(IAR
Noticias)
22-Abril-09
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Ambientalistas de
Estados Unidos aplaudieron a la gubernamental Agencia de Protección
Ambiental (EPA) por declarar oficialmente que el dióxido de carbono
y otros gases invernadero "ponen en peligro" la salud pública y el
bienestar.
Por Jim Lobe -
IPS
S e trata de una antigua deuda del gobierno de
Estados Unidos, que durante la presidencia de George W. Bush
(2001-2009) se excluyó del Protocolo de Kyoto de la Convención de
las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el cual ordena a los
países ricos reducir sus emisiones de esos gases.
Ambientalistas indicaron que la declaración, que permitirá a la EPA
regular esas emisiones de acuerdo con la Ley de Aire Limpio,
presiona al Congreso legislativo para que este mismo año fije metas
de recorte.
Y esperan que lo haga antes de diciembre, cuando representantes de
los gobiernos negocien en Copenhague un tratado que sustituya al
Protocolo de Kyoto después de que se extinga en 2012.
"Ya no está en cuestión si Estados Unidos actuará contra el
recalentamiento planetario. Ya lo estamos haciendo", dijo David
Bookbinder, consejero jefe sobre clima de la organización
ambientalista nacional Sierra Club.
"La EPA reconoció oficialmente, por fin, que la contaminación de
carbono es perjudicial para nuestra salud y para el clima", agregó,
por su parte, David Doniger, experto en clima del Consejo de Defensa
de los Recursos Naturales.
"La contaminación que atrapa el calor, emitida por nuestros
vehículos y centrales de energía, lleva a picos de temperatura
asesinos, huracanes más fuertes, mayores niveles de smog y muchas
otras amenazas directas e indirectas a la salud humana", explicó.
"La medida de hoy (por el viernes 17 de abril) es un importante paso al frente, con el fin de
componer el clima y nuestro planeta para las próximas generaciones",
sostuvo Doniger.
La declaración de la EPA --anunciada por su administradora, Lisa
Jackson, con el aval de la Casa Blanca-- es el punto culminante de
una batalla administrativa y judicial de 10 años.
El hito anterior de este conflicto fue el fallo de la Corte Suprema
de Justicia según el cual la EPA debía determinar si el dióxido de
carbono y otros gases invernadero calificados de "contaminantes" de
acuerdo con la Ley de Aire Limpio, al tiempo que criticaba la
negativa de Bush a actuar en ese sentido.
El caso judicial había sido iniciado por varios estados y
organizaciones ambientalistas.
A pesar de consenso virtualmente universal entre expertos en salud
pública y en clima, según quienes los gases invernadero son
peligrosos para la salud humana y los ecosistemas de los que ésta
depende, el gobierno de Bush repitió durante todos estos años que
estaba "estudiando" la cuestión, aunque nunca llegó a ninguna
conclusión.
Jackson, designada por el presidente Barack Obama, consideró
"convincente y abrumadora" la evidencia recogida por la EPA y sus
científicos sobre el peligro a la salud humana y al bienestar que
representan el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, los
hidrofluorocarburos, los perfluorocarbonos y el hexafluorido de
azufre.
La declaración agrega que la contaminación con esos y otros gases
invernadero es "un problema serio ahora y para las futuras
generaciones".
"Por suerte", dijo Jackson, esta decisión es posterior "al llamado
del presidente Obama a una economía baja en carbono y al fuerte
liderzazo del Congreso en materia de legislación sobre energía
limpia y clima".
La declaración del viernes 17 de abril abre un periodo de 60 días durante
los cuales la EPA preparará regulaciones. El público y otras partes
interesadas están invitadas a participar en el proceso con sus
comentarios.
A falta de más anuncios oficiales, expertos prevén que la agencia
podría fijar patrones nacionales de emisión de gases invernadero
para los vehículos con motores de combustión interna que se
fabriquen en el futuro. Estos vehículos representan alrededor de 20
por ciento de las emisiones estadounidenses.
De hecho, la EPA considera un pedido de 14 estados, entre ellos
California, de fijar criterios sustancialmente más estrictos que los
vigentes hoy a nivel nacional, solicitud desoída por Bush.
Los expertos especulan con la posibilidad de que se adopte la
propuesta de California, lo cual recortaría 30 por ciento las
emisiones de los nuevos vehículos para 2016.
La industria automovilística, hoy asolada por una de las peores
crisis económicas de su historia, insistió este viernes en que
"comparte la meta de reducción de emisiones con la administración".
"Confiamos en que la administración de Obama encuentre mecanismos
para atender las preocupaciones federales y de los estados", a
través del establecimiento de "un programa administrado por el
gobierno" central, dijo el presidente y gerente general de la
Alianza de Fabricantes de Automóviles, Dave McCurdy.
Luego, la EPA podría regular las centrales de producción de
electricidad alimentadas con combustibles fósiles, que concentran
alrededor de 40 por ciento de las emisiones estadounidenses, y a
otros grandes emisores como las fábricas de productos químicos y de
cemento, prevén expertos.
Pero industrias y otros sectores empresariales advirtieron que una
regulación más estricta dificultaría mucho la recuperación
económica, y que podrían realizar demandas judiciales para dejarla
sin efecto.
not, in the words of Karen Harbert, president of the U.S. Chamber of
Commerce's Institute for 21st Century Energy, "created or intended
for (the) purpose of "regulating greenhouse gas emissions."
"Cualquier regulación futura podría impactar en los hogares
estadounidenses y en pequeñas y grandes empresas", dijo la
presidenta del Instituto para la Energía del Siglo XXI de la Cámara
de Comercio de Estados Unidos, Karen Harbert.
"Por lo tanto, la comunidad empresarial tiene una contribución vital
en este debate, detallando las consecuencias que tendría sobre la
recuperación y el crecimiento económico de nuestra nación", agregó.
La organización ambientalista Greenpeace Internacional observó este
mismo viernes que "la industria explotará cualquier ambigüedad,
cualquier brecha y cualquier vacío en la legislación para dilatar
las acciones reales sobre clima durante tanto tiempo como puedan".
La meta solicitada por Obama para una futura legislación es reducir
80 por ciento las emisiones para 2050.
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