i todo sale según lo previsto en la primera ronda, las
petroleras extranjeras ingresarán para "ayudar a Irak" a impulsar su producción en
seis yacimientos que han sufrido los estragos de años de desatención.
Las tensiones políticas, sin embargo, han complicado el proceso. Algunos
legisladores y funcionarios petroleros han pedido que se retrase la licitación.
El artífice del plan, el ministro del Petróleo Hussain al-Shahristani,
compareció ante el parlamento el martes, donde algunos legisladores cuestionaron
la legalidad de los contratos propuestos y lo que calificaron como términos
favorables para las petroleras foráneas. Pero la licitación parece contar con el
apoyo suficiente para cumplir el cronograma establecido y Shahristani y otros
funcionarios prometieron seguir adelante.
Los pactos petroleros de Shahristani son cruciales para la economía de este
país arrasado por la guerra. Se cree que Irak tiene una de las mayores reservas
de crudo del mundo, con 115.000 millones de barriles de reservas comprobadas.
Pero el conocimiento de las compañías extranjeras es clave para sus planes de
aumentar la producción a 4 millones de barriles diarios en cuatro o cinco años,
desde los actuales 2,4 millones.
A pesar de los riesgos de seguridad, las petroleras occidentales claman por
entrar. Irak está relativamente inexplorado por lo que les ofrece a las grandes
petroleras una potencial fuente de crecimiento de fácil acceso. Algunos
consideran a Irak como la mayor apertura de yacimientos petroleros desde el
descubrimiento del gigantesco campo de Kashagan en el Mar Caspio.
Unas 120 compañías expresaron interés en competir en la licitación fijada
para el 29 y 30 de junio, según el Ministerio de Petróleo. Treinta y cinco
cumplieron los requisitos para competir, incluyendo Exxon Mobil Corp., Royal
Dutch Shell PLC, Eni SpA, Lukoil y China Petroleum & Chemical Corp., o Sinopec.
Los seis yacimientos que serán licitados contendrían reservas de más de
43.000 millones de barriles. Las petroleras extranjeras no obtendrán la
recompensa más preciada —una participación en las reservas— pero serán
remuneradas por aumentar la producción.
Sólo un poco más de 20 de unos 80 yacimientos conocidos han sido
completamente o parcialmente desarrollados y la mayoría de la producción del
país proviene de tres gigantes, Rumaila del Norte y del Sur y Kirkuk. Gran parte
del oro negro se considera relativamente fácil de extraer y expertos estiman que
la exploración y el desarrollo en Irak cuestan entre US$1,50 y US$2,25 por
barril, comparado con US$5 en Malasia o US$20 en Canadá.
"Estamos hablando de un volumen gigantesco de crudo al que tendrán acceso las
compañías que ganen la licitación", dice Samuel Ciszuk, analista de IHS Global
Insight. "Por otra parte, Irak necesita tecnología desesperadamente, y estas
compañías la pueden proporcionar".
Pero Shahristani, el artífice del plan, es siendo criticado desde múltiples
flancos. La caída del precio del crudo ha provocado una crisis presupuestal y
está siendo culpado por no estimular la producción lo suficiente para cerrar la
brecha. Legisladores y algunos funcionarios del gobierno, entre tanto, dicen que
la licitación dará a las petroleras extranjeras un acceso demasiado generoso a
los recursos de Irak. También se ha pedido la comparecencia de Shahristani ante
el parlamento para responder por presuntos delitos de corrupción y mala gestión
ministerial.
"Debería haber alguien calificado para el puesto...no puedo nombrar ni un
logro", dice Jabber Khalifa al-Jabber, secretario del poderoso comité
parlamentario del petróleo y el gas.
El portavoz del primer ministro Nouri al-Maliki, en su comparecencia este mes
ante el ministro del petróleo, le dio su respaldo y reafirmó que la licitación
tendrá se realizará tal y como está planeado.
En una entrevista reciente, Shahristani, de 66 años, dice que no ha hecho
nada mal, y que los legisladores que le critican tienen motivos políticos. "No
soy un animal político, y no me gusta la política", señala. "La única razón por
la que he aceptado y he continuado con mi responsabilidad es para proteger la
riqueza iraquí de las manos sucias".
En una capital donde el nepotismo y el amiguismo están a la orden del día,
Shahristani denegó empleos codiciados a amigos de toda la vida. Se ha granjeado
una reputación de seguir las normas, incluyendo la implementación de complicadas
regulaciones a las que otros funcionarios culpan de frenar el desarrollo
petrolero de Irak.
En sus tres años como ministro del petróleo, Shahristani se ha perfilado como
un lugarteniente clave de Maliki.
Después de que la violencia empezó a amainar en 2008, Maliki, Shahristani y
un puñado de antiguos exiliados iraquíes han impulsado ambiciosas reformas
económicas. Cansado de esperar la aprobación de una ley petrolera que sentara
las bases para que compañías extranjeras pudieran empezar sus perforaciones,
Shahristani invitó unilateralmente a las petroleras a competir por contratos en
2008.