so no impidió al campo de Mir Hosein Musavi, quien
ocupó el segundo lugar en estos comicios, mantenerse en sus posiciones y
anunciar la próxima publicación de un informe completo sobre los fraudes
cometidos durante la votación.
Desde hace diez días, decenas de miles de manifestantes liderados por el
candidato Mir Hosein Musavi reclaman esta anulación, en protestas que dejaron al
menos 17 muertos, un centenar de heridos y centenares de detenciones.
"Afortunadamente, durante la reciente elección presidencial, no constatamos
ningún fraude o infracción mayor. Por consiguiente, no hay posibilidad de
anulación" de los comicios, declaró el portavoz del Consejo de Guardianes de la
Constitución, Abas Alí Kadjodai, citado por la televisión por vía satélite en
inglés Press TV, que depende de la televisión estatal iraní.
El organismo, que debe confirmar los resultados el miércoles, afirmó además
que "ninguna de las demandas de los candidatos fue aceptada por el Consejo",
según el diario gubernamental Iran.
El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, máxima autoridad del país, ya
había afirmado el viernes pasado que el presidente Mahmud Ahmadinejad ganó los
comicios con 24,5 millones de votos (casi 63%) y que la diferencia de 11
millones de votos con Musavi demostraba que no había habido fraude.
Musavi, así como el candidato reformista Mehdi Karubi y el candidato Mohsen
Rezai, denunciaron irregularidades durante los comicios, y los dos primeros
piden la anulación de la consulta.
La oficina de la campaña electoral del líder opositor iraní Mir Hosein Musavi
anunció el martes que publicaría próximamente un informe completo sobre "el
fraude y las irregularidades" cometidos durante las elecciones presidenciales
del 12 de junio en Irán.
Al mismo tiempo el ministerio del Interior iraní instó el martes a Mir Hosein
Musavi, a "respetar la ley y el voto del pueblo", informó la agencia Irna.
Mientras que las autoridades imponen importantes restricciones a la prensa
extranjera para la cobertura de las manifestaciones, la agencia Fars anunció la
detención de un periodista griego que trabajaba para el Washington Post, Iasan
Athanasiadis-Fowden.
A nivel diplomático, la situación seguía siendo tensa. Irán acusa a Londres y
a Washington de ser los instigadores de las manifestaciones.
El primer ministro británico, Gordon Brown, anunció este martes la expulsión
de dos diplomáticos iraníes, en respuesta a una decisión de Teherán de expulsar
a dos diplomáticos británicos de Irán.
El Ministerio de Exteriores iraní acusó este martes al secretario general de
la ONU, Ban Ki-moon, de "injerencia" en los asuntos del país, informó la
televisión estatal.
"Estas tomas de posición se contradicen evidentemente con los deberes del
secretario general de Naciones Unidas, el derecho internacional, y constituyen
una injerencia aparente en los asuntos internos de Irán", declaró el portavoz
del ministerio, Hasán Ghashghavi.
"Ban Ki-moon dañó su credibilidad ante los ojos de los países independientes
siguiendo de manera ignorante a algunas potencias dominantes que tienen un
pasado fuera de lugar de injerencia en los asuntos interiores de otros países y
de colonización", añadió. El lunes, el secretario general de la ONU había
exhortado a las autoridades iraníes a suspender sus "arrestos, amenazas y el uso
de la fuerza".