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Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu. |
Esta semana, dos altos jefes israelíes
volvieron a advertir sobre el rearme de Hezbolá y sobre la posibilidad de una
nueva Intifada en Gaza.
El general de brigada Alon Friedman,
jefe adjunto del Mando Norte de Israel, aseguró al diario The Times que la paz
de los últimos tres años en Medio Oriente podría "explotar en cualquier
momento".
Sus preocupaciones, aclaró, se
deben en parte a las amenazas de Hezbolá. El mes pasado, el jeque Hassan Nasralá, líder de la milicia,
advirtió que si los suburbios meridionales de
Beirut fueran bombardeados como lo fueron en la última guerra, se
contraatacaría contra Tel Aviv, la mayor ciudad israelí.
La verdadera razón de su preocupación, según el general,
se centra en que si Israel iniciara operaciones militares contra las instalaciones nucleares de Irán,
es probable que el primero en reaccionar sería Hezbolá, en Líbano.
"Hezbolá, no sólo ha reemplazado su
armamento, también ha mejorado sus misiles", dijo por su parte Danny Ayalon, el
viceprimerministro de Relaciones Exteriores israelí. "Ellos se están jactando
de que pueden golpear Tel Aviv", añadió.
Según informes oficiales de Israel,
la ONU, y el propio líder de Hezbolá, la organización chií tendría
acumulados alrededor de 40.000 cohetes y misiles (de distintos alcances) y
preparadas sus fuerzas terrestres para golpear a Tel Aviv, así como misiles
antiaéreos que podrían contraatacar a la aviación israelí.
Si bien hay mucha acción psicológica
intimidatoria desde ambos bandos, los expertos, en general, dan credibilidad
a las advertencias de Hassan Nasralá y al rearme de Hezbolá tras el
bombardeo israelí a Libano, que costó la vida a 1400 libaneses (la mayoría
civiles) y causó más de 5000 heridos, además de la destrucción de
infraestructura en Beirut y en otras ciudades libanesas.
Informes occidentales coinciden en que Hezbolá inició un proceso
de rearme acelerado y de capacitación militar desde el final de la masacre
israelí de 2006. Aunque la formación básica se enseña en los campamentos
situados en las montañas que flanquean el valle de Bekaa, los cursos de
especialización se realizan en Irán.
De acuerdo con The Washington Post,
cientos de combatientes de Hezbolá han viajado a Irán desde 2006 para
obtener entrenamiento y más información sobre fabricación de bombas, misiles
antitanque y cohetes.
Fuentes militares cercanas a Hezbolá, afirman que el grupo quiere aumentar el
número y la eficacia de sus sistemas de defensa aérea. Se cree que han
adquirido un gran número de misiles SA18 que podrían poner en jaque a los
helicópteros israelíes y aviones de vuelo bajo.
Fuentes de los servicios de inteligencia occidentales aseguran que combatientes
de Hezbolá, también están recibiendo entrenamiento en Siria en el sistema SA8.
El martes, el ex jefe del Servicio de
Seguridad Interior (Shin Bet), el diputado Avi Dichter (Kadima) advirtió
sobre las decisiones que podían ser alcanzadas durante el congreso de Fatah, el partido del presidente palestino Mahmud Abas,
realizado en la ciudad Cisjordania de Belén el 4 de agosto.
"Las declaraciones de sus miembros despejan la vía a lo que puede llegar a
ser la Tercera Intifada", expresó, añadiendo que "una vez que usted dice que
la lucha será por todos los medios necesarios, se entiende que se empuja a un
conflicto armado. Esta decisión del Congreso nos llevará al pasado".
Dichter, quien se desempeñó como ministro de Seguridad Interna en
el Gobierno anterior, se dirigió también a las informaciones en el sentido de que Fatah
reafirmaría y actualizaría los artículos de sus estatutos, en particular los que
se oponen a cualquier reconocimiento de Israel como Estado judío.
"Lo que me parece especialmente preocupante es que los
moderados planean votar en la convención un artículo titulado 'La continuación de la lucha contra
Israel por todos los medios necesarios'. Dieciséis años después de los
Acuerdos de Oslo, Fatah ve un conflicto armado como una manera legítima de
llevar a cabo el diálogo con Israel", destacó el jefe del Shin Bet.
En la misma línea de
advertencia se situó el presidente de Israel, Shimon Peres, quien dijo a
una delegación de congresistas republicanos de EEUU que visitan el país: "Si
perdemos esta oportunidad para la paz, el Oriente Medio se convertirá en una
zona nuclear incontrolable y no habrá retorno".
Peres dijo al grupo encabezado por el congresista Eric Cantor, que "el mundo
debe impedir que Irán obtenga armas nucleares".
Según el presidente, Israel se encuentra frente a dos preguntas básicas: ¿Qué
tipo de paz se puede lograr?, y ¿Qué sucederá si no se logra la paz?.
El congresista Cantor aseguró al jefe del Estado que "el Congreso (de
EEUU) está firme al lado de Israel y nuestro principal objetivo es fortalecer
las relaciones entre nuestros dos países".
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Presidente de Irán Mahmud Ahmadineyad |
La semana pasada, diarios británicos
informaron que Irán ya domina la tecnología necesaria para ensamblar un arma
nuclear y podría hacerlo factible dentro de 12 meses.
Según los informes, revelados por la
prensa británica y estadounidense, Irán está esperando el visto bueno de
su líder supremo, ayatolá Ali Khamenei, para comenzar la fabricación de ojivas
nucleares.
En mayo pasado, y en un hecho inusual,
la Casa Blanca de Obama advirtió a Tel Aviv que no lo "sorprenda" con un
ataque militar unilateral e inconsulto, a las usinas nucleares iraníes.
Desde el gobierno ultrasionista
israelí -según la prensa judía-
se asegura que no se pedirá
permiso para lanzar un bombardeo si se detecta que el régimen de Teherán
planea lanzar misiles contra el territorio israelí.
El director de la CIA, Leon Panetta -según informó
el diario Haaretz- estuvo en una misión secreta en Israel para
asegurarse de que el nuevo gobierno de Benjamin Netanyahu no intentará lanzar un
ataque sorpresivo contra Irán.
Panetta se fue con la promesa de
que la Casa Blanca será "advertida" pero que no se pedirá permiso para
bombardear Irán, si se confirma la posibilidad cierta de un ataque con misiles
desde Teherán.
El vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, viajó a Líbano
a fines de mayo para reforzar el apoyo de Washington al actual gobierno del
estado judío.
Biden es el más alto funcionario de EEUU
que visita Líbano en más de 25 años, y el segundo de la administración de Obama
en alrededor de un mes, siguiendo los pasos de la secretaria de Estado, Hillary
Clinton, y pone de relieve las preocupaciones de Washington sobre las
advertencias de Israel sobre la región.
Desde principios de año,
altos funcionarios y jefes militares norteamericanos e israelíes
vienen alimentando una nueva escalada belicista con sus declaraciones sobre un
posible ataque de Israel como respuesta a los avances claves anunciados por el gobierno de Irán en su
programa nuclear.
En abril pasado, el presidente iraní, Mahmud
Ahmadineyad, anunció que la República Islámica domina ya el ciclo
completo de fabricación de combustible nuclear, justo al día siguiente en
que las potencias del Consejo de Seguridad de la ONU, con EEUU a la cabeza,
invitaran a Teherán a una nueva ronda negociadora sobre su plan nuclear.
El nuevo anuncio iraní de abril reavivó la
"preocupación" en Washington y Tel Aviv, donde se incrementaron los rumores de
preparativos de una escalada militar para obligar a Irán a dar marcha
atrás en el "objetivo militar" de su programa nuclear.
La reelección Ahmadineyad, el 12 de
junio, pone de nuevo sobre el tapete el
informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), a fines de noviembre
del año pasado,
que alertaba que Irán ya estaba "en capacidad de fabricar una bomba nuclear".
Las nuevas advertencias de Israel,
que se suman a una lista de acusaciones y amenazas
interminables, recrean y exacerban un "clima de guerra" latente en toda la región,
cuyo desenlace parece estar marcado por el desarrollo del programa
nuclear iraní.