en el 2001 para invadir
Afganistán y terminar con los talibanes.
El presidente títere de EEUU, Hamid
Karzai, que está en Washington donde iba a entrevistarse posteriormente con el
presidente estadounidense Barack Obama por primera vez desde la elección del
mandatario norteamericano, envió a una delegación conjunta compuesta por afganos
y estadounidenses, a "investigar" el incidente, indicó su oficina.
A tono con el "doble discurso" de
Obama, dijo que "lamenta profundamente" la muerte de civiles tras el
bombardeo de la OTAN contra un grupo de talibanes en la provincia occidental
afgana de Farah y anunció que participará en la investigación para determinar lo
sucedido.
"EEUU lamenta profundamente cualquier daño o pérdida de vidas inocentes entre
los afganos como consecuencia de operaciones en las que sus fuerzas están
involucradas", dijo el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Robert Wood,
en un comunicado.
El Gobierno estadounidense, que ocupa a sangre y fuego Afganistán desde hace
ocho años, consideró que "cualquier pérdida de vidas inocentes es trágica"
y ofreció asistencia "humanitaria" a las comunidades afectadas.
¿Que junta de psiquiatras va a juzgar
a Obama y a su gabinete de sionistas imperiales por demencia criminal acentuada
y doble discurso? Por supuesto, que ninguna.
Por lo pronto, los que proyectaron
ilusiones de un Imperio "democrático y humanista" con Obama van a tener
que cambiar de canal de televisión.
El "incidente" -como llama la Casa
Blanca imperial al asesinato en masa de afganos- hizo estallar el
marketing discursivo y el nuevo estilo "democrático" que vende Obama para
diferenciarse de su antecesor Bush, y su equipo ya salió a tapar el bache con un
estilo "novedoso".
El mismo consiste en hacer lo que no
hacia Bush: Lamentar y pedir "disculpas" por cada asesinato en masa
planificado y ejecutado por el Pentágono parece ser la impronta que el lobby
judío liberal que maneja a Obama está desarrollando en la Casa Blanca.
En esta orientación, el portavoz Wood
ha indicado que EEUU "tendrá en cuenta seriamente los informes sobre el
incidente y los investigará a fondo".
El Departamento de Estado estadounidense (como si ignorara lo que hace el
Pentágono cuyo Comandante en Jefe es Obama) señaló que un grupo realizará una
investigación para determinar "qué pasó exactamente".
Sumándose a la parodia, el presidente
Hamid Karzai, títere de la ocupación USA, que está en Washington para
entrevistarse con el presidente Barack Obama por primera vez, envió a una
delegación conjunta compuesta por afganos y estadounidenses a "investigar el
incidente", indicó su oficina.
Barack Obama, se reúne de urgencia
con el presidente paquistaní, Asif Alí Zardariy, y con Hamid Karzai, presidente
afgano, en un encuentro en el abordarán la escalada talibán en Afganistán y
Pakistán.
La "conversación" a tres bandas entre Obama, Zardari y Karzai pretende impulsar
la "cooperación" entre Afganistán y Pakistán, país que -según la Casa Blanca-
los talibanes usan como base para lanzar ataques en territorio afgano.
El ejercito de Pakistán lanzó este
martes un ataque con artillería y helicópteros contra los talibanes en la
convulsa región del valle del Swat después de que EEUU pidiera al Gobierno que
"demostrara su compromiso en la lucha contra el terrorismo.
Tres
frentes de conflictos militares principales -según coinciden expertos-
acechan a la administración imperial de Barack Obama: Irán, el Cáucaso
y Afganistán, el que conforma un solo escenario con Pakistán, donde
Washington está por consumar una ocupación militar argumentado el estado de
"caos y de ingobernabilidad" en que se encuentra el país.
De esos
tres escenarios predominantes, la guerra de ocupación en Afganistán sobresale
nítidamente como el frente más "peligroso" para el eje ocupante EEUU-OTAN,
cuyas tropas se encuentran sometidas a una feroz y sangrienta contraofensiva de
los talibanes que ya controlan el 72% del país.
La
estrategia de conquista capitalista y militar que Bush y los halcones imperiales
lanzaron detrás de la pantalla de la "guerra contraterrorista", emergente del
11-S, ya comienza claramente a resquebrajarse en Afganistán
donde la resistencia talibán y los
muertos estadounidenses y europeos crecen en simétricas proporciones.
Luego de vestirse de "progresista"
para el marketing electoral de campaña, Barack Obama, el nuevo CEO de la empresa
imperial USA, centró la columna vertebral de su estrategia exterior en la
continuidad de la "guerra contra el terrorismo" iniciada por Bush tras el 11-S.
Sin contar el ejército estadounidense, los países miembros de la OTAN y otros
países aliados, son 32.000 soldados apostados en Afganistán, y su cifra contabilizará un total de 100.000
efectivos extranjeros en el territorio afgano después de que lleguen todos los
"refuerzos".
Los cancilleres de la
Unión Europea (UE) se manifestaron dispuestos a aumentar la colaboración en
Afganistán para apoyar la nueva estrategia del presidente estadounidense en ese
país. "Estamos dispuestos a hacer más", dijo el ministro checo de
Relaciones Exteriores, Karel Schwarzenberg, cuyo país preside actualmente la UE.
El eje de la nueva estrategia de EEUU
para Afganistán presentada por Obama a sus socios
europeos de la OTAN, incluye envío de más soldados adicionales a ese país, y
sitúa su objetivo central en la destrucción de Al Qaeda y de sus bases
"terroristas" diseminadas en la frontera con Pakistán.
Los
parecidos con Bush son pura casualidad.