sa confusión (falla
conceptual de origen) les llevó a creer en las
"condenas
discursivas" de Obama al golpe de Estado promovido por EEUU
que el 28 de Junio derrocó a Zelaya en Honduras.
Y esa percepción errónea, a su vez,
alimentó el insólito espectáculo de los gobiernos de "izquierda
antiimperialista" abrazándose con la OEA (el Ministerio Imperial de Colonias ) y el
Departamento de Estado USA en defensa del "sistema democrático" regional
amenazado.
Y la distorsión conceptual alienante
llegó a su pico máximo cuando la izquierda, Chávez y el derrocado Zelaya
pidieron a Obama y a EEUU (el Imperio golpista) que "intervengan"
para restituir la democracia y el gobierno constitucional en Honduras.
Hasta que (después de una larga
comedia de enredos) llegó el baño de realidad: Obama y EEUU
"intervinieron", no para restituir a
Zelaya, sino para restituir a la
"democracia" sin Zelaya.
Finalmente, después de una largo
culebrón mediático que la izquierda confundió con una gesta de "resistencia
popular" al golpe, Zelaya pactó un "acuerdo de unidad" con Micheletti,
que "legitimó" de hecho el golpe de Estado y las elecciones convocadas por el
régimen golpista para el domingo 29 de noviembre.
Y como frutilla de la torta:
Washington (gerenciado por Obama) va reconocer las elecciones, y la OEA se
dividió entre gobiernos (de "derecha") que apoyan los comicios y gobiernos (de
"izquierda") que las desconocen. Como en la Fiesta de Serrat: "Por
una noche se olvidó que cada uno es cada cual", pero Obama y el Imperio
los pusieron a cada uno en su lugar.
Y la izquierda y sus pensadores
siguen con su confusión inicial: Creen que Obama los "traicionó". Todo
indica que todavía no se enteraron de que Barack Obama es el presidente de EEUU.
El Imperio que, por "derecha" y por
"izquierda", gerencia tanto los golpes militares como los "procesos
democráticos" en América Latina.
¿Cuántas lecciones más va a necesitar
la izquierda "revolucionaria" para enterarse de que integra como un eslabón más
el "mundo único" del sistema capitalista?
El día que lo descubra, tal vez deje
su discurso ideológico (desfasado) por un rato y se dedique a estudiar cómo funciona hoy
científica y totalizadamente el sistema capitalista, por "izquierda" y por
"derecha".
Es un primer paso para no confundir a
Obama con la estatua de la Libertad, y no pedirle al presidente del Imperio
que salve a América Latina del Imperio.