El ICE se redujo entre octubre y enero en nueve de las 11
principales economías de la región estudiadas, mientras se estabilizó en niveles
bajos históricos en Bolivia (3 puntos) y México, con 2.3 puntos siendo el menor
de la serie.
"A excepción de Perú y Uruguay, las economías de otros países de la región
estarían en enero del 2009, en períodos caracterizados como recesivos, según los
criterios de la encuesta", señaló el estudio.
A su vez, el Índice de Expectativas (IE) "registró un nuevo récord histórico
negativo bajando de 2.5 a 2.3 puntos", indicó.
La tendencia recesiva llegó a
América Latina y, según la representación gráfica de los diversos índices, la
región "habría entrado en una fase de recesión desde el pasado mes de octubre",durante
el último trimestre del año pasado,señaló el estudio
"En enero de 2009, la economía de América Latina se encuentra en fase de
declive, sin mostrar, al menos en los resultados agregados para la región,
las perspectivas de una recuperación significativa en el corto plazo", indicó.
Para los próximos meses, según el
Índice de Expectativas, la situación sigue siendo desfavorable y el IE de la
región "refleja un mayor grado de pesimismo que la media mundial",
añadió.
Una investigación del banco
Morgan Stanley indicó, en el mes de febrero, que América Latina tendrá
en 2009 un "crecimiento negativo" del producto bruto interno: será de
0,4% en 2009, el peor desde 1983.
"Nuestra revisión del crecimiento
dinámico de la región obedece a que el principal vector de crecimiento fueron
una serie de factores externos", añade, señalando que el crecimiento fue
"favorecido por condiciones financieras y crediticias, la demanda global y los
precios en alza de productos primarios (agrícolas y minerales)".
La entidad financiera de Wall
Street alerta sobre que llegan a su fin los "cinco años de abundancia y
crecimiento por arriba de la media (en América Latina)".
Por
su parte, el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) previó en enero una fuerte recesión en
Latinoamérica en 2009, con bajas en las recaudaciones y aumento del desempleo,
ante lo cual el organismo reorientará US$ 6 mil millones para financiar los
sectores productivos.
“Latinoamérica enfrentará una crisis muy distinta a las del pasado (...) Nos
enfrentamos a un período de estancamiento en el crecimiento global, al menos
todo 2009 y posible primer trimestre de 2010”, explicó en una reunión en Santo
Domingo, Santiago Levy, Vicepresidente del BID.
Según el responsable, en este período el empleo “estará prácticamente
parado”, con un consecuente incremento de la ocupación informal.
Las tres principales economías en
riesgo
Las tres primeras economías del
continente, Brasil, México y Argentina ya presentan -según los números
oficiales- señales inequívocas de un contagio de la crisis financiera global
en sus principales índices y variables económicas.
En México, Ricardo González
Sada, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex),
por primera vez, acepta que el panorama económico del país se complica cada vez
más y sentencia que para el próximo año la economía cerrará en cero.
Héctor Rangel Domene, presidente del Centro de Estudios Económicos del Sector
Privado (CEEESP), indicó que la crisis económica en el país será profunda y va a
tener impactos severos.
Explica que la incertidumbre que se ha vivido en los últimos meses se ha
transmitido a la economía real mexicana.
Luis Foncerrada, director del CEESP, acepta que la economía mexicana podría
presentar cifras negativas en el PIB, "dependiendo de la profundidad de la
recesión en el vecino del norte".
Según José Augusto de
Castro, vicepresidente de la Asociación Brasileña de Comercio Exterior,
Brasil volvió a obtener superávit comercial en febrero, pero a costa de una
caída de 24 por ciento en las importaciones respecto de enero, por una fuerte
retracción de la actividad industrial que puede provocar recesión económica.
Se redujeron sobre todo las importaciones de materias primas y bienes
intermedios en sectores cuya producción depende de componentes extranjeros,
tanto para el mercado interno como para las exportaciones, observó el
vicepresidente de la Asociación Brasileña de Comercio Exterior.
De hecho, las exportaciones brasileñas de febrero fueron 25 por ciento
menores que las de febrero del año pasado. El superávit de comercial de
1.767 millones de dólares se debió a una caída mayor de las importaciones, de
34,5 por ciento, respecto del mismo período.
Esa tendencia se debe en parte a la depreciación de la moneda nacional frente
al dólar desde agosto, pero especialmente a la "caída del nivel de actividad
del mercado interno", señaló De Castro a la agencia IPS.
La crisis financiera mundial golpeó a este país sudamericano a partir de
octubre, primero por una brusca escasez de crédito y luego por el impacto en
las exportaciones. Cayeron los precios de las materias primas que Brasil
exporta, y poderosos sectores industriales, como la metalurgia, sufrieron a la
vez baja de precios y de cantidades vendidas.
Argentina, cuyo producto
interno bruto creció cerca de ocho por ciento al año desde 2003, vive ahora un
riesgo mayor que el brasileño de entrar en recesión, lo que afecta la
popularidad del gobierno de los Kirchner y preanuncia -de la mano del conflicto
del campo- revueltas sociales y sindicales..
El aumento del desempleo, como
también también sucede en Brasil, representa una amenaza contra la
gobernabilidad política más seria, pues abre la posibilidad de turbulencias
sociales y de agravamiento de la crisis económica.
En la economía argentina, la
tercera latinoamericana detrás de Brasil y México, en enero, la producción
de acero cayó 32% respecto del mismo mes de 2008 y 47% la de hierro. La de
cemento, 12,8% en febrero. En autos, el desplome es todavía mayor: 55,7% el mes
pasado. La capacidad ociosa en la industria metalúrgica llega ahora al 45%. Se
calcula que las ventas de equipos de aire acondicionado bajaron 30%, lo cual
implica acumulación de stocks y menor producción futura, algo parecido a lo que
ocurre con televisores y línea blanca.
Según estimaciones privadas, este
año las exportaciones caerían entre US$ 10.000 y US$ 13.000 millones,
que generaría menores ingresos a la economía, menor oferta de divisas y mayor
dependencia de las ventas del sector agropecuario, apretadas por el bajón de la
cosecha y el derrumbe de los precios internacionales.
La tonelada de carne de
primerísima calidad que la Argentina vende en Europa bajó de US$ 18.000 a US$
12.000, casi 40%.
Sea porque se quiere sostener el superávit comercial, proteger a algunos
sectores, frenar la demanda de divisas, o todo a la vez, lo cierto es que se
están pisando las importaciones. Igual, ya venían en baja por la retracción
económica
En este escenario, de la mano de las corporaciones trasnacionales, sobre
todo del sector automotriz, en el mercado laboral argentino ya se percibe el impacto
de la crisis recesiva, bajo la forma de suspensiones, achicamiento de la
jornada de trabajo y pérdida de ingresos.
El fantasma de los estallidos sociales
"Uno a uno se están apagando
los motores del crecimiento", agregó dramáticamente la secretaria ejecutiva
de CEPAL, Alicia Bárcena, quien sinceró que el promedio de crecimiento en
América Latina podría ser nulo en 2009, si se dan los peores escenarios.
En el sector externo, la creciente
debilidad de los mercados europeos, norteamericano y chino presionará además a
la baja las exportaciones, que en 2008 sumaron US$920.000 millones , la
mayor cifra de la historia.
"Esta desaceleración ya comenzó a observarse en el segundo semestre de este
año y proyectamos menores volúmenes y precios para 2009", señaló por su
parte el director de la División de Desarrollo Económico de CEPAL, Osvaldo Kacef.
La secretaria ejecutiva de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena,
advirtió que "el año entrante yo creo que va a ser un año crucial. Y creo que lo
que más debería preocuparnos es el incremento de la informalidad (trabajo y
empleo en negro). Eso sí es un gran tema que a nosotros nos interesa mucho
abordarlo".
El tema de la informalidad, explicó la titular de la CEPAL, afecta a "todos
aquellos que viven en un ambiente en el que ya no creen en nada, básicamente".
Según el Panorama Social 2008 de América Latina y el Caribe de la CEPAL la
pobreza alcanza a un 34.1 por ciento de la población regional y de ese
porcentaje los que viven en la extrema pobreza o indigencia representan 12.6 por
ciento.
Eso significa que, de acuerdo a las últimas cifras disponibles, correspondientes
al año 2007, la región tiene 184 millones de pobres, incluidos 68 millones de
indigentes.
A pesar de que las cifras constatan una disminución de la pobreza, que llega a
los 14 puntos porcentuales desde 1990, las perspectivas para 2009 resultan
inquietantes, según la evaluación de la CEPAL.
"El impacto de la crisis financiera internacional hace prever una desaceleración
del crecimiento en la región, lo que a su vez implicaría un comportamiento aún
menos favorable de la situación de pobreza el próximo año", indicó el Panorama
Social 2008.
La principal preocupación, según
un comunicado especial aprobado en noviembre en San Salvador por los países del
BRIC (Brasil, Rusia, India y China), son los "potenciales efectos sobre el
sector real de la economía" y sobre la "estabilidad política y social de la
región".
En este panorama, lo que más preocupa es un aumento de la economía informal (en
"negro"), y se teme también que el desempleo exacerbe la violencia juvenil y
familiar, dijo la semana pasada la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.
La respuesta inmediata a la marginación social y el desempleo son las huelgas
y los estallidos sociales (como reacción inmediata a la desocupación en
masa) que pueden conmocionar los pilares del control institucional y político de
los Estados capitalistas de la región.
Un estudio realizado por Economist
Intelligence Unit (EIU) difundido el viernes analiza la vulnerabilidad de los
países de América Latina a sufrir lo que describe como "episodios que
supongan una seria amenaza para las autoridades locales, acompañados de
desórdenes públicos o enfrentamientos civiles".
De acuerdo con el estudio, Venezuela, Argentina, Panamá, Colombia y Perú están
ubicados en la categoría de países con alto riesgo de desestabilización,
al combinar indicadores sociales como "la desigualdad, la corrupción o la falta
de confianza en las instituciones" con una creciente injerencia de la recesión
económica mundial.
Citado por la cadena
BBC, el
director de análisis de la EIU, Alasdair Ross, señaló que en los próximos dos
años "algunas personas estarán en graves apuros económicos y el hecho de
observar a sus gobiernos incapaces de estabilizar la economía generará una
situación de descontento y motivará protestas, algunas de ellas violentas".
De los 165 países analizados por el estudio de Economist Intelligence Unit , 27
son de muy alto riesgo, 68 de alto riesgo, 53 corren un riesgo moderado y tan
sólo 17 tienen pocas posibilidades de padecer inestabilidad política y social a
causa del contagio de la crisis financiera recesiva global.
No se puede establecer una
previsión exacta país por país, pero "en los próximos dos años habrá
protestas sociales muy violentas, similares a las que ya se han producido en
Grecia, o anteriormente en países como Argentina o Venezuela", señala el
informe.
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