n total de 44 compañías presentarán sus ofertas en la segunda licitación
abierta que se lleva a cabo este año en Irak.Los primeros contratos ya fueron adjudicados: el vasto campo petrolero de
Majnoon, en el sur de Irak, fue otorgado a un consorcio encabezado por el
gigante petrolero Shell. Por su parte, un consorcio liderado por la empresa
china CNPC ganó los derechos de explotación de un campo cerca de Halfaya.
La subasta -que se calcula se realizará en dos días- es clave para el
resurgimiento de la industria petrolera iraquí, la cual ha recibido los embates
de años de guerra y sanciones.
Se trata de la segunda subasta desde la invasión militar de 2003, encabezada
por Estados Unidos. En la primera, realizada en junio de este año, sólo se pudo
concretar un acuerdo de los ocho contratos que se ofrecían. Ese contrato lo
firmaron la británica British Petroleum (BP) y CNPC de China.
Esa primera licitación fracasó por falta de postor o porque las empresas
rechazaron los términos del acuerdo. Para cada yacimiento el gobierno exigía un
nivel mínimo de producción muy similar a la cantidad que se producía en la
actualidad. Y en la letra pequeña se especificaba que las petroleras que
firmaran contrato sólo empezarían a recibir dinero cuando superan esos mínimos
Más producción
Según los expertos la explotación de estos campos petroleros eventualmente
podría duplicar la producción de crudo de Irak, que ocupa el tercer lugar entre
los países con mayores reservas petroleras.
Actualmente, la producción petrolera de Irak se calcula en 2,4 millones de
barriles diarios.
El primer ministro de Irak, Nuri al-Maliki, se dirigió a los ejecutivos
petroleros durante la apertura de la licitación y alabó la transparencia del
actual proceso de subasta.
Al-Maliki señaló que la vieja forma de licitar había sido mediante la
adjudicación de contratos en cuartos oscuros y a puertas cerradas; pero ahora el
proceso era limpio para todos, agregó.
Según la corresponsal de la BBC en Bagdad, Natalia Antelava, aunque para las
grandes compañías petroleras Irak puede parecer un destino ideal, esta semana
cinco explosiones -una de ellas cerca del Ministerio de Energía y Petróleo- que
provocaron la muerte de cinco personas y cientos de heridos, hizo recordar a los
potenciales inversionistas los riesgos asociados a hacer negocios en ese país.
La subasta se lleva a cabo en medio de constantes disputas entre el gobierno
central y la región autónoma kurda en torno a cómo deben ser controladas las
reservas de crudo.
Críticas
Cuando se realizó la primera subasta, el doctor Muhammad Ali Zainy, experto
en economía petrolera del Centro de Estudios Globales de Londres y quien trabajó
en el ministerio del Petróleo iraquí por 14 años, le dijo a la BBC que había
"mucha oposición por parte de expertos petroleros y del comité sobre gas y
petróleo del parlamento (iraquí), porque cuando estas compañías internacionales
tomen control, eso va a significar que controlarán la industria petrolera
iraquí".
Según Ali Zainy, cuando en el futuro se constituya una compañía nacional
petrolera iraquí, probablemente no tendrá dónde trabajar, porque los contratos
que se iban a entregar serían a 20 años y con posibilidad de extenderse.
El experto agregó que era posible
que lo que ocurría alimentara las suspicacias de quienes creen que el motivo
final de la invasión a Irak era apoderarse de su riqueza petrolera, aunque
agregó que él personalmente no cree que esta haya sido la razón para la guerra.