os datos más recientes muestran la magnitud del declive en el crecimiento de
EE.UU. y otras partes del mundo en los meses finales de 2008 y proyectan una
sombra cada vez más negra sobre las perspectivas de este año.
En septiembre, la mayoría de los economistas estimaba que EE.UU.
experimentaría un crecimiento anualizado de 1,2% en los primeros tres meses de
este año; ahora, anticipan un declive de 4,6%. Las previsiones para el segundo
trimestre han visto una reevaluación similar, desde un crecimiento de 1,9% a una
caída de 1,5%, según los resultados de la encuesta de febrero en la que
participaron 52 economistas.
La previsión promedio ahora anticipa un crecimiento de 0,7% en el tercer
trimestre, casi la mitad de la tasa esperada a fines del año pasado. El panorama
para el cuarto trimestre también se ha ensombrecido, pero sólo levemente, a un
crecimiento de 1,9% frente al 2,1% pronosticado en noviembre. Sólo cinco
economistas creen que el crecimiento seguirá bajando a lo largo del cuarto
trimestre de 2009. En cualquier caso, insisten en que la predicción de consenso
actual, que dice que la recesión llegará a su fin en agosto, es demasiado
optimista.
Excesivo optimismo
"El [pronóstico de] consenso suele ser el último en llegar a la fiesta", dice
Brian Fabbri, economista jefe de BNP Paribas, quien añade que fue uno de los
pocos que predijeron la recesión hace dos años. Ahora, es uno de los cinco que
espera un declive del PIB de aquí a fines de 2009. Los otros cuatro son Joseph
Shapiro, economista jefe de EE.UU. de la firma de pronósticos MFR Inc.; Paul
Ashworth, de Capital Economics; Kurt Karl, economista jefe de Swiss Re; y J.
Dewey Daane, profesor retirado de la Universidad de Vanderbilt.
"Estamos en problemas", apunta Fabbri. "Los actuales planes económicos no
bastan para resolver el tema bancario ni la crisis financiera y el grueso del
efecto del paquete de estímulo no se sentirá hasta 2010". En su opinión, la
naturaleza global de la crisis, el aumento del ahorro por parte de los
consumidores de EE.UU. y los estándares más inflexibles de los prestamistas son
obstáculos que impedirán una recuperación expedita.
El estímulo a la economía provisto por el paquete de rescate gubernamental ha
sido el factor clave en la mayoría de las predicciones que pintan un panorama
optimista para 2009. No obstante, muchos economistas que participaron en la
encuesta expresaron su profunda decepción sobre cómo se está gestando el
paquete. Consultados sobre cuál será la influencia del rescate este año, los
economistas apuntan a que es "demasiado tarde", "provee poco impulso", es
"trivial", "demasiado grande", "demasiado pequeño", y "un despilfarro colosal de
dinero". Nicholas Perna, de Perna Associates, advirtió que existe el "peligro de
repetir los errores de Japón", en referencia a los tropiezos del país asiático
durante su "década pérdida" en los 90.
Sin embargo, otros mantienen el optimismo e insisten en que habrá una
recuperación en el segundo semestre del año. Joseph Carson, economista de
AllianceBernstein, cree que la incertidumbre sobre la política gubernamental
está conteniendo la toma de riesgos, por ahora. "Una vez que haya mayor claridad
sobre los paquetes fiscales y financieros, esas dos cosas podrían volver a poner
en marcha la economía", señala. Carson proyecta una contracción de 3% del PIB en
el primer trimestre. La economía retomará el crecimiento en abril y cerrará el
año con una expansión anualizada de 5,7%. Otros economistas que no han perdido
el optimismo son Brian Wesbury, de First Trust Advisors, y James Smith, un
profesor de la Universidad Western California. Ambos predicen un crecimiento de
4% para fines de año.