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El exceso de gas se quema en un campo petrolero al sur de Basora, 420 kilómetros al sureste de
Bagdad. |
En caso de un inminente ataque israelí –que sí puede ser nuclear–, con la
tácita bendición de EU (el único que ha lanzado dos bombas atómicas en la
historia: sobre las ciudades civiles de Hiroshima y Nagasaki), Irán no podrá
replicar lanzando bombas atómicas que no posee, pero al menos sí podrá cerrar,
entre otras represalias tácticas de "guerra asimétrica", el
superestratégico estrecho de Ormuz, por donde cruza 40 por ciento del petróleo
mundial, lo cual dañaría la economía "occidental" en esta coyuntura
recesiva global.
Por Alfredo Jalife-Rahme - La Jornada, México
Los juegos de guerra de Israel y el retumbar de sus tambores en el
golfo Pérsico, por un lado, y la dupla anglosajona (Estados Unidos y Gran
Bretaña) han alcanzado niveles ominosos.
Aunque existe una amplia literatura sobre los "orígenes de la guerra",
todavía el manual óptimo de consulta es Historia de la guerra del Peloponeso,
en el cual el genial ateniense Tucídides, cinco siglos aC, expone su variedad
etiológica: miedo, honor, fama, provocación, etcétera.
Más allá de los accidentes, los estallidos bélicos y sus desenlaces suelen
escapar al control de sus hacedores. Por encima de sus desencadenamientos, han
sido más notables los desenlaces recientes de las cinco derrotas consecutivas de
EU: en Irak y Afganistán, y en forma indirecta, por conducto de sus aliados,
Georgia (aplastada por Rusia), e Israel tanto contra las guerrillas
chiíta-libanesa de Hezbolá como contra la guerrilla sunnita palestina de Hamas.
Bajo la espada de Damocles de nuevas sanciones contra Irán (ver "Detrás de
la crisis de Dubai: ¿asfixiar a Irán y al petróleo?"; Bajo la Lupa 6/12/09),
pareciera que los actores actúan al borde del abismo y practican la "guerra
sicológica" de un inminente ataque israelí, que paradójicamente sería
nuclear, contra las instalaciones atómicas todavía pacíficas de los persas,
cuando se pretende insensatamente que las masivas radiaciones de isótopos de los
"buenos" del planeta (con el perturbador "reporte Goldstone" de la ONU
a cuestas sobre el infanticidio en Gaza, ya no se diga la venta masiva de
riñones en Brooklyn) aniquilen las radiaciones de menor cantidad de sus
enemigos.
Steve Simon, exageradamente israelocéntrico y del influyente Consejo de
Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés: Contingency Planning
Memorandum, No. 5, noviembre, 2009), con sede en Nueva York, sopesa sus
diversos escenarios muy sesgados del "ataque israelí contra Irán" para "
el año entrante", como hizo "hace 28 años contra Irak y hace dos contra
Siria (en Al-Kibar)", y que se localizaría en las instalaciones de Isfahan,
Natanz y Arak, que se ubican a mil 750 kilómetros del acceso de la aviación
israelí, que tendría que cruzar cualquiera de las rutas de Turquía, Irak,
Jordania y Arabia Saudita (y quizá Kuwait), lo cual contaría con la anuencia
tácita de EU.
Simon amenaza con "la opción de un ataque marítimo" de Israel en el
Pérsico: "la travesía sin precedente del submarino israelí en junio de 2009 a
través del Canal de Suez" que contaría con el apoyo de Egipto (¡súper sic!).
En la etapa de mayor conectividad global instantánea vivimos,
contradictoriamente, la peor "era de la desinformación", y quien mejor
convenza a la opinión pública mundial con sus mentiras podrá avanzar su agenda
bélica en un óptimo entorno doméstico y foráneo.
En forma pueril, los omnipotentes multimedia israelí-anglosajones, que
controlan de manera apabullante las conciencias de "Occidente" mediante sus
muy aburridos montajes hollywoodenses (diseñados para cándidos, neófitos y
oligofrénicos), se autoalaban eternamente como los "buenos" de todas sus
películas y ahora han colocado a Irán del lado de los "países canalla" por
su programa nuclear todavía pacífico (por lo menos, a juicio de Rusia,
superpotencia nuclear) cuando ocultan la posesión clandestina de un máximo de
400 (¡así, con tres dígitos!) bombas atómicas de Israel (según el Boletín de
Científicos Estadunidenses: FAS, por sus siglas en inglés).
En caso de un inminente ataque israelí –que sí puede ser nuclear–, con la
tácita bendición de EU (el único que ha lanzado dos bombas atómicas en la
historia: sobre las ciudades civiles de Hiroshima y Nagasaki), Irán no podrá
replicar lanzando bombas atómicas que no posee, pero al menos sí podrá cerrar,
entre otras represalias tácticas de "guerra asimétrica", el
superestratégico estrecho de Ormuz, por donde cruza 40 por ciento del petróleo
mundial, lo cual dañaría la economía "occidental" en esta coyuntura
recesiva global.
Al "cierre del estrecho de Ormuz, que fácilmente haría Irán", ha llegado
la evaluación de la oficina de espionaje naval de EU (ONI, por sus siglas en
inglés): "Fuerzas navales de Irán: de la guerra de guerrillas a la estrategia
naval moderna" (otoño 2009), publicado por Secrecy News, del excelso
FAS.
Con el debido respeto a la ONI, hace mucho que Bajo la Lupa (sin tantos
gastos ni alharaca ni pérdida de tiempo) había avanzado la hipótesis de que la
mejor arma defensiva de Irán consistía en cerrar el estrecho de Ormuz, con el
fin de elevar a la estratósfera el precio del "oro negro"
Obviamente que el israelocéntrico Steve Simon desestima su elevación que
alcanzaría 200 dólares el barril durante el paroxismo bélico para luego
estabilizarse con solamente un alza promedio de 10 dólares arriba de su
cotización presente .
La ONI admite que "dada la importancia del estrecho de Ormuz, la
interrupción del flujo de tráfico, o aun la amenaza de emprenderla puede
constituir una herramienta efectiva para Irán", lo cual tendría, a pesar del
efecto bélico transitorio, un impacto económico en el mediano plazo con el
abastecimiento global de petróleo y gas.
Irán ha adquirido "más sistemas sofisticados de Rusia y China", y la "
modernización" de su armada –con una nueva generación de submarinos
domésticos, barcos de guerra, fragatas y lanchas de alta velocidad dotados de
misiles crucero– "puede ayudar al cierre del estrecho de Ormuz", según la
ONI, a quien no se le pasa por alto que las pequeñas lanchas con alta tecnología
y sofisticado diseño, dotadas con los misiles crucero Kowsar (de fabricación
casera), poseen "gran flexibilidad táctica para la guerra asimétrica".
Añade que como medida precautoria y disuasiva, Irán "se ha posicionado en el
golfo de Omán" (brazo del mar Arábigo que conecta el Océano Índico con el
Pérsico).
Debka, portal israelí y presunto portavoz de los servicios de espionaje del
Mossad, coloca en perspectiva la "quiebra de Dubai" y "su estrecha franja
marítima en el golfo Pérsico que está ganando un valor (¡súper sic!) vital a la
proximidad (sic) de un posible ataque israelí a las instalaciones nucleares de
Irán" (4/12/09). Agrega que "Dubai se encuentra cerca de las islas iraníes
de Abu Musa, Sirri, Gran Tumb y Pequeño Tumb, atestadas por las más sensibles
defensas aéreas de Irán".
A juicio de Debka, "Dubai, con sus turbulencias financieras, se encuentra
en aguas potencialmente perturbadoras, rodeada por preparativos de guerra
enfocados al Pérsico, así como el golfo de Aden y el mar Rojo (¡súper sic!)".
El portal israelí sobredimensiona "la silenciosa confrontación entre los
barcos iraníes y las embarcaciones (sic) de EU y Arabia Saudita en el golfo de
Aden y en la costa yemení del mar Rojo", por lo que insta a Barack Obama a
desplegar un segundo portaviones cuando EU solamente cuenta con uno: el USS
Nimitz (obviamente, nuclear) en la costa de Omán. Prácticamente, el Mossad
desea, para no decir exige (debido al insolente control del Congreso de EU que
ejerce por conducto del omnipotente lobby israelí AIPAC), que Obama le
haga su enésima guerra a Israel, esta vez contra Irán.