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"Un tiro, dos muertes", reza la camiseta de un soldado isrelí con la imagen de una mujer palestina embarazada. |
Israel se declara este miércoles "consternado y decepcionado" por el informe de la ONU que
lo acusa de cometer "crímenes de guerra ", a los que también califica de
"crímenes contra la humanidad" durante la operación militar de
diciembre y enero pasados en Gaza, que dejó más de 1.400 palestinos
muertos, incluidos mujeres y niños, y más de 5.000 heridos y
mutilados. La misma ONU había acusado al Estado judío de utilizar bombas
de racimo durante sus incursiones aéreas de 34 días consecutivos.
Informe
IAR
Noticias
/
En su informe la ONU acusa a Israel de llevar a cabo un "uso de la fuerza desproporcionado"
y un "castigo colectivo" contra los habitantes del territorio palestino durante
las tres semanas que duró el conflicto.
Israel también habría cometido
"acciones que equivalen a crímenes de guerra y posiblemente crímenes contra la
humanidad", subraya el documento.
El informe cita 36 incidentes en los que civiles palestinos murieron sin una
causa militar aparente y acusa a Israel de imponer "un bloqueo que equivale a un
castigo colectivo".
"Las operaciones militares israelíes fueron dirigidas contra la gente de Gaza en
general, como parte de una política que buscaba castigar a la población de Gaza",
señala el documento.
En el informe, el juez judío de nacionalidad sudafricana Richard Goldstone, uno
de los artífices de la investigación, recomienda al Consejo de Derechos Humanos
que pida a Israel que lleve a cabo sus propias investigaciones sobre posibles
crímenes cometidos por sus fuerzas.
Además solicita que éstas sean
"independientes y en conformidad a los estándares internacionales", y que
establezca un comité de expertos que supervise estos procedimientos.
En caso de que no lo haga, considera que el Consejo de Derechos Humanos debe
remitir la información recabada por su misión al fiscal jefe del Tribunal Penal
Internacional (TPI), en La Haya.
Por su parte, en un comunicado, este
miércoles, el Ministerio israelí afirmó que dicho informe compara Israel con
Hamás "y con sus actos terroristas".
Por lo que advirtió de que "será
tratado de acuerdo" a esa idea. "El informe de Goldstone intenta rescribir un
capítulo vergonzoso de la Historia de la legislación internacional y del derecho
de las naciones a defenderse", indica el texto.
Asimismo, criticó el informe de la ONU afirmando que fue "preordenado" por
Ginebra, sede del Comité de Derechos Humanos, y que lo único que hace es
"recoger testimonios predispuestos contra Israel". "Israel no requiere ningún
recordatorio externo para probar sus justas acciones, especialmente de un cuerpo
radical que está compuesto por naciones 'morales' como Malasia, Siria, Pakistán
y Somalia", añade el comunicado.
Por otra parte, Reuven Rivlin, el presidente de la Knesset, el Parlamento
israelí, afirmó que el informe refleja "el doble discurso y la hipocresía de
la ONU".
"No hemos visto a la ONU dándose
prisa para investigar a otros países que se enfrenten al terrorismo a través de
vías militares", comentó. "Ningún país del mundo permitiría un bombardeo
continuo de sus ciudades sin responder", añadió.
El ejército "más moral" del mundo
El ejército de Israel cerró, en marzo pasado, una "investigación" sobre denuncias de matanzas militares de civiles,
incluidos niños y mujeres embarazadas, en la Franja de Gaza, en enero último,
cuya difusión causó un escándalo internacional.
Como conclusión, el brigadier
general Avichai Mendelblit dijo que los informes sobre conductas inapropiadas de
los soldados estaban basados en "rumores" y no en relatos de testigos presenciales.
En marzo pasado, el
diario israelí Haaretz reprodujo conversaciones y testimonios de
militares que participaron en la operación militar de 22 días consecutivos
en Gaza, conocida como "Plomo Sólido", y en la cual fueron asesinados casi 1400
palestinos, entre ellos 400 niños y 250 mujeres, y destruida casi en su
totalidad la infraestructura del país que hoy permanece "cercado" por mar,
tierra y aire, por las tropas israelíes.
El informe publicado por el diario
Haaretz, con confesiones de soldados israelíes que intervinieron en la
operación Plomo Sólido, la última masacre militar de Israel en Gaza, reveló cómo
las tropas judías asesinaron a civiles, mujeres y niños y destruyeron
propiedades de manera intencionada siguiendo órdenes de combate
permisivas de sus superiores.
Una ola de indignación mundial surgió
a raíz de las camisetas que encargan los militares invasores para celebrar, por
ejemplo, la conclusión de un cursillo, con caricaturas y lemas tan crudos como
"Un disparo, dos muertes" escrito bajo un dibujo de un punto de mira que
apunta al vientre de una mujer embarazada vestida con la típica túnica
islamista.
Según denunció el diario israelí
Haaretz, soldados de diversas unidades, en especial los francotiradores,
encargaron camisetas con inscripciones y dibujos espeluznantes sobre sus
víctimas en Gaza.
La clausura de la "investigación, que
formalmente ordenó el Estado judío, se produjo a menos de dos semanas de
publicados los testimonios de soldados israelíes en servicio y en la reserva.
La fiscalía militar justificó la
decisión en que no se encontraron pruebas delictivas y que los testimonios no
fueron de "testigos directos".
Soldados israelíes habían denunciado los asesinatos de civiles durante una
reunión a puertas cerradas en una escuela militar.
Sus relatos, junto con informes de
vandalismo en hogares de palestinos, provocaron una gran reacción y polémica en
la sociedad israelí. Un caso involucró el presunto asesinato de una anciana
palestina por parte de un francotirador que estaba subido en un techo. Un
segundo episodio incluyó a otro francotirador que habría asesinado a una
embarazada.
Uno de los soldados citados describió
cómo un francotirador le disparó a una mujer y a sus dos hijos. Otro dijo que se
ordenó matar a una anciana.
No obstante, el informe del Ejército
concluyó que se trataba sólo de versiones no comprobadas y dijo que su
difusión había causado un daño considerable a la imagen del ejército israelí.
El brigadier general Avichai
Mendelblit criticó a los soldados que testimoniaron, acusándolos de
haber atentado contra la imagen y la moralidad de las fuerzas armadas israelíes.
Con anterioridad, el Jefe de las
fuerzas armadas, general Gabi Ashkenazi, había declarado en un encuentro con
nuevos reclutas: "No puedo creer que soldados israelíes hayan puesto en la mira
de su fusil a una mujer o un niño palestino". Y agregó: "Nuestro ejército es
el más moral del mundo".