os últimos datos de la economía y
los crecientes problemas en las principales instituciones financieras del país
muestran uno de los mayores problemas que enfrentan el presidente Barack Obama y
Ben Bernanke: la crisis financiera y la recesión se están retroalimentando,
señala este miércoles el diario The Wall Streeet Journal, el vocero periodístico
más emblemático del poder financiero de Wall Street.
El presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, albergó la esperanza
de que haya una recuperación económica en 2010. Sus palabras, sin embargo,
fueron pronunciadas en un día en que las últimas cifras apuntan a una
recesión cada vez más obstinada y difícil de combatir, subraya el diario.
En su testimonio del martes ante el
Congreso, Bernanke advirtió sobre el "poder destructivo" de las crisis
entrelazadas en los mercados y la economía. Además, subrayó que detener este
sistema de retroalimentación es clave para reencauzar la economía y añadió
que existía el riesgo de que el ya sombrío panorama actual empeorará.
No obstante-dice el Journal-, la Fed espera que el desempleo, hoy en 7,6%,
suba a 8,8% este año, mucho más de lo previsto hace unos meses.
El índice de la confianza del
consumidor, medido por el grupo de investigación Conference Board, cayó a 25
puntos en febrero, su nivel más bajo registrado. El 47,3% respondió que esperaba
que el desempleo aumente en los próximos meses, el mayor porcentaje desde
diciembre de 1973. Casi un cuarto de los encuestados dijo que espera que sus
ingresos disminuyan en los próximos seis meses, otro récord.
Este mes, la confianza del consumidor estadounidense cayó a su nivel más bajo
registrado, en parte debido a que las familias tienen ahora menos fe de
hallar un empleo.
Los precios de las casas cayeron
3,4%, ajustado por temporada, en el cuatro trimestre de 2008, una caída récord,
según un índice del gobierno hecho público el martes. Es el mayor declive en los
18 años en que lleva computándose el índice. Un índice de precios de vivienda
independiente, computado por S&P/Case-Shiller, mostró que los precios de la
vivienda en todo el país cayeron 27% respecto a su máximo a mediados de 2006
Asimismo, dos índices sugirieron que
el declive en los precios de las viviendas se podría estar acelerando. Y las
empresas, desde el gigante de software Microsoft Corp. a las cadenas minoristas
Target Corp. y Macy's Inc., reportaron un deterioro del panorama para las
ganancias corporativas.
De acuerdo con el Journal, los
declives bursátiles y el deterioro en sus carteras de préstamos disminuyen las
posibilidades de que los bancos recauden capital privado y los vuelve más
reacios a conceder créditos, restándole dinamismo a la economía y ahondando el
problema que las autoridades federales tratan de paliar.
Esto repercute en un aumento del
desempleo, y las caídas de las ganancias corporativas elevan las moras en
los préstamos, perjudicando a los bancos y volviendo a consumidores y
empresas aún más reacios a gastar.
Las actuales condiciones económicas
han producido un cambio fundamental en el comportamiento de los consumidores,
que están buscando cómo sacarle más partido a cada dólar y están disminuyendo
sus compras y gastos en artículos no esenciales", dijo Kathee Tesija,
vicepresidenta ejecutiva de compras de Target.
La empresa también atribuyó sus malos
resultados al desempeño de su negocio de tarjetas de crédito, donde los gastos
relacionados a la deuda incobrable casi se triplicaron. Los bancos también están
detectando problemas similares en nuevos sectores de sus portafolios, incluyendo
las tarjetas de crédito y los bienes raíces comerciales. Eso, a su vez, los
obliga a reducir la disponibilidad de crédito.
Los precios de las acciones han caído
marcadamente, sobre todo para instituciones financieras que los inversionistas
creen que caerán bajo control federal.
El lunes pasado, a bolsa de EEUU.
vivió otra jornada de gran presión "vendedora", que llevó a sus principales
índices a niveles no vistos desde 1997.
Las acciones tecnológicas y
otras acciones sensibles fueron las que empujaron el mercado a la baja, y el
Promedio Industrial Dow Jones perdió 250,89 puntos, o el 3,4%, cerrando en
7.114,78. El mímino para la actual crisis es también el punto más bajo desde
el 7 de mayo de 1997.
El S&P's 500 cayó 26,72 puntos, o 3,5%, a 743,33, su cierre más bajo desde abril
de 1997. Analistas de Wall Street revisan sus pronósticos para un fondo del
mercado, apuntando que el S&P's 500 podría alcanzar los 625 puntos. El Nasdaq
cayó 53,51 puntos, o 3,7%, cerrando en 1.387,72.
En los últimos seis meses, EE.UU. ha
inyectado casi US$200.000 millones en 419 instituciones bancarias; ha
garantizado al menos US$420.000 millones en pérdidas potenciales de varios
bancos; ha ordenado la fusión de varias firmas financieras y ha bosquejado
planes para comprar cientos de millones de dólares en créditos hipotecarios y
otros activos incobrables a los bancos, entre otras medidas.
Además de Citigroup, la lista de tareas pendientes del gobierno incluye una
revisión del rescate de US$150.000 millones de American International Group (AIG)
y orquestar la reestructuración de la industria automotriz del país, tras
prestarle US$17.400 millones a General Motors Corp. y Chrysler LLC, subraya The
Wall Street Journal.
Las autoridades de EEUU, mientras
tanto, están trabajando para reescribir los rescates financieros de dos de las
mayores instituciones financieras del país, American International Group Inc. y
Citigroup Inc., a las que ya otorgaron cientos de miles de millones de dólares
el año pasado.
Pese a estas inyecciones, la
desaceleración económica y la tormenta financiera siguen hundiendo a las firmas.
El sector inmobiliario —en el corazón de la crisis— también mostró señales de
estar empeorando, asegura el Journal.
Por otra parte -sigue el Journal-,
algunas de las mayores empresas del sector financiero están cayendo en manos del
gobierno estadounidense. Eso ha mandado en picada a las acciones de los bancos y
podría estar profundizando los males económicos.
Desde fines de 2008, el gobierno
ha adquirido significativas participaciones accionarias sin poder de voto en los
mayores bancos, incluyendo Bank of America, Citigroup y Wells Fargo. Si esas
participaciones fueran convertidas en acciones comunes con poder de voto, el
gobierno se posicionaría entre los mayores accionistas individuales en la
mayoría de las firmas.
En septiembre pasado, el gobierno
estadounidense nacionalizó de hecho tres empresas financieras gigantescas
de una forma distinta.
Adquirió una participación de casi el
80% en American International Group (AIG) a cambio de un préstamo robusto
para impedir su quiebra. También puso a las firmas hipotecarias Fannie Mae
y Freddie Mac bajo la "custodia" del gobierno, lo que significa que las
firmas deben acatar las órdenes de un organismo de control gubernamental.
Algunos analistas creen que el
gobierno necesita US$1 billón (millón de millones) más en inyecciones de
capital para cubrir las pérdidas de bancos en apuros.
¿Cuáles son las desventajas de la
nacionalización?, se pregunta el Journal.
Nacionalizar incluso uno o dos bancos podría crear una reacción en cadena de
pérdida de confianza. Si los inversionistas sospechan que otros bancos
puedan estar en la lista de adquisiciones del gobierno, desconfiarían aún más de
invertir en el sector financiero.
La nacionalización también pondría a
prueba a una burocracia que no está diseñada para operar megafirmas. Y aunque la
meta de la nacionalización puede ser devolver empresas a manos privadas, la
tentación de utilizarlas con fines políticos es inmensa, concluye el vocero
periodístico de Wall Street.