ste traspaso marca el principio del fin de la presencia británica en suelo
iraquí, que se inició con la invasión de 2003.
El general británico Andy Salmon transfirió el poder a una división
multinacional a cargo del general estadounidense Michael Oates.
La mayor parte del contingente británico en Basora (sur del país), formado
por unos 4.000 soldados, abandonará el país el próximo 31 de mayo, fecha en la
que Londres dará por terminadas las operaciones de combate.
Unos 400 soldados permanecerán en el país para entrenar a las fuerzas navales
iraquíes.
Según la corresponsal de la BBC en Basora, Caroline Wyatt, la principal base
británica en Irak ya ha empezado a adquirir un "sabor estadounidense", con la
instalación de puestos de comida rápida y la llegada los convoyes de vehículos
de ese país.
Los soldados británicos, según Wyatt, están traspasando el control de la
mayor parte de las instalaciones de la base y de sus tareas, mientras hacen las
maletas tras seis años de operaciones en Irak.
"Libertad y estabilidad"
La partida de las tropas británicas ha hecho que el ejército de EE.UU.
reestructure su presencia en el sur y el centro del país, pese a que las tropas
estadounidenses permanecerán en Irak hasta al menos finales de 2011.
El trabajo de los soldados de EE.UU. en el sur de Irak será algo diferente al
que llevaban a cabo los británicos y se centrará en el entrenamiento de la
policía iraquí y en mantener abierta la ruta de suministro hacia Bagdad, la
capital del país.
Según le dijo a la BBC el general británico Andy Salmon, las tropas del Reino
Unido han cambiado para bien la vida de los ciudadanos iraquíes.
"Aquellos que tienen la edad suficiente para comparar con la sombría era de
Saddam Hussein y miran 30 años atrás se dicen 'tenemos una estabilidad y unos
niveles de libertad no vistos antes", aseguró Salmon.
Según el general británico, se puede ver cómo "las inversiones económicas
empiezan a arraigar". Además, recuerda que "se acaban de celebrar unas
elecciones libres y seguras que han sido ratificadas" y asegura ver "el futuro
con bastante optimismo".
Sin embargo, señala Wyatt, cuando se habla con la gente en las calles se
comprueba que hay sentimientos encontrados.
Mientras algunos están agradecidos con los británicos por ayudarles a
deshacerse de Saddam Hussein, otros siguen convencidos de que Estados Unidos y
el Reino Unido invadieron Irak sólo para apropiarse del petróleo, y rechazan la
idea de que soldados extranjeros se paseen por sus calles.
La hora de la reflexión
Hace unos días el ministro de Exteriores británico, David Miliband, anunció
que su país se llevará a cabo una investigación sobre la participación de las
tropas del Reino Unido en la invasión a Irak en 2003.
La investigación se iniciará "tan pronto como resulte práctico", después de
que los 4.100 soldados británicos que permanecen en suelo iraquí inicien su
retirada el próximo mes de julio, señaló Miliband ante el Parlamento
Según el analista de la BBC, Rob Broomby, la decisión de invadir Irak y los
consejos legales en los que ésta se apoyó continúan causando polémica en el
Reino Unido.
Entre tanto, en Basora, la corresponsal de la BBC fue a visitar un muro en el
que placas de bronce registran las bajas sufridas durante los años de ocupación:
179 personal del ejército y un civil del Ministerio de Defensa británico
perdieron su vidas en suelo iraquí.
"Tenemos que recordar las lecciones -siempre tenemos que aprender lecciones
en todas las campañas-, después, volver, tomarnos unas merecidas vacaciones y
luego ir a la próxima misión", dijo, frente al muro, el general Salmon.