manuelfreytas@iarnoticias.com
Informe especial
Los
patrones operativos son cíclicos y repetitivos: Desde el 11-S hasta aquí, cuando
se produce un atentado del "terrorismo islámico", la CIA y las agencias
occidentales -como un hecho habitual- siempre "encuentran" en el teatro
del acontecimiento alguna versión del Corán, acompañada de una copia del
"plan de ataque", que los autores "olvidan" junto con los documentos en
algún vehículo estacionado.
El "descubrimiento casual", permite a
las autoridades identificar inmediatamente a la "célula terrorista", y
justificar detenciones y razzias entre los grupos islámicos
"sospechados", principalmente de inmigrantes.
La metodología fue utilizada en el
11-S en EEUU, el 11-M en España, el 7-J en Londres, y en todas las oportunidades
en que los servicios estadounidenses, británicos y europeos "descubrieran"
y/o abortaran "planes terroristas" antes de que se ejecutaran.
El modus operandi es absurdo, casi
infantil para un cerebro lógico, pero goza de total impunidad.
Como los medios de comunicación
masiva
(tanto locales e internacionales) sólo recogen y difunden la "versión
oficial" del terrorismo y de los actos terroristas, la opinión publica
internacional sólo tiene una cara del fenómeno: La que venden la CIA y los
servicios de inteligencia.
Y la versión que venden la CIA y sus
subsidiarias internacionales, es que los "terroristas", además de "asesinos
demenciales", son estúpidos y olvidadizos.
Como
ningún especialista de los medios masivos del sistema analiza el "terrorismo" a
partir de un origen causal y posibles beneficiarios (sólo toma la versión
oficial y la difunde) estas operaciones consistentes en "plantar pruebas
falsas" son completamente ignoradas por las mayorías que solamente registran una
versión: Que el terrorismo (en vez de ser un arma de guerra al servicio de
objetivos de control social y político como efectivamente lo es) es obra de "asesinos
fundamentalistas" seriales.
Vale aclarar, que el terrorismo no es
un producto bíblico del "eje del mal", sino una moderna arma de la Guerra de
Cuarta Generación, cuyos objetivos y estrategias operativas (que se estudian
como una disciplina militar especializada) esencialmente están orientados al
control político y social por medio de la acción psicológica a escala masiva.
Las
tácticas terroristas forman parte indivisible de la Guerra Militar y de
la Guerra Psicológica (una variante operativa de la Guerra de Cuarta
Generación) que son utilizadas tanto por el Pentágono como por el resto de
las fuerzas armadas de las potencias que componen el "mundo occidental" (el
que quiera interiorizarse sobre el tema puede leer nuestros informes).
Para hacerla simple: El terrorismo (o
el acto terrorista) se compone de tres fases operativas que se complementan
interactivamente en la consecución de un mismo objetivo:1) El acto terrorista
(destrucción localizada), 2) La manipulación mediática con el acto
terrorista (operaciones psicológicas para inducir conducta masiva), y el uso
político-económico-militar del acto terrorista (el objetivo y el
beneficiario).
Ejemplo:
El 11-S fue el "acto terrorista", la psicosis con el "peligro
terrorista" fue la manipulación mediática del acto terrorista, las
invasiones militares a Afganistán y a Irak fueron el objetivo del
beneficiario del acto terrorista, o sea EEUU.
¿Y por qué en IAR Noticias
siempre volvemos -también cíclicamente- al tema del terrorismo como arma de
guerra?
Por una razón sencilla:
En
el escenario mundial hay cinco hechos de inevitable desenlace a corto plazo: 1)
La resolución de la crisis recesiva mundial, 2) el ataque militar a
las usinas iraníes y la resolución del conflicto árabe-israelí en Medio
Oriente, 3) Afganistán y la ocupación militar de Pakistán, 4) otro
conflicto armado en el Cáucaso o en Eurasia (como parte del teatro de la
guerra fría EEUU-Rusia) y 5) un ataque "terrorista" (o varios) similar al
11-S en Europa o en EEUU.
En todos los casos, el "terrorismo"
(un arma estratégica de la guerra de Cuarta Generación) va actuar como
elemento desencadenante y fusionante de los acontecimientos que se avecinan
en el teatro de los conflictos internacionales impulsados por la guerra
intercapitalista por el petróleo y los recursos estratégicos del planeta.
Siempre volvemos al terrorismo,
porque esa es la herramienta estratégica (ocultada por la trama de ignorancia
mediática) que EEUU y las potencias del capitalismo sionista utilizan como
justificación para invadir países, depredar recursos estratégicos, y orientar
conducta masiva hacia sus objetivos e intereses estratégicos.
Y ahora, como corresponde, estamos en
el seguimiento del nuevo "terrorismo antisemita" que ya lanzó la
administración Obama como complemento del "terrorismo islámico" de Bush.
*****
(*) Manuel
Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
Ver sus trabajos en
Google
y en
IAR Noticias