Con un PBI de US$ 7.8 billones,
China es la tercera economía mundial detrás de EEUU y la Unión Europea.
cuyos desarrollos productivos-altamente entrelazados al comercio chino- también
afrontan desigual y combinadamente un proceso recesivo, que se proyecta en la baja de las exportaciones e importaciones a escala global.
Según los datos publicados este
miércoles por la agencia oficial de noticias Xinhua, China ha reducido
en febrero su superávit comercial a menos de una séptima parte en
comparación con el dato registrado un mes antes.
Las cifras muestran que las
exportaciones cayeron en este periodo un 25,7% interanual, hasta los 64.900
millones de dólares (millones de euros), mientras que las importaciones lo
hicieron en un 24,1%, hasta los 60.540 millones de dólares (millones de
euros).
Las ventas en el extranjero de la
tercera potencial mundial, motor de su economía, se desplomaron un 27% en
febrero.
El comercio exterior totalizó así
los US$ 124.950 millones en febrero, un 24,9% menos que un año antes.
De acuerdo con la Administración
General de Aduanas, el superávit de enero fue de US$ 4.840 millones frente
a los US$ 39.100 millones de enero de 2008, y al récord de US$ 40.100
millones registrado en noviembre pasado.
Aunque los expertos habían
pronosticado una fuerte caída de las importaciones, como consecuencia de la
crisis recesiva mundial, los datos globales de la economía china son mucho
más negativos de lo que se esperaba, según Xinhua.
En este punto, la agencia oficial
cita a la economista jefe de Galaxy Securities, que señala que, aunque era de
esperar que las exportaciones cayeran y China estaba "psicológicamente
preparada" para ello, el drástico descenso del comercio exterior ha resultado un
golpe, y muestra que el Gobierno tendrá que encontrar otras vías para estimular
su economía. "El desplome del superávit comercial nos muestra que no podemos
poner demasiadas esperanzas en el comercio para alcanzar el objetivo de
crecimiento del 8% de este año", señala.
Otro punto central, la
desocupación laboral registrada fue del 4,2% al final de 2008, pero
el desempleo real -según los especialistas- es muy superior, ya que
este valor no incluye los residentes urbanos que no tienen trabajo y no se han
anotado en las oficinas de empleo. Tampoco considera los emigrantes rurales que
trabajan en las ciudades y se han quedado en la calle, ni los desempleados en el
campo.
"La crisis financiera global ya ha asestado un
severo golpe a la confianza de los inversionistas y los consumidores en muchos
países del mundo, y China no es la excepción", dijo Li Xiaochao, portavoz de la
Oficina Nacional de Estadísticas.
Los datos negativos
de la economía china se suman a un escenario mundial sacudido por una crisis
económica que se extiende desde los países centrales al mundo periférico
emergente o subdesarrollado.
Proyecciones de organismos oficiales y de entidades privadas, así como los
diagnósticos de reputados especialistas coinciden en que la economía mundial ya
ingresó en un proceso de recesión mundial que se va a agudizar durante los años
2009 y 2010, sobre todo en EEUU y en la Unión Europea (principalmente en los
países del Este), expandiéndose por Asia, África y América Latina.
Según el
Banco Mundial, a mediados de este año la producción industrial se reducirá un
15% en comparación con 2008, mientras que el flujo del comercio exhibirá su
mayor declinación en 80 años.
En cuanto a este último aspecto,
las peores pérdidas las sufrirá la región del este de Asia, donde se
encuentran varios de los grandes exportadores del mundo.
La simbiosis
EEUU-Europa-Asia
En un contexto internacional
golpeado por el colapso financiero recesivo que se extiende de EEUU y las
potencias centrales capitalistas, la profundización de la crisis china reviste
una importancia estratégica central por el alto nivel de dependencia y
entrelazamiento que mantienen las primeras economías mundiales con su comercio
exterior.
Todo el planeta (globalizado y
nivelado por el sistema capitalista "único") está aquejado de los mismos
síntomas: Derrumbe de los precios del petróleo y de las materias primas
(deflación de los precios internacionales), devaluación de las monedas y
revaluación el dólar, colapso financiero con quiebra de bancos, crisis
crediticia con achicamiento del consumo, suba de precios internos de los
alimentos y la energía y oleadas de despidos laborales constantes en EEUU y
las potencias centrales.
En este escenario dominado por la
crisis, EEUU no solamente es el primer comprador de productos chinos, sino
que además China es el principal acreedor de la primera potencia imperial.
El entrelazamiento financiero y
comercial que existen en ambas economías (la primera y la tercera en el orden
mundial capitalista) las convierten casi en hermanas simbióticas: Si se cae
China se cae EEUU, y viceversa.
Pero eso no es todo: La Unión
Europea, la segunda economía mundial y el otro gran comprador (en bloque) de
manufacturas chinas, y con su comercio exterior entrelazado con el de EEUU,
integra este trípode de supervivencia capitalista interdependiente anudado por
el cordón umbilical chino .
Y hay más: EEUU, la Unión Europea y
China (a los que debe agregarse India, Japón y Corea del Sur), además de
representar casi el 60% del PBI mundial, son los mayores importadores mundiales
de materias primas y energía (petróleo y gas), por lo que se puede inferir que
si se paralizan esas economías capitalistas centrales se derrumbarían
inmediatamente por efecto dominó todas las economías exportadoras del mundo
emergente y periférico.
A su vez, la recesión simultánea por
la que atraviesan EEUU, Europa y Japón amenaza con ser la peor desde la II
Guerra Mundial, según el Banco Mundial, y pone en evidencia el entrelazamiento
existente entre las economías desarrolladas en crisis (EEUU-UE-Japón) con las
emergentes (China-India-Rusia-Brasil).
El "efecto asiático"
La
desaceleración económica (por efecto de la contracción del crédito)
exportada originalmente de EEUU y la Unión Europea se contagia aceleradamente a
las llamadas economías "emergentes" de Asia, principalmente de Japón y los
llamados "tigres asiáticos".
Con una desaceleración económica
superior incluso a la EEUU, Japón se hunde en la recesión. Con un PBI de US$
4.5 billones, y con reservas por US$ 1 billón, Japón es la cuarta
economía mundial detrás de EEUU, la Unión Europea y China.
Japón, era uno de los pocos
países desarrollados que tenía un superávit comercial con China. Ahora que la
demanda se está reduciendo tanto dentro de China como para las exportaciones
japonesas, el comercio entre ambos países está acusando el impacto.
El factor que exacerbó la caída en el
último trimestre fue el veloz enfriamiento de las exportaciones a China y
otros países asiáticos, que previamente habían sostenido la economía japonesa
cuando la demanda de autos y electrónicos de Japón comenzó a disminuir en EEUU y
Europa.
Después de crecer 12% durante el primer semestre de 2008, las exportaciones de
Japón a China empezaron a caer en octubre y se desplomaron 36% en diciembre.
Durante
2008 Japón experimentó una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) del
12,7%, cifra superior al 11,7% pronosticado, como consecuencia de la crisis
económica mundial, reveló el gobierno este lunes.
Esta
información se dio a conocer tras publicarse los datos del comportamiento de la
economía de ese país asiático en el cuarto trimestre del 2008. En ese lapso la
contracción fue del 3,3%.
Es la mayor caída desde 1974, en plena crisis mundial del petróleo,
cuando el precio del barril se triplicó.
La baja producida de octubre a diciembre representa el tercer trimestre
consecutivo de crecimiento económico negativo del país asiático, que está en el
medio de su primera recesión en siete años.
La contracción anual superó a la de Estados Unidos, que fue del 3,8% en 2008.
A su
vez, el consumo interno se ha reducido, debido al crecimiento del desempleo.
De la
misma forma Japón experimentó un déficit comercial récord al alcanzar los
US$9.900 millones.
China, la llamada "fábrica
del mundo", está proyectando su crisis por las primeras economías asiáticas.
Las importaciones de maquinaria
y productos de tecnología china se derrumbaron en un 40%, generando un
desastre también para los países asiáticos que venden esos componentes para
que los monten las industrias chinas.
Los envíos desde Japón cayeron
un 43,5% comparados con los del año anterior; los de Corea del Sur un 46,4% y
los de Taiwán, un 58%.
Corea del Sur, con su comercio exterior ligado al de China, con un PBI de
US$ 1,3 billones, también padece una situación crítica. Las exportaciones, la
principal fuerza motriz de la economía surcoreana, cayeron un 32,8% en enero.
Por su parte, las economías que
dependen de la exportación del Sureste Asiático también están sufriendo. La
previsión del FMI para Filipinas es de sólo un 2,25% este año, bajando desde el
4,6% del pasado año y del 7,1% en 2007.
El pronóstico oficial para
Singapur en 2009, el centro financiero y comercial de la región, es de una
contracción de un 5%, la más profunda recesión desde que se fundó en 1965 la
ciudad-estado.
Las exportaciones de Malasia
cayeron en diciembre un 14,9% respecto al año anterior, con las exportaciones
hacia EEUU descendiendo hasta un 30%.
Para apreciar la importancia
estratégica de la influencia de la crisis china en la economía global
baste citar un dato:
Si se suma el PBI
de China (US$ 7.8 billones), Japón
(US$ 4.5 billones)
Corea del Sur (US$ 1.3 billones) e Indonesia (US$ 932,100 millones) superan los US$
14 billones). Esta suma equivale al tercer PBI mundial detrás de
EEUU y de la Unión Europea simultáneamente.
Si agregáramos a esta cifra a otros países asiáticos intervinculados como la
India, por ejemplo, el PBI asiático pasaría a ocupar el primer puesto de la
producción mundial por delante de EEUU y la Unión Europea.
Esta es la mejor manera de comprobar como la crisis china es un
elemento decisivo y detonante en el proceso de desarrollo de la crisis recesiva
a escala global.
Pero hay algo más: Alemania, la primera economía de la Unión Europea, mantiene
una fuerte vinculación con el comercio exterior chino.
Según The Wall Street Journal, Alemania, se mantiene como el mayor exportador
del mundo gracias, en parte, a la venta de equipos industriales a China.
Según las estadísticas de
la industria alemana de comercio, China es el segundo mercado
para la maquinaria alemana, detrás de EEUU.
Esto demuestra, en parte, la
simbiosis EEUU-Europa-Asia existente en el entramado de la crisis
económica global que se originó en las naciones centrales y ya se extiende por
todo el planeta.