Algunos pensaron que la elección de Barack Obama cambiaría por completo las
cosas y como eso no pasó ya están empezando a culparlo a él y a su equipo.
Obama heredó una economía en caída libre y no podría haber revertido la
situación en el corto lapso. Lo que está haciendo marcará una gran diferencia
aunque, lamentablemente, no alcanza.
Por Joseph Stiglitz -
Clarín
El paquete de estímulo parece grande -más del 2% del PBI por año- pero un
tercio está destinado a reducciones de impuestos. Y, como los estadounidenses
se enfrentan a grandes deudas, al desempleo (y el peor sistema de seguro de
desempleo de los principales países industriales) y a la caída del precio de
los activos, es probable que ahorren gran parte del recorte de impuestos.
El ahorro de los hogares por fin crecerá, lo que es bueno para la salud de las
finanzas familiares en el largo plazo, pero desastroso para el crecimiento
económico. Entretanto, la inversión y las exportaciones también caen en
picada. Los estabilizadores automáticos de los EE.UU. -la progresividad de los
sistemas impositivos, la fortaleza del sistema de seguridad social- están
enormemente debilitados, pero darán estímulo conforme el déficit fiscal
esperado llegue al 10% del PBI.
En suma, el estímulo fortalecerá la economía del país pero no será suficiente
para recuperar un crecimiento robusto. Estas son malas noticias para el resto
del mundo, porque para que haya una fuerte recuperación mundial hace falta una
economía estadounidense fuerte.
Ahora bien, las fallas del programa de Obama no están en el paquete de
estímulo sino en sus esfuerzos para reanimar los mercados financieros. Estas
son algunas de las lecciones que se deben sacar de los errores de EEUU:
1. Demorar la reestructuración de los bancos es costoso tanto por los
eventuales costos del rescate como por el daño que sufre
toda la economía en el ínterín.
2. La teoría económica del derrame casi nunca funciona. Haber dado dinero a
los bancos no ayudó a los propietarios de viviendas: siguen aumentando las
ejecuciones hipotecarias.
3. Socializar las pérdidas mientras se privatizan las ganancias es peor que
nacionalizar los bancos. Los contribuyentes de EE.UU. están haciendo un mal
negocio Primero recibieron alrededor de 0,67 centavos por dólar pero en las
recientes inyecciones de capital, se calcula que recibieron 0,25 centavos o
menos. Esto significa una gran deuda nacional en el futuro. Un motivo por los
cuales se hace esta mala oferta es que, si se ofreciera un valor justo por
nuestro dinero, ahora seríamos los accionistas mayoritarios en al menos uno de
los grandes bancos.
4. A los gobiernos no les gusta reconocer cuáles son los costos totales del
problema.