mparada por el total silencio
de los gobiernos y del Consejo de Seguridad de la ONU, la matanza militar impune
ya ha causado desde el fin de semana centenares de muertos y heridos, incluidos
mujeres y niños, que no pueden ser enterrados ni atendidos debido a la
intensidad y la continuidad de los ataques.
El Comité Internacional de la Cruz
Roja (CICR), la única organización extranjera que tiene acceso a la zona de los
bombardeos en Sri Lanka, abandonó temporalmente su misión de ayuda y evacuación
de la población civil atrapada en el norte del país, argumentando que la
"situación es muy peligrosa".
Según Elizabeth Byrs, portavoz de la
ONU en Ginebra, el barco con trabajadores humanitarios, alimentos y
medicamentos básicos -que se mantenía a la espera en la costa- estaba regresando
al puerto de Trincomalee, en el este del país.
"La situación imperante en el terreno
impidió a los socorristas descargar los suministros y evacuar a los enfermos y
heridos de la zona de conflicto", le dijo a la BBC.
"Los intensos combates hicieron hoy
imposible para el CICR evacuar a las personas heridas y enfermas y a sus
familiares de la zona de combate (...) y repartir 25 toneladas de comida a los
miles de civiles varados allí", dice un comunicado de la Cruz Roja.
La Oficina de la ONU para la
Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó hoy de que en Sri Lanka unos
900 civiles lograron escapar del estrecho territorio al norte del país, donde el
Ejército ha "acorralado" dentro de un fuego cruzado a más de 50.000
personas entre las cuales combaten los Tigres de Liberación de la Tierra
Tamil (LTTE).
Más de 100 niños figuraban entre
centenares de civiles tamiles que murieron en una matanza ejecutada por el Gobierno (apoyado
por EEUU y las potencias europeas) durante el fin de semana en Sri Lanka, afirmó
el portavoz de la ONU en Colombo, Gordon Weiss.
La ONU describió este lunes
la situación en el norte de Sri Lanka como un "baño de sangre" tras los
informes de centenares de muertes de civiles por los bombardeos del Gobierno contra
posiciones de los rebeldes Tigres Tamiles en el norte del país.
La portavoz de la ONU en Ginebra
explicó que desde octubre de 2008, "más de 196.000 personas huyeron de las
áreas controladas por el Gobierno en la zona de conflicto, de las cuales más
de 194.000 se encuentran en campamentos temporales, en condiciones de
hacinamiento".
La vocera subrayó que a la fecha se ha recibido solamente el 32% de los más de
155 millones de dólares requeridos a la comunidad de donantes para asistir a esa
población.
"La falta de seguridad obligó a
nuestro ferry a permanecer en el mar durante todo el día de hoy, a sólo
kilómetros de la zona de conflicto. Al anochecer, tuvo que ser devuelto a su
base, más al sur, en Pulmoddai", explicó el jefe de la delegación del CICR en
Sri Lanka, Paul Castella, desde Colombo, según el comunicado de la organización.
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Soldados del Ejército de Srilanka cuentan las armas entregadas por la guerrilla
de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) en marzo de 2008.
(Foto EFE) |
"Evacuar a los heridos y enfermos, entre los que hay niños y personas mayores,
cuyas vidas se encuentran en peligro, es la única manera para que puedan recibir
el tratamiento médico apropiado: tienen que ser evacuados los antes posible",
señaló.
Los combates cada vez tienen lugar más cerca de los civiles y estos se ven
obligados a refugiarse en trincheras y refugios improvisados para protegerse
de la lucha entre la tropas ceilandesas y los Tigres de Liberación de la Patria
Tamil (LTTE). La población civil sufre también carencia de alimentos, agua
potable y cuidados médicos, según el CICR.
"La situación de las personas que siguen en la zona de combate es desesperada",
dijo Castella. "Necesitamos acceso sin restricciones a ellos para salvar vidas",
añadió. Desde mediados de febrero, el CICR, ha evacuado a casi 14.000 personas
de la zona de combate y ha distribuido 2.350 toneladas de comida y otros
artículos esenciales.
Según estimaciones de Naciones Unidas, 6.500 civiles han muerto y 14.000
resultaron heridos entre finales de enero y mediados de abril, durante la
ofensiva final del ejército contra la insurrección separatista.
En cuatro meses, la ONU cree que cerca de 200.000 personas huyeron de los
combates y se encuentran en campos en el norte del país insular, a los que
se limita al máximo el acceso de la prensa.
Por otro lado, el Fondo de Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF), denunció este miércoles a través de un
comunicado "el terrible impacto que el conflicto de Sri Lanka está
produciendo en los niños" y recordó que en las últimas 48 horas ha aumentado
el número de menores muertos y heridos.
El Director Regional de UNICEF para el Sur de Asia, Daniel Toole, cifró en
50.000 los civiles atrapados en el área donde se siguen desarrollando los
combates. "Tememos que muchos más niños morirán si la ofensiva actual del
Gobierno continúa y el LTTE se niega a permitir a los civiles abandonar la zona
de conflicto", señaló Toole.
Asimismo, lamentó que el recrudecimiento de la violencia "es una catástrofe
para la infancia y muestra que no se tiene en cuenta a los civiles en situación
de vulnerabilidad".
UNICEF también manifestó su
preocupación por las condiciones de vida en la zona del conflicto, donde la
población no dispone de medicamentos, alimentos y agua potable.
El anuncio de la Cruz Roja tuvo lugar
después de que fuentes del hospital provisorio en Mullivaikal y de los rebeldes
Tigres Tamiles informaran que las fuerzas del gobierno lanzaron una bomba
contra el hospital, dejando un saldo de al menos 49 muertos.
Los rebeldes señalaron que el hospital improvisado en Mullivaikal recibió el
impacto durante la mañana del martes, pero un portavoz del gobierno dijo no
tener información del incidente.
La información es imposible de verificar porque las autoridades no permiten el
ingreso de periodistas al área.
Como se puede apreciar, los parecidos
con Gaza no son ninguna casualidad.