a fiscalía pidió el mes pasado al juez de la
Audiencia Nacional Fernando Andreu que archivase el proceso, ya que el estado de
Israel todavía investigaba el ataque.
Sin embargo, Andreu rechazó en un escrito la recomendación, argumentando que
no había encontrado evidencia alguna de que las autoridades israelíes estuvieran
estudiando lo ocurrido.
"En el caso que nos ocupa", dijo el juez, "no ha existido, ni existe en
Israel ningún procedimiento judicial dirigido a la investigación de los hechos
denunciados".
Mientras el gobierno de Israel calificó la decisión de "ridícula", el grupo
palestino que redactó la denuncia aseguró que se trata de una "gran victoria".
Andreu decidió abrir el caso en enero, tras aceptar una demanda de familiares
de las víctimas presentada por el Centro Palestino para los Derechos Humanos.
El juez explicó que los siete ciudadanos israelíes _ entre los que se
encuentra Benjamín Ben-Eliezer, ministro de Defensa cuando tuvo lugar el
bombardeo _ se enfrentan a un posible cargo de delito de crímenes contra la
humanidad y precisó que actúa bajo la doctrina que permite a España investigar
casos de esta naturaleza, incluso si se han cometido fuera de sus fronteras.
Andreu dijo que el ataque de Israel en julio de 2002 pretendía acabar con la
vida de Salah Shehadeh, considerado en aquel momento como uno de los comandantes
de Hamas.
Según el juez, una bomba potente lanzada por el ejército israelí alcanzó de
lleno la casa de Shehadeh, quien falleció en el acto, y afectó a uno de los
barrios más habitados de la Franja de Gaza. Otras 14 personas perdieron la vida
a consecuencia del bombardeo, nueve de ellos menores.
Andreu aseguró que los hechos podrían constituir un delito de crímenes contra
la humanidad por tratarse de un ataque contra la población civil "claramente
desproporcionado y excesivo".
No obstante, el gobierno de Israel volvió a expresar el lunes su malestar con
los tribunales españoles por no cerrar el proceso definitivamente.
El portavoz del Ministerio israelí de Exteriores, Yigal Palmor, explicó a AP
que todo este procedemiento es ridículo.
"(La decisión) es incosistente con las leyes internacionales. Esto es una
maniobra puramente política que desacredita el sistema judicial español", dijo.
Por su parte, el ministro de Exteriores, Ehud Barak, señaló que tiene
intención de hablar con el presidente español
José Luis Rodríguez Zapatero si hace falta para, dijo, revocar esta
"malévola decisión".
"No hay un ejército más ético que las Fuerzas Armadas de Israel", afirmó ante
un grupo de periodistas. "No tengo ninguna duda de que aquellos que actuaron
para alcanzar a Sheahadeh lo hicieron con la cabeza puesta en un sólo objetivo:
proteger a la población israelí".
Por su parte, Raji Sourani, director del Centro Palestino para los Derechos
Humanos en la Franja de Gaza, consideró que la investigación es un primer paso
para hacer justicia.
"Celebramos esta decisión como el primer paso hacia la justicia para los
supervivientes de esta operación de ejecución ilegal masiva perpetrada por las
fuerzas de ocupación israelíes. Es una gran victoria", subrayó.
Hace unos meses, el canciller español Miguel Angel Moratinos anunció que el
gobierno podría reformar la ley para que los tribunales sólo pudieran investigar
casos de justicia universal en los que hubiera víctimas españolas.
Hasta el momento, no se ha tramitado ninguna norma para aprobar estos
cambios.