12,3% son asiáticos, y el 6,2% son negros o afroamericanos.
Este detalle adquiere relevancia especial, a la luz de otro dato: Más de 4
millones de californianos viven por debajo del nivel de pobreza.
Datos presentados por California
Budget Project (CBP), una organización no lucrativa especializada en análisis
para formulación de políticas, muestran que la cifra de californianos cuyos
ingresos están por debajo del nivel de pobreza federal, subió cerca de 4.6
millones en 2007 (12.7 por ciento de la población).
Otros datos oficiales del presente
revelan que la tendencia a disminuir ingresos y
aumentar los índices de pobreza continúan en 2009, y destacan cómo el nivel
de desempleo de los últimos 20 meses fue aumentando hasta alcanzar un record
respecto de los otros Estados federados.
El director del Bakersfield
Homeless Center (Centro para Gente sin Hogar) en California señaló que se
registró un aumento de familias sin techo que llegan a golpear sus puertas
debido a la crisis económico-recesiva. "El año pasado tuvimos un 34% de
incremento en el número de familias sin techo y un 24% de alza de niños en la
calle", afirmó.
El paquete de "ajuste salvaje"
aprobado el viernes por el Congreso californiano, como
lo califica la prensa norteamericana, consta de 31 leyes que impondrán profundos
recortes en los gastos estatales y permitirá utilizar dinero de los gobiernos
locales para balancear los libros del primer Estado de la Unión.
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En Sacramento, capital del estado de California, un campamento para gente sin
hogar. |
Un proyección anticipada del drástico
recorte del gasto social aprobado prevé despidos y recortes de salarios a los
empleados públicos, suspensiones laborales, vacaciones sin paga, planes de
retiro anticipado, reducción de fondos para los jubilados, la educación y la
salud pública, y recortes en los programas para paliar el hambre y la pobreza,
que en California registra la tasa más elevada de EEUU.
Entre los recortes previstos por el
"ajuste salvaje" se destacan unos US$ 1.300 millones menos para el
programa de salud para las familias pobres, así como unos US$ 124 millones
menos para el seguro de salud de más de 900.000 niños de hogares con bajos
ingresos.
Los
legisladores argumentaron las medidas extremas debido a que el Estado
californiano registra un desempleo de dos dígitos que ha reducido la
recaudación en concepto de impuestos sobre ingresos personales, la principal
fuente de dinero en lo que al sistema impositivo se refiere.
La tasa de desempleo en California fue del 11,6% en junio, un alza del 7,1%
frente al mismo período de 2008.
The New York Times señaló
el miércoles que en California y
otros tantos Estados, "a cada una de cinco personas le gustaría trabajar
jornadas completas pero no puede".
La tasa oficial de desempleo en todo EEUU es de 9.5%, pero, según el Times, no incluye a aquellos que se han
dado por vencido y han cesado de buscar trabajo y a los que se han visto
obligados a reducir sus horas de trabajo.
De acuerdo con este panorama, si a estos desocupados y sub-ocupados se les incluyera en las
estadísticas oficiales, la verdadera tasa de desempleo en California, afirma el
Times, llegaría al 20.3%.
De acuerdo
con el influyente diario neoyorquino, en el Estado de Oregon, la
tasa rondaría el 23.5%, en Michigan y Rhode Island, el 21.5%, y en Carolina del
Sur, el 20.5%. La cifra en Tennessee sería un poco menos del 20%, igual que en
Nevada y otros Estados que "han dependido enormemente de la manufactura y la
industria de la vivienda".
Por su parte, el Centro para los Estudios del Mercado de Mano de Obra (Labor Market Studies)
en la Universidad Northeastern en Boston pone la tasa actual de desempleo en
18.2%, por encima de las cifras oficiales.
John Williams, de la organización Shadow Government Statistics
sitúa la tasa del "desempleo alternativo" en 20.6%. Otros analistas
estadounidenses calculan que la cifra de la desocupación real se sitúa en el
18.7%.
De acuerdo
con
David Rosenberg, ex jefe de economía de EEUU de Merrill
Lynch: "Las cifras oficiales relacionadas con los
desempleados se han duplicado durante la recesión hasta alcanzar los 14
millones, y si se toma en cuenta toda la flojera que existe en el mercado de
mano de obra, las cifras no oficiales llegan a casi 30 millones, lo cual
significa otro récord".
En el estado de
Texas, que tiene el mayor porcentaje de personas no aseguradas, aproximadamente
866,000 personas perderán la cobertura de seguro médico.
En Florida, más de 3,500 personas a la semana están perdiendo
la cobertura médica, en Nueva York, 2.500, en
Illinois y Georgia, 1.600, en Nueva Jersey 1.200, y en Michigan, algo más de 1.000 personas a la semana.
En este
escenario, California, con un nivel de desocupación récord respecto a todo el
país, ya se presenta como un polvorín social a punto de estallar
en el escenario global de la crisis recesiva estadounidense.
La
organización social Families USA estima que en el período enero,
2008 y diciembre, 2000, 995,000 personas en el estado de California, perderán su seguro médico.
California
no pudo escapar al estallido de la burbuja inmobiliaria en EEUU que comenzó en
2006 y, desde el pico más alto hasta marzo de 2009, los precios cayeron un
27,4%, según los informes oficiales, que indican que este descenso es el más
pronunciado de todo el país. La debacle de la construcción (tanto residencial
como terciaria) llevó a California a la mayor recesión desde la Gran
Depresión.
El malestar social que generan la
desocupación creciente y el deterioro de las condiciones salariales, así como el
achicamiento de la capacidad de consumo, alimenta y exacerba el estado de
frustración colectiva, provoca pérdida de confianza en los funcionarios y
alienta las huelgas y protestas sociales que ya se ciernen como una amenaza
en el primer Estado de la Unión.
El nuevo
presupuesto aprobado el viernes proyecta menos gastos en educación, seguridad, prisiones, parques,
salud y otros servicios, lo cual genera malestar ciudadano, señala un
artículo del diario USA Today.
Según
informaba la prensa estadounidense este fin de semana, ciudades y condados del
Estado norteamericano más poblado ya presentan crecientes protestas por los
recortes sociales previstos para paliar el déficit fiscal que azota con
dureza extrema su economía.
De acuerdo con el diario USA Today, las expresiones de rechazo al "ajuste
salvaje" ya alcanzan a varios alcaldes que tampoco aprueban la supresión
de fondos municipales en aras de lidiar con más de 26 mil millones de dólares de
déficit.
Antonio Villaraigosa, alcalde de la Ciudad de los Ángeles, advirtió que
su comunidad va a luchar contra los recortes, mientras acompañaba a cientos
de policías movilizados para protestar contra los recortes de recursos a la
seguridad pública.
Por su
parte, el alcalde de Santa Ana, Miguel Pulido, calificó de robo de alto nivel
la componenda entre parlamentarios y el gobernador Arnold Schwarzenegger.
El diario La Opinión señala que, ante la magnitud y el alcance de los recortes
sociales, se preparan movilizaciones sindicales y concentraciones de
organizaciones frente al Congreso de California, ubicado en Sacramento.
Las señales son claras: La crisis
financiera ya devino en recesión y amenaza (por efecto de la desocupación
masiva) en convertirse en una crisis social de difícil pronóstico en EEUU.
La crisis social (consecuencia
de la caída del consumo y los despidos laborales) se perfila como un emergente de la crisis recesiva- laboral que detonó escalonadamente como
consecuencia de la crisis financiera en EEUU.
"El mercado laboral de Estados Unidos
tiene un desempeño aún peor que el de la economía en general, lo que causa
temores dentro y fuera del gobierno de que el resultado podría ser el de una
recuperación sin empleos incluso cuando termine la recesión", señalaba
la semana pasada The Wall Street Journal.
Salvar a los ricos y hundir a los pobres
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Sin techo: familia hispana de clase media que ha perdido su vivienda por la crisis
hipotecaria. |
Como
contrapartida de los "ajustes salvajes" (con partida experimental en
California) que se avecinan, el Estado USA (con dinero de los impuestos pagados
por toda la sociedad) ya
utilizó US$ 4 billones destinados al rescate de las entidades y bancos
quebrados por la crisis financiera recesiva.
En abril,
la Comisión de Supervisión del Congreso de EEUU, encargada de evaluar los
progresos del plan de rescate financiero aprobado en octubre de 2008, consignó
que el total de las "ayudas", préstamos y garantías proporcionadas hasta la
fecha a los bancos y empresas quebradas superaban los US$ 4 billones (unos
tres billones de euros).
La Unión Europea (el complemento del
Imperio USA) por su parte difundió en abril un informe según el cual
desde septiembre de 2008 concretó más de 50 medidas nacionales para
estabilizar el sistema financiero por un valor total de US$ 4 billones (unos
3 billones de euros).
A esta suma sideral combinada de US$
8 billones (aproximadamente un 30% del PBI juntos de EEUU y la Unión Europea)
habría que agregar otros US$ 3 billones que -según los especialistas de
Wall Street- tendrán que desembolsar en el corto plazo para reforzar la
compra de "activos tóxicos" (papeles financieros quebrados) cuya cifra
final a precio de mercado podría superar los PBI juntos de EEUU y la Unión
Europea.
Algunos especialistas estiman que la
restitución de los fondos faltantes para restituir la "normalidad" al sistema
financiero privado imperial USA-UE, y la suma a ser empleada para
salvar de la quiebra a las empresas del sector industrial y comercial
podrían superar los US$ 45 billones.
Para tener una idea de esta cifra,
hay que puntualizar que todo el PBI mundial es de aproximadamente US$ 65
billones.
No obstante, y a pesar de que se
trata de un desembolso sin precedentes en la historia moderna de fondos
públicos para salvar al sistema capitalista privado de la quiebra, los
"rescates" USA-UE no han tenido hasta ahora ningún resultado para solucionar
la crisis financiera que, como efecto más inmediato, contrae el crédito,
desacelera la economía y el consumo, e impacta en la economía real con quiebras
generalizadas de empresas y despidos masivos de trabajadores.
Se trata, en suma, de una
"socialización de las pérdidas" para subsidiar un "nuevo ciclo de
ganancias privadas" con el Estado como herramienta de ejecución, mediante el
cual los megaconsorcios más fuertes (los ganadores de la crisis) se degluten a
los más débiles generando un nuevo proceso de reestructuración y concentración
del sistema capitalista.
Pero este empleo de fondos
públicos para salvar al capitalismo privado provenientes de los impuestos
pagados por toda la sociedad, hasta ahora sólo ha conseguido agravar la crisis
paralela que desató en la economía real tanto de EEUU como de Europa, y que ya
se expande como un virus por la periferia del mundo emergente o subdesarrollado.
Y la crisis, como ya es histórico en
el sistema capitalista, va a caer sobre los hombros de los sectores más
vulnerables de la sociedad, tanto de los países centrales como de las naciones
emergentes o subdesarrolladas que la van a subsidiar a través de las cargas
impositivas de sus salarios y de los productos que consumen.
Mientras los Estados imperiales
USA-UE financian con dinero público el rescate de sus sistema de explotación
capitalista privado, la crisis impacta fundamentalmente en el eslabón más
débil de la sociedad mundial: Los 3 mil millones de pobres (incluidos 963 millones de
hambrientos) y 190 millones de desempleados, registrados en situación precaria antes del
colapso financiero en las metrópolis imperialistas.
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Sin techo en Sacramento |
Como ya está sucediendo en
California, en los países centrales, y mientras sus Estados "salvan" al
capitalismo privado, las grandes víctimas son los sectores más vulnerables de
la sociedad, que pagan impuestos a través de sus salarios, y la masa de
trabajadores despedidos que van a alimentar la base de la crisis social que se vislumbra en los países más pobres de la periferia europea.
De acuerdo a la OIT, en 2009 unas
50 millones de personas en todo el mundo podrían perder sus trabajos debido
a la crisis económica.
Según informaba el organismo
internacional en abril, la crisis ya dejó solamente en EEUU a 3.600.000
trabajadores en la calle, mientras se estima que para fines de 2009 se
habrán perdido 50 millones de empleos en el mundo a causa del colapso recesivo
global.
Pero este panorama con los
resultantes sociales de la crisis, no parece influir en la voluntad de los
líderes y gobernantes de las potencias imperiales USA-UE que -en vez de
reactivar la producción y el empleo- ya llevan utilizados US$ 8 billones para
salvar al sistema financiero sionista que depredó y quebró a la economía
mundial con la "burbuja financiera".
Insensibles a los resultantes
sociales de la crisis (más pobreza y desempleo a escala masiva que afecta a los
sectores más vulnerables de la sociedad mundial), el sistema capitalista
sionista hegemonizado por la dupla imperial USA-UE solo está
interesado en "salvarse a sí mismo" indiferente a los estallidos sociales
que se avecinan.
Y en este escenario, California ya
conforma un primer módulo experimental de lo que le espera a las mayorías
desposeídas, tanto de los países centrales como de las periferias subdesarrolladas
y emergentes de Asia, África y América Latina.
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(*) Manuel
Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
Ver sus trabajos en
Google
y en
IAR Noticias