La
estrategia del dólar bajo
No
obstante, y pese al conjunto de teorías existentes sobre la fijación del valor
del dólar, la mayoría de los analistas del sistema coinciden en que el actual
declive del dólar obedece a una estrategia del gobierno de EEUU para salir
de su crisis utilizando a su moneda como variable de ajuste internacional.
La
percepción generalizada entre los especialistas es que la debilidad de la
demanda consumidora en EEUU, impulsada por el alto desempleo, el difícil acceso
al crédito y el estancamiento (o reducción) de los salarios, es la principal
amenaza a la sostenibilidad de una débil recuperación económica.
"Las
autoridades estadounidenses han hecho poco por detener el declive, en parte
porque el debilitamiento del dólar beneficia a los exportadores y ayuda a la
Reserva Federal (Fed) a combatir la deflación", precisa el Journal.
Según el
Financial Times, "las promesas de mantener al "dólar fuerte" por parte de
funcionarios estadounidenses son poco honradas, pues Estados Unidos ahora
alienta una caída del dólar aún más marcada como parte de la estrategia de
recuperación económica basada principalmente en las exportaciones".
Un dólar
devaluado es "bueno para los exportadores estadounidenses", escribe el Premio
Nóbel de Economía, Paul Krugman, quien afirma que eso "nos ayuda a
establecer una transición: de enormes déficits en la balanza de pagos a una
posición internacional más sostenible".
De acuerdo
con Krugman, no subir la tasa de interés -la cual efectivamente está en cero-
"no dice nada acerca de las consecuencias que traería la depreciación del dólar
para la situación monetaria de Estados Unidos o para su posición como divisa
mundial de reservas".
El premio
Nóbel de Economía Joseph Stiglitz consideró que es necesario crear un nuevo
sistema mundial de reservas, dado que la crisis financiera global demostró
que el esquema basado en el dólar es defectuoso y riesgoso.
El aumento del déficit estadounidense y "la ebullición de su hoja de balance"
son causa de preocupación, indicó.
Stiglitz dijo que un nuevo sistema mundial de reservas sería bueno para la
demanda agregada mundial, la estabilidad global y las acciones alrededor del
mundo.
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, dio la semana pasada la voz de
alerta al señalar que Washington no podía confiar en que el dólar mantendrá
indefinidamente su estatus de divisa de reserva internacional.
Economistas como Kenneth Rogoff, de la Universidad de Harvard (EEUU), consideran
que éste es un debate que los países emergentes deben mantener abierto.
"Creo que es algo que a las naciones en desarrollo les conviene plantear porque
sería deseable tener un sistema financiero internacional más multipolar
sobre todo debido al creciente déficit estadounidense", dijo a EFE Rogoff, quien
vaticinó que la próxima gran crisis financiera será la de "los déficit
públicos".
El
impacto internacional
Un dólar
devaluado, para empezar, afecta las reservas del mundo entero, realizadas en
esta divisa. En ese sentido, el principal afectado sería China, que tiene
una reserva de más de un billón de dólares (trillion, en inglés), y que ha
manifestado públicamente su interés de emplear otra divisa como valor de
intercambio mundial.
Asimismo, China ha comunicado su deseo de gozar de los privilegios de Estados
Unidos que, para obtener recursos, imprime dinero y lo vende en forma de bonos
de deuda a gobiernos e inversionistas institucionales.
En cambio, China y el resto del mundo, deben vender sus productos en el
mercado internacional para hacerse de recursos. No es casual, por ello, que
Rusia, India y Brasil también hayan expresado abiertamente su deseo de relevar
al dólar.
Asimismo, un dólar devaluado aumenta las presiones inflacionarias en Estados
Unidos, que debe pagar más por obtener productos extranjeros, lo que afecta
sus importaciones y al comercio global.
También aquí los analistas coinciden: Una recaída
de la crisis económica y financiera en EEUU, arrastraría en primer término a la
Unión Europea, China, Japón, India y las principales economías asiáticas
(más del 80% del PBI mundial) con su comercio de importación y exportación
ligados al dólar y a la primera economía imperial.
En este
marco, un número creciente de expertos cuestiona la supremacía del dólar
y la propia continuidad a largo plazo de la hegemonía que ejerce EEUU en el
contexto económico internacional.
La
cuestión sobre la baja del dólar preocupa sobre todo a los países europeos, que
temen el efecto adverso que la debilidad de la divisa estadounidense frente al
euro pueda tener sobre el sector exportador en Europa.
Las
reacciones adversas en Europa originaron la reacción la semana pasada del
secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, quien dijo que a EEUU le
interesa "un dólar fuerte", tratando de calmar a las autoridades de la
Unión Europea (UE).
En este
escenario, los especialistas coinciden en que la cotización del dólar, más que
por su desempeño en las reglas de juego del mercado, está respondiendo a las
necesidades de su propio emisor (EEUU) que lo utiliza para exportar su crisis
interna aprovechando su condición de "moneda patrón" del comercio y las
transacciones internacionales.