(IAR
Noticias)
13-Marzo-09
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Anaya Abu Sbeh, su nieta y su nuera, Shireen Abu Sbeh, esperan la demolición del hogar de dos habitaciones en el que conviven con otras cinco personas. |
Shireen Abu Sbeh, de 20 años y madre
de una niña de dos, tiene ocho meses de embarazo. Vive con otras
ocho personas en un apartamento de dos habitaciones en Jerusalén
oriental, que figura en la lista de viviendas palestinas a ser
demolidas por Israel.
Por Mel Frykberg -
IPS
"M e cuesta dormir de noche. Tengo pesadillas.
Sueño que estamos en la calle, que estoy sin techo con mi bebé
recién nacido y con mi niñita", dijo Shireen a IPS.
Las autoridades israelíes planificaron la demolición de 88 edificios
donde viven 1.500 personas en el barrio de Bustan, en Jerusalén
oriental, para instalar allí un "parque temático" arqueológico sobre
la historia del pueblo judío.
"No tenemos familiares que nos reciban en sus casas, pues todos
viven en Bustan y también perderán las suyas. Me temo que el miedo a
quedar sin techo afecta a mi niño aún por nacer", afirmó Shireen.
Su suegra, Anaya Abu Sbeh, de 44 años, dijo a IPS que la joven rompe
en llanto con frecuencia. "No sé a dónde iremos o qué podemos hacer.
Confiamos en que la presión internacional obligue a Israel a dejar
de lado las demoliciones masivas", agregó.
Muchos de los palestinos a punto de ser desalojados heredaron sus
casas de sus padres y éstos, de sus abuelos. La mayoría de ellos no
tienen a dónde ir.
Las autoridades jerosolimitanas afirman que las viviendas fueron
construidas ilegalmente, sin autorización. Palestinos y
organizaciones de derechos humanos acotaron que Israel hace casi
imposible para los palestinos obtener permiso, pues su política es
judaizar el este de la ciudad.
Según el derecho internacional, incluidas resoluciones del Consejo
de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
Jerusalén oriental pertenece a los palestinos y está ocupada
ilegalmente por Israel.
El estado judío "procura activamente la anexión ilegal" del área,
según un informe confidencial elaborado en diciembre por una misión
a la zona enviada por la Unión Europea (UE), al que tuvo acceso el
diario británico The Guardian.
Según el documento reservado, Israel intenta afianzar su control
sobre Jerusalén a través de medidas como la muralla de seguridad que
construye alrededor de Cisjordania, la demolición de casas
palestinas y las políticas de vivienda discriminatorias.
Los funcionarios de la UE advirtieron que Israel socavaba así la
credibilidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y, por lo
tanto, el proceso de paz.
"Las acciones de Israel en Jerusalén oriental y alrededor del área
constituyen uno de los desafíos más agudos en el camino a la paz",
indica el informe, según la versión de The Guardian.
La UE manifestó especial preocupación por la Ciudad Vieja
jerosolimitana, en cuya zona musulmana Israel planifica construir 35
edificios de viviendas, así como por los planes de expansión en el
área de Silwan.
Las continuas demoliciones y las trabas a las autorizaciones de
construcción derivaron en una escasez crónica de viviendas para los
palestinos, que en Jerusalén oriental se traduce en la falta de
25.000 unidades, según Jeff Halper, del Comité Israelí contra las
Demoliciones.
"A pesar de la escasez, la municipalidad de Jerusalén otorga a los
palestinos apenas entre 150 y 350 permisos de construcción de
viviendas al año, y demuele 150 o más casas en el mismo lapso",
explicó Harper.
La organización israelí de derechos humanos B'Tselem dijo que tanto
israelíes como palestinos construyen ilegalmente, pero que las
autoridades no responden de manera igualitaria.
A las familias palestinas corresponde 20 por ciento de las obras
ilegales, pero más de 75 por ciento de las demoliciones. Desde 2004,
fueron más de 400 en Jerusalén oriental.
Al mismo tiempo, la municipalidad jerosolimitana alentó al mismo
tiempo a colonos judíos de extrema derecha a mudarse al área, lo
cual cambia la demografía del lugar.
Eso originó numerosos choques entre palestinos y colonos apoyados
por el ejército israelí.
Silwan es considerada un área especialmente delicada porque es
adyacente a la Ciudad Vieja y porque se trata del barrio árabe más
cercano a la mezquita de Al-Aqsa, uno de los sitios más sagrados de
la fe musulmana.
Residentes de Silwan decidieron contraatacar con medios no
violentos. El Comité de Residentes de Bustan instaló una enorme
tienda de campaña, de luctuoso negro, en una popular vía turística
con el fin de llamar la atención sobre las inminentes demoliciones.
El Comité invirtió más de 200.000 dólares en los últimos cuatro años
en asesoramiento ilegal para impedir las demoliciones y lograr la
autorización de construcciones.
"Acordamos con la municipalidad que no demolerían las casas. Pero
nunca lo pusimos por escrito. Confiamos en ellos, y luego nos
dijeron que seguirían adelante con las demoliciones, porque el
Ministerio del Interior se había hecho cargo del asunto", dijo a IPS
Abed Shahoude, miembro del Comité.
La organización pacifista israelí Paz Ahora afirmó que el gobierno
planifica construir 73.300 viviendas más en Cisjordania, 5.722 de
las cuales en Jerusalén oriental, lo cual duplicaría la cantidad de
colonos judíos en el área.
La ANP advirtió que no participaría en negociaciones con Israel si
continúa la expansión de asentamientos y las demoliciones. Esa
actitud podría desatar una tercera intifada (rebelión popular contra
la ocupación), sostuvo Adnan Husseini, gobernador palestino par
Jerusalén.
La secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary
Rodham Clinton, también cuestionó la política israelí de
asentamientos y demoliciones. |