Los mayores bancos y firmas de valores de Estados Unidos se encaminan a
pagarles a sus empleados unos US$140.000 millones este año, un récord que
demuestra la velocidad con la que se están recuperando las remuneraciones a
pesar del escrutinio regulatorio.
Por
Aaron Lucchetti
y Stephen Grocer -
The Wall Street Journal
Según un análisis de documentos oficiales correspondientes al primer semestre
de 2009 y estimados de ingresos hasta fin de año realizados por The Wall Street
Journal, los empleados de bancos de inversión, fondos de cobertura, gestores de
activos y mercados bursátiles y de commodities podrían ganar más que en 2007.
Ese fue un año récord para la bolsa y las ganancias de Wall Street aún no habían
sido vapuleadas por la crisis financiera.
Salvo que se produzca una súbita reversión del aumento en el corretaje de
valores, banca de inversión y otros negocios, la remuneración y los beneficios
totales en las 23 firmas que cotizan en bolsa analizadas por The Wall Street
Journal aumentarían 20% frente al año pasado.
El repunte también refleja la mayor confianza de las firmas de Wall Street en
su capacidad para pagar salarios altos con tal de captar o retener a sus
empleados más valorados, especialmente una vez que hayan devuelto las
inyecciones de capital financiadas por los contribuyentes que los ayudaron a
mantenerse a flote durante la peor parte de la crisis.
Hasta ahora, los reguladores y los legisladores se han concentrado en
asegurarse de que las remuneraciones desincentiven una toma de riesgo excesiva,
lo cual deja abierta la pregunta de cuánto es demasiado para las empresas.
El análisis de The Wall Street Journal incluye a los gigantes bancarios J.P.
Morgan Chase & Co., Bank of America Corp. y Citigroup Inc.; firmas de valores
como Goldman Sachs Group Inc. y Morgan Stanley; gestores de activos como
BlackRock Inc. y Franklin Resources Inc.; firmas de corretaje en línea como
Charles Schwab Corp. y Ameritrade Holding Corp., y operadores cambiarios como
CME Group Inc. y NYSE Euronext Inc.
Los negocios se han normalizado en muchos rincones de Wall Street. Las firmas
aún se sienten obligadas a pagar grandes sumas de dinero, a menudo un 50% de sus
ingresos o más, para retener a la gente que genera sus ganancias. Las firmas de
inversiones de capital privado y los fondos de cobertura, aunque debilitados,
también representan una amenaza competitiva para atraer a banqueros y
corredores.
"La remuneración jugó un rol importante en la crisis financiera y, sin
embargo, nada ha cambiado", afirma J. Robert Brown, profesor de derecho de la
Universidad de Denver y un experto en gobierno corporativo.
Las estimaciones de ingresos y salarios se calcularon usando los dos
trimestres más recientes de información financiera y las proyecciones de
resultados del segundo semestre recopiladas por Thomson Reuters.
En Wall Street, por supuesto, cualquier decisión salarial se toma a fin de
año, por lo que las firmas podrían decidir reducir los sueldos de forma
sustancial en los próximos dos meses, a medida que calibran tanto la opinión
pública como los resultados del cuarto trimestre.
"No creo que sea el regreso de 2007", afirma Michael Karp, cofundador de la
firma de reclutamiento Options Group. Karp cree que los ejecutivos "pueden pagar
menos" este año y que "no quieren carteles" frente a sus oficinas con críticas a
los grandes paquetes salariales.
Las remuneraciones han sido un tema especialmente espinoso en el caso de
Goldman Sachs, ya que algunos políticos y el público estadounidense se preguntan
cómo los salarios pueden haberse recuperado con tanta celeridad --a pesar del
alza en las ganancias-- desde que la firma recibiera ayuda estatal temporal junto
con otros grandes bancos, hace cerca de un año.
Algunas instituciones importantes "tuvieron un buen año, así que van a sentir
la necesidad de pagar bastante bien", señala Douglas Elliott, investigador del
centro de estudios Brookings Institution en Washington, y un ex banquero de
inversión. "No cabe duda que habrá un conflicto entre los bancos y la percepción
del público sobre los salarios", señaló.
"La manera más fácil de destruir una firma es si no le pagáramos a nuestros
empleados", señala un vocero de Goldman Sachs. "Entendemos que el tema desata
pasiones", pero "destruir una empresa rentable no le conviene a nadie".