En el sistema capitalista
(nivelado como "civilización única") la producción y comercialización de bienes
y servicios (esenciales para la supervivencia humana) se encuentran en
manos de corporaciones empresariales privadas que controlan desde recursos
naturales hasta sistemas económicos productivos, por encima de la voluntad de
gobiernos y países.
Eso convierte a esos grandes
pulpos concentradores de la "economía global" en actores centrales del
proceso económico recesivo que hoy se extiende desigual y combinadamente
desde EEUU y las potencias centrales hacia el mundo periférico,
"subdesarrollado" o "emergente".
Dentro del actual diseño de
economía capitalista mundial (en crisis) los consorcios empresariales
trasnacionales, con casa matriz en EEUU y Europa (que desarrollan la totalidad
de la actividad productiva, comercial y financiera a escala global),
concentran la mayoría de la mano de obra ocupada tanto en EEUU y Europa como
en los países de Asia, Africa y América Latina.
En el modelo de
economía capitalista globalizada, no son los gobiernos los que gerencian el
proceso económico productivo, los que forman los precios y deciden sobre los
volúmenes y el destino de la producción mundial (posibilitada por el trabajo
social), sino que esta tarea la desarrollan los pool de corporaciones
capitalistas que tienen la propiedad privada (o la capacidad de
gerenciamiento efectivo) tanto del sistema económico productivo, como del
mercado interno y del comercio exterior de los países a escala global.
De esta manera, y así como se
"globaliza" en estos grandes pulpos toda la actividad económica a escala global,
también en ellos se concentra todo el peso de la crisis recesiva con
desocupación masiva que hoy ya se extiende por toda la geografía
estadounidense y europea, con parálisis de la economía y el consumo y conflictos
sociales que comienzan a expandirse por Europa, sobre todo en las zonas más
"vulnerables" y desprotegidas de Europa del Este.
Y hay un axioma probado por la dinámica emergente de la crisis:
Así como las potencias
centrales (con EEUU y la UE a la cabeza) son las grandes exportadoras de
crisis mundial, los bancos y empresas transnacionales imperiales son los
grandes exportadores de desocupación masiva a escala global.
Las transnacionales industriales,
comerciales, bancarias o de servicios que hegemonizan la actividad
económica del capitalismo en EEUU y Europa, son las mismas que concentran (a
través de sus filiales) la actividad económica en países "emergentes" como
China, India, Brasil o Corea del Sur, o en países "en desarrollo" como Argentina
y Chile, o en "subdesarrollo" como Bolivia y Paraguay.
Esta centralización y nivelación
multinacional de la economía capitalista hace que tanto los procesos de bonanza
(crecimiento con alta rentabilidad) como los procesos de crisis (recesión con
baja de la rentabilidad) repercutan simultáneamente en todos los países donde
actúan esos pulpos concentradores de la economía mundial.
De la misma manera, la crisis
recesiva con desocupación que hoy azota a los países centrales se proyecta
por todo el planeta de la mano de los grandes gigantes bancarios, las empresas automotrices o
de servicios, que han ingresado en un proceso de quiebra o de cierre a causa del
colapso financiero recesivo que azota a EEUU y Europa, las cabezas de la red
capitalista global.
Con un detalle siniestro: Los
planes de reducción de planteles de obreros y empleados que hoy manejan esos
grandes consorcios depredadores de la economía mundial se concentran
prioritariamente, no en sus casa matrices de EEUU y Europa, sino en sus filiales
de mundo periférico "emergente" o "subdesarrollado".
De esta manera, y así como EEUU y
las potencias europeas descargan (a través del control del mercado de
importación y exportación y de su hegemonía monetaria internacional) el
peso de la crisis de sus economías en los países de las áreas periféricas, los
consorcios transnacionales ya empiezan a descargan el peso de la desocupación
sobre las espaldas de las masas de empleados y trabajadores de Asia, África y
América Latina.
Así como en la década de los 90
exportaron "crecimiento económico" (sin distribución social) con empleos en
negro y mano de obra esclava, hoy exportan recesión con desocupación
masiva por todo el planeta.
Por ejemplo, y según publica este
miércoles The Wall Street Journal, la crisis de la industria automotriz
que se originó en Detroit con los tres pulpos automotrices estadounidenses (Ford
Motor Co., Chrysler LLC y General Motors Corp.) se ha transformado en un
"problema global" que presiona a los gobiernos de todo el mundo a seguir el
ejemplo de Washington y otorgar asistencia a los fabricantes en aprietos.
El martes, la central de General Motors (GM) informó que sus operaciones
europeas podrían quedarse sin dinero en abril o mayo si Alemania y otros
países del Viejo Continente no le conceden la ayuda que solicita.
Esta misma extorsión la
realizan en países del mundo periférico como Brasil y la Argentina. por ejemplo,
donde reclaman subsidios estatales, bajas de impuestos y reducción de
salarios a cambio de no cerrar sus plantas y no reducir personal.
A su vez, en los países centrales
donde se asientan sus casas matrices, los bancos y corporaciones
trasnacionales son auxiliados por los mega-salvatajes financieros
con cifras multimillonarias realizados por los gobiernos imperialistas de EEUU y
la Unión Europea.
Esta misma dinámica "extorsiva"
de las automotrices (pedir dinero estatal para salvar a sus empresas
privadas) la realizan tanto los grandes bancos como el resto de los pulpos
empresariales concentradores de la actividad económica y de la mano de obra
laboral a escala mundial.
En este escenario, el gobierno
federal de EEUU decidió otorgar por lo menos US$42.000 millones en préstamos y
otra asistencia financiera a GM, Ford, Chrysler y sus proveedores. Canadá acordó
el martes ayuda adicional a las tres automotrices estadounidenses. Francia, por
su parte, está asistiendo a Renault SA y PSA Peugeot Citroën SA.
GM, asimismo, consiguió un acuerdo para que España garantice préstamos por 200
millones de euros y solicitó la ayuda de Alemania, Gran Bretaña y Suecia, países
en donde tiene plantas. El jefe de GM en Europa, Carl Peter Forster, dijo en
Ginebra que la empresa también podría recurrir a Polonia, donde fabrica autos
pequeños.
La idea central, según se
desprende de la información de los medios económicos estadounidenses y europeos,
es que EEUU y las potencias del euro buscan la vertebración de un "colchón
financiero global" para auxiliar a las casas matrices de los bancos y
corporaciones transnacionales en proceso de quiebra o de cierre de plantas o
empresas situadas en sus territorios.
Estos proyectos de "rescate"
de empresas privadas con dinero público (además de alimentar un gigantesco
negocio financiero con la crisis) se orienta principalmente a prevenir y/o
neutralizar los bolsones de revueltas y estallidos sociales que podrían
terminar con la "gobernabilidad", tanto en EEUU como en las potencias centrales.
La estrategia, según surge de la
propia dinámica de los gobiernos centrales, parece orientarse a "salvar"
a las matrices operativas de las megacorporaciones situadas en las cabeceras
imperiales de Europa EEUU, y obligar a los gobiernos periféricos a realizar la
misma operación (salvataje de megaempresas privadas con dinero público) dentro
de sus países.
Con un agravante: La mayoría de
los países de Asía, Africa y América donde
esos pulpos capitalistas hoy operan y generan ocupación
laboral masiva, ya están impactados, en forma desigual y combinada, por la
desaceleración económica y el achicamiento del consumo, lo que conduce a la
amenaza de despidos masivos por parte de esas corporaciones empresariales,
que deben reducir personal para compensar la caída de la rentabilidad.
Pero, y como a su vez la recesión
económica reduce la recaudación fiscal de esos países (emergentes o
subdesarrollados), sus gobiernos se ven imposibilitados de crear un mega-fondo
de rescate bancario y empresarial sin agravar y multiplicar los efectos de la
crisis sobre sus economías.
Esta realidad, nivelada por todo
el escenario económico de Asia, África, América Latina, torna inevitable la
escalada de desocupación masiva que las transnacionales van a lanzar sobre las
áreas periféricas cuando la crisis recesiva --tal como está previsto y
proyectado por las principales instituciones y analistas del sistema- se
convierta en crisis social con los despidos en masa de trabajadores para
mantener el nivel de rentabilidad produciendo y vendiendo menos.
Que -a nivel de emergente
inmediato- van a actuar como detonante central de las revueltas sindicales y
estallidos sociales que se van a multiplicar y expandir como un virus por
Asia, Africa y América Latina.
Y cuya polea de "trasmisión"
van ser las mismas corporaciones trasnacionales que hoy están en proceso de
quiebra en EEUU y Europa.
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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
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