Informe
IAR Noticias/
Agencias
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Imagen de archivo de la prueba del misil
balístico lanzado el pasado 5 de abril |
Este
lunes Corea del Norte anunció el "éxito" de su segunda prueba nuclear
subterránea a menos de tres años de la primera y después de realizar a
principios de abril el lanzamiento de un cohete que fue condenado por el Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas.
La pauta seguida es similar a la de 2006, aunque esta vez el desarrollo de los
acontecimientos ha sido más rápido y el momento elegido más sorpresivo,
según la agencia Associated Press.
Corea del Norte concretó la segunda
prueba nuclear del país, más potente y con un mayor dominio de la tecnología que
en la primera ocasión, en octubre de 2006, señaló la agencia oficial de
Pyongyang KCNA, calificando el test de "éxito rotundo".
La potencia del artefacto nuclear que
detonó Pyongyang era de cerca de 20 kilotones, según fuentes del Ministerio de
Defensa de Rusia, mientras que el ensayo de 2006, también en base a esas
fuentes, fue de entre 10 y 15 kilotones (similar a la bomba de Hiroshima).
Según la Agencia de Noticias Central
de Corea (KCNA, en inglés), la prueba de este lunes implica "un mayor nivel de
potencia explosiva y de dominio de la tecnología propia".
"Nuestra República ha concluido con
éxito una nueva prueba nuclear subterránea como parte de las medidas para fortalecer
nuestro poder nuclear defensivo de la manera que han indicado nuestros
científicos y técnicos", señala el texto de la agencia.
Autoridades de Corea del Sur han detectado un "terremoto artificial" en el Norte
poco antes de las 10 horas locales (3 de la madrugada del domingo al lunes, hora
en
España). El Servicio Geológico estadounidense también registró un temblor
de magnitud 4,7 al noreste del país comunista, cerca de la ciudad de Kilju,
donde se llevó a cabo la prueba de 2006. En aquella oportunidad, el temblor
producido por el test disparó los sismógrafos hasta el grado 3,6 en la escala
Richter.
Tras la prueba el régimen de
Pyongyang lanzó también un misil de corto alcance, según fuentes diplomáticas
surcoreanas citadas por la agencia local Yonhap.
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El líder norcoreano, Kim Jong-il (D)
visita el lugar de construcción de la planta eléctrica Heechon en un lugar no
revelado de Corea del
Norte.(Foto Reuters) . |
Corea del Norte advirtió este lunes
que está dispuesta a efectuar nuevos ensayos nucleares "si Estados Unidos y
sus aliados continúan con su política de intimidación" contra Pyongyang,
según declararon fuentes de la Embajada norcoreana en Moscú a la agencia rusa de
noticias Itar-Tass.
Corea del Norte ya se granjeó
duras advertencias y sanciones de las potencias del llamado "club nuclear" tras
la primera prueba, y venía amenazando con realizar un segundo test para
responder a la condena que hizo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas luego
de un intento fallido por parte de Pyongyang de lanzar un misil de largo alcance
el pasado 5 de abril.
El ensayo de este lunes rebalsó el
vaso y puso a EEUU y las potencias en un estado de conmoción que se
trasunta en los comentarios y titulares de la prensa internacional.
Según informó el embajador de Rusia
ante la ONU, Vitali Churkyn, citado por la agencia de noticias Itar-Tass, el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebrará una reunión de urgencia
este lunes para tratar sobre el ensayo nuclear realizado la pasada madrugada por
Corea del Norte.
"Japón ha hecho una solicitud al
presidente del Consejo de Seguridad para que hoy se celebre una reunión sobre
Corea del Norte", informaron a Reuters fuentes diplomáticas rusas. Rusia ejerce
en estos momentos la Presidencia rotativa del Consejo.
Por su parte, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, expresó
este lunes la preocupación de su Gobierno por el ensayo nuclear, según la
agencia Interfax. "Estamos preocupados por los informes sobre la explosión, por
parte de Corea del Norte, de un artefacto nuclear", declaró el ministro ante un
grupo de reporteros en Beirut.
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Norcoreanos observan por televisión el derrumbe
de una torre de enfriamiento de una planta nuclear, una medida simbólica para mostrar
el compromiso del gobierno con un acuerdo de desarme, en junio de 2008. |
El presidente de EEUU, Barack Obama,
condenó la segunda prueba nuclear realizada en la madrugada del lunes por el régimen de
Pyongyang, a la que califica como una "amenaza para la paz", y
solicita que la comunidad internacional "tome medidas urgentes".
"Estas acciones, aunque no suponen una sorpresa dado las declaraciones y
acciones hasta la fecha por parte de Pyongyang son motivo de grave preocupación
para todos los países," dijo Obama.
"Los intentos de Corea del Norte para desarrollar armas nucleares y su programa
de misiles balísticos plantean una amenaza para la paz y la seguridad
internacionales", añadió.
El primer ministro británico, Gordon Brown, calificó a la prueba de "equivocada,
insensata y un peligro para el mundo". "La comunidad internacional reconocerá
como socio a Corea del Norte si este país se comporta de forma responsable. De
lo contrario, sólo puede esperar un nuevo aislamiento", afirmó el premier
británico.
Por su parte, el jefe de la diplomacia de la UE, Javier Solana, condenó el nuevo
ensayo a que consideró "una flagrante violación" de la resolución del Consejo de
Seguridad de la ONU, que se reúne de urgencia esta tarde.
Para Solana, esta nueva prueba nuclear -la segunda que realiza ese país desde
octubre de 2006-, "amenaza aún más la paz en la región y la seguridad en el
noreste de Asia", después del lanzamiento de misiles de largo alcance el
pasado mes de abril, recordó.
Francia, por su parte, condenó
este lunes "firmemente" el ensayo nuclear realizado por Corea del Norte, a quien
pidió abstenerse de cualquier "nueva provocación", aplicar sin demora la
resolución 1718 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y retomar las
discusiones en el seno del diálogo a seis bandas encaminado al
desmantelamiento "completo, irreversible y verificable" de su programa nuclear.
En un comunicado, el portavoz del Ministerio francés de Asuntos Exteriores, Eric
Chevallier, señala que Francia se concertará en las próximas horas con sus
socios del Consejo de Seguridad y de la región sobre las consecuencias que hay
que sacar de este "grave acto" de Corea del Norte y "en particular sobre el
refuerzo de las sanciones".
El presidente de Corea del Sur, Lee
Myung-bak, convocó a su gabinete a una reunión de emergencia y el ministerio de
Defensa ha reunido a su gabinete de seguridad. "Las autoridades de la
inteligencia surcoreana y estadounidense están analizando y monitorizando la
situación", señaló un portavoz de la Casa Azul, la oficina presidencial en Seúl.
Asimismo, un portavoz del ministerio de exteriores japonés afirmó que su país
responderá a la provocación en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas,
mientras que el gobierno de EEUU ya comenzó las consultas para preparar su
respuesta a la "nueva provocación de Pyongyang".
Cinco días después de la primera
prueba nuclear norcoreana, el 9 de octubre de 2006, el Consejo de Seguridad de
la ONU aprobó la resolución 1718, que insta a Pyongyang a abandonar las pruebas
de armas nucleares y de misiles balísticos, así como el desarrollo de ese tipo
de armamento.
Ese texto le supuso entonces a Corea
del Norte sanciones comerciales para impedirle tener acceso a tecnologías
relacionadas con ese tipo de armas.
En 2006 Corea del Norte criticó
vehementemente la decisión del Consejo de Seguridad y a principios de octubre,
una semana antes de la prueba, anunció que estaba preparando la explosión
subterránea, tras haberse retirado del Tratado de No Proliferación Nuclear en
2003.
Tras la llegada al poder de Kim Jong-il
en 1994, Corea del Norte orientó la economía del país hacia la industria bélica,
aumentando su arsenal, incrementando el alcance y tecnología de sus misiles y
poniendo en marcha un programa nuclear convertido en moneda de cambio en
las negociaciones con EEUU, Japón y Corea del Sur.
Pyongyang renunció a las conversaciones a seis bandas, en la que participaba
junto a China, Rusia, Corea del Sur, China y Japón, que han sido incapaces de
alcanzar compromisos en desarme tras cuatro años de tira y afloja.
A pesar de que la tecnología utilizada por Pyongyang en la mayoría de los casos
no supera los estándares de los años de la Guerra Fría, su arsenal dobla al
de Corea del Sur en aspectos como artillería, tanques o vehículos de
transporte de tropas.
Desde la crisis desatada por el experimento nuclear
norcoreano, en septiembre de 2006, Washington aumentó las presiones y consiguió que la ONU
aplicara duras sanciones económicas contra Pyongyang.
Finalmente el gobierno de Kim Jong-Il accedió
en 2007 a negociar el desmantelamiento de sus usinas nucleares a cambio del levantamiento de
las sanciones y resarcimiento económico, lo que fue aceptado por EEUU.
Corea del Norte cerró el principal
reactor nuclear, Yongbyon, en julio de 2008 para satisfacer los términos de su
acuerdo con China, Estados Unidos, Japón, Rusia y Corea del Sur.
En junio de 2008, el país suministró una relación de sus actividades nucleares
(seis meses tarde) y demolió la torre de congelamiento en la planta Yongbyon.
Pero en protesta por no ser sacado de la lista estadounidense de terroristas,
Corea del Norte decidió en septiembre de 2008 reactivar las instalaciones
y prohibió el subsecuente acceso a los inspectores de Naciones Unidas.
Las negociaciones para
la "desnuclearización" norcoreana finalmente fracasaron debido a que el régimen de Pyongyang
se niega a revelar
sus programas
y número de armas, en tanto que EEUU busca
obtener la información completa no sólo sobre el número de dispositivos, sino
también respecto al lugar de su producción y almacenamiento.
En primer lugar, hay que aclarar que el programa nuclear de Irán o las ojivas en
manos de Corea del Norte, no preocupan a EEUU por su capacidad masiva de
destrucción sino por el nivel de "crisis nuclear" que puede desatar a
escala planetaria.
Irán y Corea del Norte, a diferencia de la antigua disputa de las potencias en
la "guerra fría" (EEUU, URSS, China) por la posibilidad de descargar un primer
golpe (first strike) contra el enemigo, recrean el peligro de un estallido
nuclear "fuera de control" que podría alcanzar a cualquier ciudad europea,
estadounidense o israelí.
En julio de 2006, Pyonyang lanzó siete misiles de prueba, incluyendo el
Taepodong-2, que según los analistas, podría hipotéticamente alcanzar la costa
oeste de EEUU.
La CIA
estadounidense afirma que un segundo programa de enriquecimiento de uranio -que
Pyongyang niega- podría producir "dos o más" bombas cada año.