La
semana pasada, distintas fuentes, dentro y
fuera de EEUU, perfilaron una escalada de "versiones" sobre el arsenal
nuclear de Pakistán y la posibilidad de que éste caiga en manos de los talibanes
que ya luchan contra el Ejército a pocos kilómetros de Islamabad.
Esta
semana se desató otra operación "Danger" con la versión sobre que el programa
nuclear pakistaní se encuentra "fuera de control" internacional y el destino y
el uso de su arsenal permanecen inciertos.
"Las
autoridades de Estados Unidos temen que los recursos enviados por Washington
para combatir a la milicia islámica de los talibán en Pakistán puedan servir
para el desarrollo de armas atómicas ya que Islamabad está reforzando su arsenal
nuclear", publicó el lunes el diario The New York Times.
La advertencia, según el diario, se produjo en el marco de una reunión reservada
de legisladores estadounidenses con el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas
Armadas, el almirante Mike Mullen, mientras el Ejército paquistaní está
llevando a cabo una ofensiva militar en gran escala contra la organización
armada islámica a escasos 100 kilómetros al norte de la capital.
"Sí",
dijo escuetamente Mullen -según el Times- cuando la semana pasada, en una
reunión en el Senado de la que participó el secretario de Defensa, Robert Gates,
respondió a la pregunta acerca de si Pakistán estaba reforzando su potencial
nuclear.
De acuerdo con lo informado por
The New York Times este lunes, el comportamiento de Pakistán provoca cada
vez más "preocupación" en el gobierno que conduce el presidente Barack
Obama, que busca la reducción de armas nucleares en el mundo.
Uno de
sus consejeros, Bruce Riedel, dijo que Islamabad tiene "la mayor
concentración mundial de terroristas por metro cuadrado, mientras su
programa nuclear está creciendo a una velocidad que no tiene comparación en
ninguna parte".
Ratificando la información del diario neoyorquino, el jefe del Estado Mayor
Conjunto, almirante Mike Mullen, afirmó el lunes que Pakistán no ha recurrido
a la asistencia militar estadounidense para expandir su programa nuclear.
Curiosamente, el mismo Michael
Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, había afirmado el lunes de la
semana pasada que "El arsenal nuclear de Pakistán
está en manos seguras", tratando de minimizar el riesgo de que alguna de las
armas atómicas de Pakistán pudiese caer en manos de los talibanes que se enfrentan al
Ejército paquistaní en la zona norte del país.
El alto
jefe dijo (en un giro de 180 grados) que Washington trabaja junto a las autoridades paquistaníes en un
plan para mejorar la seguridad de su arsenal nuclear y mostró su confianza
en que el Ejército de Pakistán será capaz de hacerlo
Según
señaló esta vez el jefe del Estado Mayor Conjunto, la única excepción
corresponde a la parte de los fondos de Estados Unidos que en años anteriores se
emplearon para garantizar la seguridad en la elaboración del armamento
nuclear.
Durante una intervención en el Instituto de Brookings, Mullen confirmó que
Pakistán estaba buscando reforzar su arsenal nuclear aunque "evitó" hacer
comentarios al respecto. Sin embargo el senador Jim Webb le preguntó si él tenía
pruebas que demuestren que Islamabad está desarrollando armamento nuclear y
cabezas nucleares y éste asintió con la cabeza, según la CNN.
El demócrata Webb, que ha cuestionado en numerosas ocasiones las desorbitadas
cifras que destina Washington en asistencia militar a Pakistán, precisó que los
movimientos del país centroasiático son consecuencia de "una gran preocupación"
y que estaba recibiendo menos atención pública que el programa nuclear
iraní.
De esta manera, y con la Operación "Danger" centrada en el arsenal de Pakistán
"fuera de control", Washington parece haber comenzado un segundo frente de
acción psicológica orientada a justificar una despliegue militar en Pakistán.
Hace tres semanas, la secretaria de Estado, Hillary
Clinton, provocó una conmoción en el establishment de poder norteamericano
cuando, el 22 de abril, en el Senado de EEUU, acusó al gobierno de
Islamabad de "abdicar ante el Talibán y los extremistas”.
La jefa de la diplomacia USA dijo
ante un comité del Senado que el incipiente gobierno del Partido Popular de
Pakistán afrontaba una “amenaza existencial” de los combatientes islamistas que
podrían apoderarse de su arsenal nuclear y convertirse en un "peligro mortal"
para EEUU y otros países.
Los comentarios de Clinton
coincidieron con los del asesor estratégico del Comando Central de las
fuerzas de EEUU, David Kilcullen, quien afirmó al diario The
Washington Post, en marzo, que Pakistán podría colapsar en menos de seis
meses.
Consultado si consideraba a Pakistán como el “frente central” de la “guerra
contra el terrorismo”, Kilcullen respondió que si Islamabad colapsaba, la red
extremista Al Qaeda "podría tomar el control y adquirir armas atómicas".
“Pakistán tiene 173 millones de habitantes, 100 armas nucleares, un ejército
mayor que el de Estados Unidos y a las bases de Al Qaeda en dos tercios del
territorio que el gobierno no controla”, señaló el asesor del Pentágono.
“Los militares, la policía y los
servicios de inteligencia no siguen las órdenes del gobierno civil. Son
esencialmente un estado hostil dentro del Estado. Ahora estamos alcanzando el
punto en el que en uno o seis meses podríamos presenciar el colapso del Estado
pakistaní, también por causa de la crisis financiera mundial, que exacerbó
todos esos problemas”, añadió el consejero estratégico.
Actualmente hay ocho países que
han detonado con éxito armas nucleares, entre ellos Pakistán. Cinco de ellos
están considerados "estados nuclearmente armados", un status reconocido
internacionalmente otorgado por el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT por
Non-Proliferation Treaty, en inglés).
En orden de posesión de armas
nucleares, se posicionan cinco potencias: EEUU, Rusia (Federación Rusa), Reino
Unido, Francia, y la República Popular de China.
Desde que se firmó el tratado, otros tres países no firmantes del mismo han
realizado pruebas nucleares: India, Pakistán y Corea del Norte.
Pakistán no es un país miembro del
Tratado de No Proliferación Nuclear, y desarrolló secretamente armas nucleares
durante varias décadas, comenzando a finales de la década de 1970, y se estima
que cuenta actualmente con 100 ojivas atómicas en sus arsenales.
No sería extraño que -y buscando
excusa y consenso internacional para la invasión militar- Washington presentase
el caso pakistaní en el Consejo de Seguridad de la ONU solicitando control
internacional para su programa nuclear.
Un argumento verdaderamente fuerte
para convencer a sus socios sionistas de la Unión Europea (que controlan el
Consejo de Seguridad) para que voten a favor de una ampliación de la "guerra
contraterrorista" en Pakistán con las tropas de EEUU y la OTAN ocupando el
país.
Como ya quedó demostrado en las
cumbre de Washington con Obama, el farsesco y dependiente "gobierno democrático"
pakistaní sólo espera la orden para abrirles la puerta.