asta hace poco, muchos inversionistas y economistas pensaban que las
economías emergentes podrían servir como un baluarte contra la contracción de
otros países. No obstante, los datos más recientes sugieren que los países
emergentes como conjunto se contrajeron a fines del año pasado y el declive
parece persistir en lo que va de este año.
El súbito cambio de dirección ha tomado por sorpresa a autoridades e
inversionistas. En cuestión de meses, los indicadores de crecimiento de comercio
y producción industrial en varios países pasaron de caídas moderadas a abruptas,
e incluso la demanda interna se ha visto perjudicada. Las economías asiáticas
registraron los mayores declives, pero el bajón también quedó en evidencia en
América Latina y Europa del Este.
Taiwán, por ejemplo, anunció el lunes que sus exportaciones de enero se
derrumbaron un 44% frente a igual lapso del año anterior, ubicándose en su nivel
más bajo desde 2005. La semana pasada, Brasil divulgó un descenso histórico de
12,4% en su producción industrial de diciembre respecto al mes anterior, lo cual
sorprendió al país y obligó a su presidente a salir a tranquilizar a los
mercados.
"La magnitud del deterioro es drástica", asevera Amer Bisat, de la firma de
inversión Traxis Partners en Nueva York. "Estamos actualizando las cifras
constantemente, haciendo revisiones hacia abajo a un ritmo sin precedentes".
Los datos negativos han mantenido bajo presión a las monedas en muchos
mercados emergentes. En lo que va del año, el rublo ruso y el florín húngaro se
han debilitado alrededor del 14% contra la moneda estadounidense. La semana
pasada, el peso mexicano llegó a un mínimo histórico contra el dólar, lo que
llevó al gobierno a intervenir en el mercado de divisas.
Los datos sombríos no han impedido un alza en algunas bolsas de mercados
emergentes. Ello sugiere que los inversionistas apuestan a una rápida mejora en
las condiciones económicas y a un mayor apetito por los activos riesgosos. En lo
que va del año, Brasil y China subieron más de 10%, mientras que la bolsa india
cayó levemente y la de Rusia se hundió 10%. Tras perder más de la mitad de su
valor en 2008, el Índice MSCI de Mercados Emergentes ha caído menos de 1% en
términos de dólar en lo que va del año.
Los mercados emergentes estuvieron lejos del epicentro de la actual crisis
financiera y sus sistemas bancarios gozan de una salud relativamente buena. Sin
embargo, están luchando con una serie de reveses: un descenso del comercio,
flujos de capital cada vez más escasos, y una caída en los precios de los
commodities. La demanda doméstica también se está contrayendo.
¿Adiós al amortiguador?
Eso está suscitando dudas sobre la creencia general que señala que estos
países podrían amortiguar la desaceleración global. J.P. Morgan predice que al
menos 11 economías emergentes —Corea del Sur, Taiwán, Rusia, Turquía y México,
entre ellas— se contraerán en 2009, y que otras cuatro no crecerán.
Brasil es la prueba más reciente del cambio de fortuna. Tan sólo el mes
pasado, su ministro de Hacienda predijo "resultados económicos buenos" y un
crecimiento del PIB de 4% en 2009 para la mayor economía de América Latina. Pero
los economistas del sector privado están revisando sus pronósticos, y ahora
muchos prevén que este año el crecimiento será nulo o mínimo.
Thomas Lee, presidente la asociación de importadores de máquinas y equipos
pesados de Brasil, dice que las ventas de tornos y prensas industriales han
bajado un 30% respecto a sus niveles normales, la peor caída que ha visto en 15
años. "No hay necesidad de maquinaria nueva, porque la producción está cayendo",
dice. La mayoría de las máquinas pesadas se vende a las automotrices de Brasil,
que registraron una caída en las ventas de un 30% desde septiembre.
De todos modos, el índice bursátil de referencia de Brasil, el Bovespa, ha
subido 14% en lo que va del año, al cierre del viernes. "Todos saben que
mientras más empeore la economía, mayor deberá ser el recorte de las tasas de
interés del banco central", dice Geoffrey Dennis, estratega bursátil para
América Latina de Citigroup.
Economistas y analistas señalan que el panorama podría mejorar en el segundo
semestre. Los mercados emergentes "sufrirán junto al resto del mundo, sin duda",
señala Antoine van Agtmael, quien supervisa US$8.600 millones en Emerging
Markets Management. Pero "retomarán el camino del crecimiento más rápido que los
mercados principales".
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