ste se suma a otros casos que revelan las
dificultades, o incluso la imposibilidad para los palestinos, y también para los
que tienen la doble nacionalidad, para quitar este territorio sometido desde
hace dos años a un estricto bloqueo israelí.
Kamal, ingeniero de 33 años y ciudadano estadounidense que profesa su horror
por la violencia, comprendió que ya era hora de partir cuando un día su hijo
Elias, de cinco años, regresó a su casa cantando "Quiero ser un mártir, quiero
ir al paraíso".
Kamal al Kafarna supone que su hijo escuchó el eslogan en las calles de Beit
Hanun, una localidad cercana a la frontera israelí particularmente afectada por
la devastadora ofensiva israelí de diciembre y enero.
"No sabe ni siquiera lo que quieren decir esas palabras. Pero en unos años
comprenderá", se preocupa Kamal, que obtuvo un contrato de trabajo en Rusia y
planea ir allá con Elias y su hermano mayor Qasem, de seis años.
Pero esto se revela imposible hasta que Elias y Qasem concurran con su padre
al consulado estadounidense de Jerusalén para renovar sus pasaportes.
"Es una situación kafkiana", estima Sari Bashi, la directora del Centro
Israelí Gisha para la Libertad de Movimiento, que presentó un recurso ante los
tribunales israelíes para permitir a la familia salir de Gaza.
"No hay posibilidades de que las autoridades israelíes tomen en cuenta tal
pedido si no emana del consulado estadounidense, lo que rehúsa hacer", afirma.
En este caso, los consulados extranjeros deben también poner a disposición
una escolta diplomática exigida por Israel para el tránsito hacia el territorio
israelí.
El consulado estadounidense muy raramente pone a disposición este tipo de
asistencia, destinada en primer lugar a estudiantes becados que se dirigen a
Estados Unidos.
Las autoridades consulares no quisieron hacer comentarios en relación al caso
de la familia Kafarna y se limitaron a decir que sólo podían proporcionar una
asistencia consular limitada en Gaza por los problemas de seguridad.
En efecto, el Departamento de Estado no permite a sus diplomáticos circular
en Gaza luego de un mortal ataque en 2003 por un grupo palestino contra un
convoy estadounidense.
Israel impuso un bloqueo a la Franja de Gaza luego de que Hamas, una
organización con el objetivo declarado de destruir a Israel, tomara el control
hace dos años.
Regularmente las agencias de la ONU y las organizaciones no gubernamentales
piden a Israel que ponga fin al bloqueo en la Franja de Gaza, un territorio
sobrepoblado y pobre en donde la población depende de la asistencia que llega
del extranjero.
Según estos organismos, las sanciones afectan a una población de más de 1,5
millones de habitantes, incluidos mujeres, niños y ancianos, las primeras
víctimas.
La situación se agravó a raíz de los daños causados por la ofensiva militar
israelí de 22 días contra la Franja de Gaza en diciembre y enero, que dejó 1.400
muertos palestinos.
A pesar de todo, Kafarna no se desalienta y presentará un nuevo pedido de
visa para Rusia ya que el que obtuvo expiró el mes pasado.
"Quiero que mis hijos puedan vivir fuera de un tal contexto", dijo y añadió:
"Logré sobrevivir. No estoy seguro de que ellos lo logren".