El director general del Organismo Internacional de la
Energía Atómica, Mohamed El Baradei, viaja este fin de semana a Teherán para
tratar con las autoridades iraníes sobre el programa nuclear de la República
Islámica, informó a Efe un portavoz del OIEA.
IAR
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EFE
El.Baradei hablará sobre las fórmulas de acceso de la agencia de la ONU a la
nueva planta de enriquecimiento de uranio, mantenida en secreto hasta ahora, y
la idea presentada en las recientes negociaciones en Ginebra de que parte del
uranio del régimen iraní se enriquezca en el exterior, posiblemente en Rusia,
agregó el portavoz.
El responsable del OIEA no pudo confirmar si El Baradei llegará este mismo
sábado a Teherán, como han asegurado otras fuentes.
El Baradei no se desplaza a Irán desde enero de 2008, cuando acudió a la
República Islámica para intentar resolver las dudas sobre la verdadera
naturaleza del programa atómico iraní.
El viaje del director general del OIEA se producirá apenas unos días después
de las conversaciones de Ginebra, calificadas de "constructivas" tanto por las
grandes potencias como por Irán, que se reunieron después de un parón de 14
meses en las negociaciones.
Irán se comprometió a colaborar en ese primer encuentro con "plena
transparencia" con la comunidad internacional respecto a la planta de
enriquecimiento de uranio cerca de la ciudad de Qom, cuya existencia había
mantenido oculta hasta el pasado 21 de septiembre.
El Baradei tratará en Teherán sobre dos de las cuestiones que exigía el
llamado Grupo 5+1 (Reino Unido, Rusia, China, Estados Unidos, Francia y
Alemania) para aplacar las sospechas desatadas por el descubrimiento de la nueva
planta.
La primera cuestión es la exigencia de que Teherán permita al OIEA el acceso
en unas dos semanas a la nueva instalación de enriquecimiento.
Y el segundo punto sería un principio de acuerdo para poder purificar fuera
de Irán el uranio poco enriquecido que alimente un reactor nuclear de
investigación, otro elemento necesario para mitigar las sospechas sobre las
intenciones del régimen iraní.
Según las negociaciones en Ginebra, Rusia y Francia serían los dos países que
podrían enriquecer el combustible necesario para las investigaciones del
programa nuclear iraní, que según Teherán sólo está destinado a actividades
pacíficas.
Esto permitiría hacer descender las reservas de uranio poco enriquecido de
Teherán, fruto de sus investigaciones en los últimos años, y evitar así que sea
purificado por encima del 90 por ciento, el nivel necesario para crear un arma
nuclear.
El enriquecimiento de uranio, un material que tiene aplicaciones civiles y
militares dependiendo de su grado de pureza, está en el centro de la
controversia entre Irán y la comunidad internacional.
La revelación de la existencia de la proyectada planta nuclear alimentó el
temor de EEUU y los países europeos de que Teherán esté desarrollando un
programa nuclear con fines militares bajo el paraguas de sus investigaciones
civiles.
Desde que el OIEA comenzó a investigar en 2003 el controvertido programa
atómico iraní, aún no ha sido capaz de descartar la existencia de una dimensión
militar en los experimentos atómicos de los ayatolás, al tiempo que las
acusaciones de Occidente al respecto han aumentado.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha dictado ya tres tandas de
sanciones contra Teherán para obligarle, de forma infructuosa, a detener sus
actividades nucleares.