as farmacéuticas más grandes del mundo han comenzado a producir vacunas en
contra del virus H1N1 y esperan que las primeras dosis estén disponibles en la
segunda mitad del año. Muchos países occidentales han ordenado millones de
dosis, a un costo de más de US$1.000 millones. pero aún tienen que decidir
quién será el primero en recibir las vacunas o hasta qué punto se necesitan,
dado que hasta el momento el virus ha resultado ser mucho menos mortal de lo
que se temía.
"Esperamos que esta neblina se disipe en los próximos dos a tres meses,
dijo John Oxford, profesor de virología de la Universidad de Londres.
El domingo, una persona murió de fiebre porcina en Escocia, según
funcionarios de salud de ese país, según informó Associated Press. Esta fue la
primera muerte a causa de la enfermedad fuera del continente americano.
La situación subraya la incertidumbre con la que los gobiernos y
farmacéuticas lidian cuando se enfrentan a amenazas de alto riesgo a la salud
y de las cuales se sabe poco. Si producen demasiadas vacunas podrían estar
desperdiciando dinero de los contribuyentes y usando recursos y capacidad que
podría estar usándose para producir otras vacunas. Pero producir pocas, o no
vacunar a la gente correcta, podría reportarles problemas si la pandemia
empeora.
Muchos países "aún pasan apuros para decidir a quién vacunar y cómo
prepararse", dijo Andrin Oswald, director de vacunas y diagnósticos de la
farmacéutica Novartis AG.
La Organización Mundial de la Salud, que declaró formalmente a la gripe
porcina como una pandemia el jueves aún no ha ofrecido directrices sobre
cuánta gente debería ser vacunada y quién debería ir primero. Sin embargo,
algunos gobiernos han adelantado sus propios planes. En el Reino Unido, en
donde se han pedido vacunas suficientes como para inocular a la mayoría de su
población, los funcionarios de salud dicen que los trabajadores de ese sector
y los niños deberían tener prioridad.
Funcionarios estadounidenses están recolectando más información sobre el
virus y están a la espera de las pruebas clínicas sobre la seguridad y
eficacia de las vacunas antes de tomar cualquier decisión, según un portavoz
de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
Expertos en el virus dicen que este parece estar teniendo el peor impacto
en las personas con otros problemas de salud, incluyendo diabetes y asma. Más
del 70% de las hospitalizaciones en EE.UU. han sido de personas con
condiciones iguales o similares. Las mujeres embarazadas y las personas con
exceso de peso también parecen ser más vulnerables.
La incertidumbre sobre quién necesitará la vacuna puede ser frustrante para
las farmacéuticas que tratan de descubrir cuánto producir. Después de llevar a
cabo pruebas en los últimos meses, GlaxoSmithKline PLC, Novartis y Sanofi-Aventis
SA, tres de los mayores fabricantes de vacunas, dijeron que se concentrarán
primero en cumplir con órdenes para gobiernos. Novartis dijo que más de 30
gobiernos hasta el momento han pedido que se les provea de vacunas o
ingredientes para estas. Glaxo se ha comprometido a donar 50 millones de dosis
para que la OMS las use en el mundo en desarrollo.