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Los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) que
visitaron la planta de Qom en Irán, llegando este jueves 29 de octubre de 2009
al aeropuerto de Viena. |
Destacados parlamentarios iraníes expresaron el sábado su oposición al
acuerdo por el combustible nuclear preparado por la ONU, lo que arroja más dudas
sobre una propuesta destinada a reducir la tensión internacional por las
actividades atómicas de Teherán.
IAR Noticias/
Reuters
Según el plan apoyado por Estados Unidos, Irán enviaría la mayor parte de su
uranio poco enriquecido (LEU, por sus siglas en inglés) al extranjero, dónde
sería procesado y convertido en combustible más refinado para el reactor de
investigación de Teherán.
La prioridad de Occidente es reducir el acopio de LEU para impedir que la
república islámica pueda convertirlo en uranio altamente enriquecido,
imprescindible para una bomba nuclear.
Sin embargo, los políticos iraníes, que dicen que su programa nuclear es
pacífico y está destinado a producir electricidad, han mostrado sus recelos ante
la idea de prescindir de lo que es considerado como un activo estratégico y
una importante carta de negociación.
Varios legisladores han dicho que Irán debería comprar el combustible que
necesite en lugar de enviar su propio uranio fuera del país.
"La demanda de que nosotros debemos entregar todo el material nuclear
enriquecido a otros países para que ellos suministren las necesidades de
combustible de Teherán está totalmente fuera de discusión", dijo la agencia de
noticias ILNA, citando al legislador Kazem Yalali, portavoz de la comisión de
seguridad nacional y política exterior del Parlamento.
Sus palabras fueron reiteradas por el presidente de la comisión, Alaedin
Boruyerdi.
"Nos oponemos completamente a la propuesta de entregar el uranio con un
enriquecimiento del 3,5 por ciento a cambio de uranio con un 20 por ciento de
enriquecimiento", dijo Boruyerdi, citado por la agencia de noticias ISNA.
"No hay garantías de que nos entreguen combustible enriquecido al 20 por ciento
a cambio de la entrega de nuestro LEU. Tenemos una profunda desconfianza
respecto a los occidentales", agregó.
El viernes, varios diplomáticos indicaron que Irán había dicho al Organismo
Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que quiere nuevo combustible para el
reactor de Teherán antes de acceder a enviar la mayoría de su uranio enriquecido
a Rusia y Francia.
Los diplomáticos consultados dijeron que las principales potencias occidentales
encontraron inaceptable la demanda iraní de acceder de inmediato al combustible
atómico.
La "trampa" occidental
Los diplomáticos señalaron que Irán
aún tiene que dar una respuesta formal al plan, pero ha filtrado las
demandas para obtener cambios importantes que puedan desenredar el pacto
provisional.
La propuesta del OIEA exige que Irán transfiera aproximadamente un 75 por ciento
de sus 1,5 toneladas de LEU a Rusia para que allí se enriquezca a finales de
año.
El material sería enviado después a Francia para convertirlo en placas de
combustible para el reactor de Teherán, que produce isótopos para el tratamiento
del cáncer.
Los medios iraníes recogieron que Teherán quiere también que el LEU sea enviado
en porciones pequeñas y escalonadas, y no todo de una vez.
Las condiciones cancelarían aspectos clave del acuerdo, por el que las grandes
potencias pretenden minimizar cualquier posibilidad de construir una bomba.
Mark Fitzpatrick, destacado miembro
del International Institute for Strategic Studies de Londres lo describió como
un asunto "políticamente valioso" para Irán.
"(Los dirigentes) ven difícil cualquier acuerdo con Occidente aunque obviamente
es un buen acuerdo para ellos", dijo a Reuters.
"Es una demora, pero no es simplemente una demora táctica. Hay un auténtico
revuelo interno en Irán".
Occidente ha advertido a Irán de los riesgos de una cuarta ronda de sanciones
si fracasa en ayudar a calmar las preocupaciones sobre su programa atómico.
Quiere que Irán suspenda el enriquecimiento a cambio de incentivos comerciales y
económicos, algo que Teherán rechaza.
El parlamentario iraní Heshmatolá Falahat-pisheh dijo que Irán no cedería a la
presión exterior respecto a su programa nuclear.
"Tenemos que ser muy cautos respecto a las propuestas del organismo, para que no
caigamos en la trama de la diplomacia europea que suspendería nuestras
actividades nucleares", dijo, según ILNA.